PRUDENCIA NECESARIA, REVOLUCIÓN OBLIGATORIA
Darío Botero Pérez
CONTENIDO
1/6 Panorama actual
2/6 Cosa vieja y sabida
3/6 Reincidencia histórica
4/6 Otras lacras criollas
5/6 Interesante alternativa democrática
6/6 El reto global contemporáneo
1/6 Panorama actual
Es lamentable pero cierto el riesgo que correrán los desmovilizados de las FARC, una vez desarmados y plenamente identificados, perfilados y ubicados.
La insistencia de Álvaro Uribe Vélez sobre el supuesto castrochavismo pactado por Juan Manuel Santos Calderón con los subversivos, es un recurso pueril y elemental, como corresponde a su mentalidad, pero efectivo entre sus retrógradas y crédulas huestes, que lo consideran un sabio insuperable.
En su rigidez mental no tienen inconveniente en ejercer su moral -acomodaticia a sus intereses superiores- por sobre la Verdad. Al fin y al cabo, son los buenos.
Tal insidia ha forzado a “Juanpa” a mostrar los dientes para no perder el respaldo de los reaccionarios, ufanándose de haber vencido a las FARC y disponer de suficientes fuerzas represivas, como el ESMAD, para acallar cualquier protesta a sus políticas neoliberales. No le importa que todavía no se ha firmado el Acuerdo Final, de modo que, como nos lo han reiterado ambas partes hasta la saciedad, “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
Realmente, independientemente de la suerte que corran los actores directos; el gran fruto de este proceso ha sido la recuperación de la memoria, la soberanía, el amor propio, la iniciativa política y la dignidad por las mayorías, hasta ahora alienadas y embrutecidas con dogmas de intolerancia y odio que han comenzado a derrumbarse a medida que la Verdad sale a la luz y se la apropian las víctimas de la violencia y la ignorancia, ahora empoderadas con información fidedigna, abundante, veraz, y, por tanto, poco dispuestas a seguir engañadas por los enemigos comunes, que gozan de impunidad a pesar de que cometen toda clase de delitos. Les basta alegar inocencia o persecución política, si no es derecho de pernada.
La mentira reiterada ante sus masas maleables y fanáticas, ha permitido entender y confirmar las motivaciones ocultas de los criminales narcotraficantes al servicio del régimen oprobioso e inicuo. Contra cualquier apariencia de legitimidad, conformaron las bandas sicariales del paramilitarismo, financiadas por terratenientes y empresarios, nacionales y extranjeros; y entrenadas, protegidas y apoyadas por las Fuerzas Armadas del régimen en su guerra sucia contra el pueblo.
Han actuado arrasadoramente, sin responsabilidad jurídica ni penal, gracias a la iniquidad social característica de las republiquetas guiadas por la falaz y despreciable democracia representativa, cuando no están en manos de dictadores anacrónicos y sanguinarios.
Esta desigualdad institucional en beneficio de los farsantes inescrupulosos que nos suplantan, explica la existencia de tales criminales. También explica la aparición de los subversivos, que se levantan contra ese régimen criminal y agobiante, inicuo, perverso, corrupto, excluyente, discriminador, depredador y traidor a la patria, que condena a las mayorías a la miseria y la deshonra, mientras depreda la biosfera, que es tan rica en el caso de Colombia, pero en todas partes se muestra espléndida.
En cambio, la degenerada e inepta clase política contemporánea, tan déspota con los débiles, en todo el Mundo vive de rodillas ante el amo extranjero. Vale decir, ante el imperio de los sicópatas potentados. Actúa como fiel ejecutor de las órdenes de los amos globales, impuestas como recetas neoliberales mortales e irrebatibles.
Asombrosamente -pese a su carácter ateo y confesamente despiadado, perfilado por la sionista usanosoviética que justifica las bestialidades del Neoliberalismo, Ayn Rand-, éstas son universales y valen más que cualquier dogma religioso, así éste provenga de algún supuesto dios, como los que mueven a los yihadistas o a los sionistas o a los falangistas o a los siks y demás extremistas teístas y beatos, convencidos de que sus crímenes reflejan la voluntad divina.
2/6 Cosa vieja y sabida
En consecuencia, estamos obligados a reaccionar antes de que seamos testigos o, más probablemente, víctimas de una versión criolla del asesinato colectivo de hugonotes protagonizado por el rey Enrique IV de Francia, quien se convirtió al catolicismo para poder reinar porque “París bien vale una misa”, según la excusa que usó para traicionar a sus correligionarios.
Este acontecimiento histórico sucedió en medio de esas guerras religiosas que mancharon al cristianismo con sangre de hermanos en la misma fe: católicos, protestantes, luteranos, calvinistas, hugonotes y tantos más, desde hace casi 500 años y, por lo menos, hasta 1789, cuando perdieron su razón de ser con la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano.
Es algo semejante a lo que ocurre ahora en la cultura musulmana con sus diferentes facciones chiitas, sunitas y sufitas. De la última surgen los extremistas salafitas, con sus acciones terroristas apoyadas por Arabia Saudita y sus aliados apocalípticos de occidente, tanto como, aunque parezca absurdo, por los sionistas dedicados a apurar el Fin del Mundo y a extinguir a los palestinos.
Todas esa sectas -que siguen pululando y apareciendo para matarse mutuamente, acusándose de herejes, tanto como para matar a quienes ciertamente lo somos- demuestran patéticamente el carácter subjetivo, caprichoso y arbitrario de las religiones.
Para la gente intelectualmente honrada es evidente que, más que inspiradas en el temor y la reverencia a algún dios o dioses diversos, se basan en el deseo de privilegios, riqueza y poder en esta Tierra, para quienes las promueven y viven de ellas gracias a los complejos de culpa inculcados a los numerosos crédulos fanáticos.
Éstos son incapaces de reflexionar; pero muy capaces de matar por sus creencias a quien las cuestione, las niegue o las ridiculice, como bien lo sabemos a raíz del asesinato de los caricaturistas de Charlie Hebdo o de las quemas de inermes por la Inquisición cristiana.
Los llamados pastores de almas suelen ser inescrupulosos que fanatizan a los cándidos creyentes hasta convertirlos en despiadados asesinos, insensibles a la suerte de sus víctimas, pues se ufanan de matar herejes mostrando un desprecio por la Vida que es imposible conciliar con las enseñanzas de personajes tan bondadosos y humanitarios como Jesús y Mahoma.
No obstante, a su nombre se han cometido los peores y más recurrentes crímenes de los últimos dos mil años, tanto como los de los ocho mil anteriores que completan el ruin y violento período conocido como Historia fueron cometidos a nombre de otras creencias totalizadoras y ciertamente primitivas, arbitrarias, irracionales y mortales, como la de los sionistas, que aún pervive y sigue empeñada en causar su Armagedón.
¡Es una Verdad innegable ahora; que duele pero cuyo reconocimiento y superación nos harán libres!
3/6 Reincidencia histórica
En cuanto a la famosa “matanza de San Bartolomé” propiciada por Enrique de Navarra, ha pasado a la Historia como el recurso al exterminio simultáneo de los rivales políticos.
Desde luego, ha sido replicada en otros lares, como en Indonesia durante los sesenta del siglo veinte, con el caso del presidente vitalicio, Sukarno, quien fue derrocado y hecho preso por Suharto, exterminador de los comunistas en un solo golpe mortal, gracias a los buenos oficios de sus aliados usanos, tan demócratas y mentirosos y asesinos y ladrones y peligrosos para los demás y para la misma madre Tierra.
Algo parecido les pasó en Colombia a muchos guerrilleros del M-19 tras su desmovilización, y a los del EPL y a otros más de otros grupos, que aceptaron la retórica pacifista de Belisario Betancur Cuartas (1982-86.
El sucesor de éste, Virgilio Barco Vargas (1986-90), se encargó de la traición, tras la asada de los altos magistrado en alianza con los capos del narcotráfico de derecha, que desprestigió por siempre al gobierno del montañero humanista y erudito. Pero este personaje ya había escandalizado con hechos de sangre imperdonables, como fue la matanza de sindicalistas cementeros en Santa Bárbara, departamento de Antioquia, durante su ejercicio como ministro del trabajo de Guillermo León Valencia (1962-66)
En esta oportunidad se salvó el longevo presidente paisa, de Amagá; pues la traición a la buena fe de los desmovilizados amnistiados corrió por cuenta del aristocrático maluco, Virgilio Barco Vargas, como ya se anotó, aunque quizás fue por cuenta de sus asesores que aprovecharon su Alzheimer.
Este patricio de pacotilla es el privilegiado heredero del General Virgilio Barco, quien recibió graciosamente del dictador Rafael Reyes, en 1905,, una concesión para explotar petróleo en el Catatumbo durante 50 años. Simultáneamente, a su ahijado por matrimonio, Roberto de Mares, el abusivo gobernante le cedió durante 30 años la explotación del campo de Barrancabermeja, conformado por los yacimientos del río Magdalena. Al revertir al Estado, éste dio origen a ECOPETROL. (Cfr. Jorge Villegas, “Petróleo colombiano, ganancia gringa”)
Pero ninguno de los dos cumplió la condición de iniciar la explotación en el plazo establecido en el contrato; de modo que las concesiones perdieron pronto su vigencia legal, aunque pelecharon mediante maniobras sucias, tan normales en nuestras oligarquías zánganas, mentirosas, demagógicas y ladronas.
En su momento, como funcionario de policía en Bogotá, Virgilio júnior tuvo que ver con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán; aunque es algo que se han esmerado en ocultar los poderosos implicados, acostumbrados a proceder disfrutando de impunidad, de modo que siguen sosteniendo que son puros y castos pese a que chorree sangre de sus bocas de vampiros y no hayan podido retirar las costras de la que se secó en sus manos.
En consecuencia, cuando le llegó su turno personal para ocupar el solio de Bolívar, el presunto petrolero tenía experiencia en magnicidios, además de otra gran variedad de crímenes.
En cuanto a magnicidios ocurridos durante su cuatrienio, son notables los de los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro Leongómez y Luis Carlos Galán Sarmiento.
Respecto a líderes sociales y personajes demócratas asesinados en ese entonces, se destacan los de Manuel Antequera, que casi le cuesta la vida a Ernesto Samper Pizano por pura coincidencia, tanto como los de los paisas Leonardo Betancur, Héctor Abad Gómez, médicos, y el del abogado Luis Fernando Vélez, estos tres profesores de la U. de Antioquia, bastante respetados por su valor civil y sus aportes a la sociedad.
Pero su mayor proeza en represión a los ciudadanos con aspiraciones políticas la constituyó el exterminio de todo un partido político, la Unión Patriótica, cuya acción legal pretendía abrir espacios a la participación de los demócratas y de los revolucionarios en política, sin acudir a las armas.
Incidentalmente se buscaba darles confianza a las FARC para defender sus ideales por medios pacíficos, sin perder la vida por creer en canallas. Pero ganaron los canallas, como es obvio y no podemos olvidarlo.
4/6 Otras lacras criollas
No obstante, para las FARC ahora ha llegado el momento de su integración a la Sociedad Civil, así sean mínimas las garantías para su supervivencia por la aterradora labor de la extrema derecha belicosa, que ama la guerra, pues es su fuente de enriquecimiento e impunidad permanentes, y no está dispuesta a perderla, así le toque enfrentar al mundo entero como lo hacen los furibistas, negando lo evidente y tergiversándolo todo.
Desde luego, los antecedentes sangrientos de los felones nos obligan a las mayorías de ciudadanos soberanos, dignos, maduros y responsables, víctimas del régimen oprobioso que protege los privilegios de los potentados criollos y extranjeros, a que asumamos nuestros derechos políticos inalienables, cambiando este sistema desigual e inicuo en beneficio de todos.
Hemos de proceder fundados en el ejercicio de los derechos Humanos en las mejores condiciones; garantizándoles a todos el mayor grado de bienestar posible, según el nivel de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas.
Este asombros desarrollo es capaz de derrotar la pobreza y la iniquidad propias de la Historia, si despojamos a los sicópatas de sus privilegios y respetamos la Naturaleza.
Desde luego, su consolidación exige la Refundación de la Patria mediante la concertación de un Contrato Social realmente democrático, pues ha de surgir del debate amplio a través de Internet.
De ninguna manera se hará dicha refundación en los términos acariciados por los narcotraficantes de derecha con sus politiqueros y gamonales en Santa Fe de Ralito, cuando Uribe los animó a entregarse, los amnistió, les prometió protagonismo político y aparentó desmovilizarlos.
A este efecto de recompensas sin fundamento y odiosas, los paramilitares se multiplicaron milagrosamente, pasando de unos ocho mil a más de treinta mil.
Sucedió gracias a las artes del Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, hoy prófugo de la justicia, como el clon Arias y otros furibistas más; aunque la mayoría continúan impunes y haciendo negociados para prolongar la guerra interna, pese a que no existe, según ellos.
Finalmente, a los paramilitares –tanto como a los narcotraficantes puros; esto es, a los capos que adquirieron patentes como tales, sin serlo pero buscando ventajas abominables en un estado de derecho-, Uribe terminó traicionándolos cuando sus arbitrariedades fueron cuestionadas por las altas cortes.
Es que las traiciones no son ajenas a la idiosincrasia de nuestros politiqueros desde los mismos tiempos de la Colonia, como bien lo recordamos con el caso de los Comuneros y el descuartizamiento de José Antonio Galán, su jefe emblemático, traicionados por el arzobispo virrey Caballero y Góngora.
Por tanto, estamos obligados a construir una sociedad igualitaria donde el interés general se imponga al particular y excluyente de los oligarcas, de modo que éstos dejen de gobernarnos, despojados, subyugados y humillados, y que nadie ose intentarlo de nuevo.
5/6 Interesante alternativa democrática
En Colombia, la Mesa Social para la Paz ha acertado al proponer una tercera mesa de diálogos, adicional a la de las FARC y a la esperada con el ELN, para que la Sociedad Civil asuma los asuntos que le incumben, en particular los no considerados en las mesas con los subversivos en trance de desmovilización.
De hecho, la participación de los ciudadanos -sin tutores ni constreñimientos, como individuos soberanos que ejercen su alícuota política; esto es, su cuota individual de poder social en defensa de sus particulares intereses- significa la verdadera y única garantía para conseguir el cambio social indispensable.
Éste rebasa por mucho las aspiraciones de los guerrilleros. Constituye la expresión soberana del sueño colectivo del indispensable y poderoso pueblo ejerciendo el poder que le pertenece y que, bien administrado, permitirá superar las despreciables sociedades clasistas que durante el imperio de la Historia han dominado a las decentes, como las del peruano Caral y del africano Mali, en su momento.
La iniciativa política surgida de la toma de conciencia por las multitudes reflexivas, significa la recuperación de la soberanía individual que asiste a cada persona, independientemente de la posición social y de cualquier prejuicio ideológico que la discrimine, despojándola de sus derechos inalienables.
Traza y fortalece el camino de la Democracia Directa como único recurso admisible por el ciudadano global, ciertamente evolucionado y digno, para resolver las diferencias mediante el diálogo, repudiando la violencia típica de las sociedades desiguales y piramidales, regidas por sicópatas involucionados cuyo reinado ha llegado a su fin, si somos capaces de vencerlos antes de que nos extingan y acaben con la biosfera.
Para frustrar sus planes y crearnos un futuro luminoso, es indispensable el ejercicio del poder por el pueblo, sin farsantes intermediarios politiqueros que pretenden representar a los demás, despojando a los ciudadanos de su derecho más sagrado mediante las argucias leguleyas y las instituciones perversas de la falsa democracia conocida como representativa.
Su función consiste en impedir que los pueblos asuman la dirección de su destino. Buscan seguir subyugando y ninguneando a las mayorías despreciadas y exprimidas en beneficio de los sicópatas que han llegado a ocupar las cúpulas en las sociedades piramidales típicas de la moribunda Historia.
Por tanto, no se trata sólo de ofrecerles garantías a los guerrilleros desmovilizados, sea que se les cumpla o no lo prometido. El objetivo es que las garantías sean para todos, sin privilegios para nadie, y que sean equitativas, ciertas y permanentes.
Hay que cobrarles sus crímenes a los enemigos comunes en vez de reforzar un régimen podrido, en decadencia e incapaz de defender la patria de la voracidad depredadora y letal de las multinacionales, tanto como de garantizarles sus derechos a los nacionales.
Hiede a cadáver desde la dictadura furibista que el pícaro Juan Manuel Santos Calderón heredó, aunque la ha adaptado al gusto de sus ancestros acostumbrados a gobernar.
Actúa como descendiente de libertadores interesado en seguir ejerciendo la dictadura activa sobre el pueblo, que tanto motivó y les costó a los criollos, hasta que se la arrebataron a los imperialistas españoles en la primera mitad del siglo XIX. Desde entonces, no han dejado de aplicárnosla a las mayorías ajenas al poder.
6/6 El reto global contemporáneo
Desde luego, si los colombianos realmente asumimos nuestra soberanía con el propósito expreso de derrotar a los corruptos y defender la patria que depredan sin compasión ni sensatez; para evitar que sigan deteriorando la Vida en todas sus manifestaciones, incluida la de las mayorías humanas despojadas de sus derechos; contribuiremos con el ejemplo a esa Revolución Mundial que enterrará la Historia piramidal y oprobiosa, remplazándola con una Sociedad Democrática Global que respete la soberanía de cada individuo, así no sea proletario ni burgués. Basta que se trate de un humano.
Entonces, la igualdad jurídica convencional, fruto exquisito de la civilización que reconoce la singularidad biológica de cada uno, se les garantizará a todos.
De similar manera, adoptando convenciones saludables para la sociedad que corrijan las bestialidades del mortal neoliberalismo, fase agónica del capitalismo, la riqueza habrá de distribuirse equitativamente, guiados por el respeto a los Derechos Humanos y no por la perversidad de los sicópatas plutócratas dedicados a extinguirnos, amagándonos la Vida mientras tanto, por mera perversidad y degeneración genética.
En síntesis, recuperamos el poder y la riqueza que nos roban los locos desalmados e insaciables; o permitimos que, imponiéndonos recetas económicas suicidas, absolutamente absurdas pero sacralizadas por todos los cipayos, sigan despojándonos y destruyendo el Medio ambiente mientras mundializan la guerra en curso estallando bombas atómicas que la hagan irreversible.
¡Ahora nos toca a las mayorías ejercer nuestro poder, exigiendo nuestros fueros para establecer sociedades a la medida y conveniencia de todos!
¿Seremos capaces de vencer a quienes se creen superiores y nos imponen sus recetas?
¿Permitiremos que acaben con todo para elevar el PIB y sus fortunas personales?
¿Realmente saben lo que hacen?
¿Lo sabemos nosotros que vemos crecer la destrucción sin atenuantes y aceleradamente en medio de las mentiras con que tratan de dormirnos?
¿Tenemos que resignarnos porque es la voluntad de dios, de un dios asesino que no podemos admitir?
¡Tu tienes la palabra!