VERDAD DE VERDAD
¿Qué hacer?
Darío Botero Pérez
“Entonces les dijo:
Vosotros sois los que os justificáis
a vosotros mismos delante de los hombres;
más Dios conoce vuestros corazones;
porque lo que los hombres tienen por sublime,
delante de Dios es abominación”
(Lucas 16.15)
CONTENIDO
1/5 Foro de Plebiscito y Diálogo Nacional
1.1 Saludable reacción
1.2 Ideologías que matan
1.3 Cosa nostra, no de capos
1.4 Paradojas de la libertad
2/5 Polos del conflicto
2.1 Mecanismo justiciero, eficaz e invencible
2.2 Solución contra los mentirosos y su arte
2.3 Verdad, Justicia y Paz
2.4 Joyas del régimen
3/5 La clave democrática
3.1 Salvadores confiables
3.2 Ofensiva neoliberal mortal
3.3 Mecanismo de defensa
4/5 Drogas ilícitas, lúdica reprimida
5/5 Poder de la Verdad Socializada
1/5 Foro de Plebiscito y Diálogo Nacional
1.1 Saludable reacción
Como parte de la saludable reacción de la Sociedad Civil al resultado del plebiscito sobre los acuerdos de la Habana entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP, se ha realizado un evento en la Universidad del Rosario, transmitido por el canal universitario Zoom, por parte del llamado Foro de Plebiscito y Diálogo Nacional.
De allí extraigo intervenciones sueltas que dan cuenta de algunas inquietudes cuya dilucidación por parte de los ciudadanos, en el Ágora Virtual que es Internet, permitirá que la realidad social y política cambie el rumbo tradicional propio de las sociedades piramidales.
Esta transformación en la dinámica sociopolítica tradicional es posible gracias a la increíble posibilidad del ejercicio del poder por el pueblo que ofrecen, como algo al alcance de cualquiera que se estime y no acepte ser suplantado, las nuevas tecnologías concebidas para esclavizarnos.
Ahora, quien lo desee puede actuar democráticamente de verdad, como los ciudadanos griegos en la plaza pública, cuando existían Solón, Alejandro Magno, Diógenes el cínico, Sócrates, Aristóteles, Demóstenes y Platón.
Ahora cualquiera puede intervenir en los asuntos públicos sin ser un experto ni un militar, un filósofo o un gran orador.
Basta ser víctima del oprobioso régimen que está destruyéndolo todo en beneficio de un 1% de sicópatas empeñados en culminar el Armagedón que tiene ardiendo el Medio Oriente.
Basta sentirse digno para expresar lo que tenemos que decir todos y cada uno, así sea identificándonos con lo dicho más claramente por otros, pues lo importante es expresar claramente la defensa de los propios intereses, con sindéresis, comprendiendo las implicaciones de cada propuesta y las repercusiones de cada decisión.
Pero es algo que cada uno decide por sí mismo, sin delegar la defensa de sus intereses en tramposos que lo engañan, ilusionan y perjudican abusando de su buena fe, poniéndolo a vivir de ilusiones en medio de una realidad agobiante que sólo favorece a los sicópatas que monopolizan el poder.
En consecuencia, llegó el momento, en todo el Mundo, de poner en evidencia la hipocresía de quienes dicen tener habilidades especiales para gobernar y trazar políticas públicas, despojando a quienes dicen representar de su derecho inalienable al ejercicio personal del poder que les corresponde.
El foro de marras significa un esfuerzo valioso por recuperar ese protagonismo que los politiqueros les han arrebatado a los ciudadanos; pero que ya éstos pueden ejercer personalmente, ya sea como parte de grupos de presión social o, simplemente, como individuos apersonados de su soberanía, actuando por sí mismos ante la sociedad, sin complejos ni avasallamientos.
Sin violencia, ni mentiras; pero con respeto por las personas y ninguno por las ideas, pues todas son fruto de inteligencias humanas.
En consecuencia, si valen la pena pueden ser tenidas en cuenta. Pero, de ninguna manera, sin analizarlas, examinarlas, atacarlas, evaluarlas y tratar de fortalecerlas o de ridiculizarlas; para adoptarlas en beneficio de todos, si pasan la prueba de la crítica y las mayorías las consideran dignas de acogida, o rechazarlas con razones y no por capricho o arbitrariedad.
Tal sería el caso, por ejemplo, con la decisión soberana de proteger el Medio Ambiente y prohibir el uso de los necro combustibles que nos están matando aceleradamente, como es evidente con las muertes de 488 niños menores de cinco años (no dicen cuántos ciudadanos de otras edades han muerto, pero deben ser muchos) en Colombia, en lo que va de 2016, hasta septiembre, por Infección Respiratoria Aguda (IRA).
Para evitar reacciones contra las autoridades y promover la discordia mutua entre las víctimas, que se satisfacen con hallar circunstanciales y falsos culpables en vez de imponer la solución del problema; esas autoridades espurias cínicamente les achacan a los vecinos fumadores la abundante asfixia.
Ocultan que la causa fundamental del IRA y muchas enfermedades más -además de los chemtrails con que hace años nos fumigan en Medellín, desde aviones fantasmas pero bien visibles, de los que nadie da cuenta ni razón- son los pésimos combustibles que nos suministran ECOPETROL y las transnacionales.
Olímpicamente envenenan el aire, mientras los alcaldes tumban los árboles urbanos que ayudaban a reducir la contaminación atmosférica causada, fundamentalmente, no por el nocivo vicio de fumar tabaco, sino por los necro combustibles que nos suministran las autoridades venales y traidoras.
Inmensamente importante, vital, definitivo, soberano y urgente es la anulación de los Tratados de Libre Comercio, que nos están arruinando debido a la vileza de los tecnócratas de todo el Mundo, auténticos lacayos y verdugos al servicio de los plutócratas que insisten en imponérnoslos a los pueblos, contra nuestros intereses.
Nos roban la soberanía y nos condenan a la miseria con la complicidad activa de los vende patrias empotrados en los gobiernos de todos los países, independientemente de la ideología con que engañen a sus respectivos pueblos.
En concreto, esa presencia virtual de las multitudes exigiendo el reconocimiento y la vigencia plena de sus derechos, es indispensable para derrotar los planes apocalípticos, que van en curso acelerado actualmente.
La Comunidad Virtual Mundial conformará la masa pensante y actuante necesaria para cambiar el modelo económico suicida, impuesto por el Neoliberalismo, por otro basado en el bienestar de las mayorías y el respeto al Medio Ambiente, en una sociedad plana donde nadie subyugue, suplante ni domine a nadie.
1.2 Ideologías que matan
Desde luego, desenmascarar y atacar a los enemigos comunes es algo que los dogmáticos no toleran pues, para ellos, se trata de lo que llaman sus “principios”.
O sea, de postulados que suelen atribuirles directamente a sus dioses y a sus profetas (quienes serian sus voceros), de modo que los consideran asuntos más valiosos que la Vida, aterrados con las perspectivas de condenación eterna con que los amenazan sus manipuladores ideológicos.
Así lo constatamos, con reiteración dolorosa y vergonzosa para los seres dignos y libres, observando históricamente a los abrahámicos cometiendo genocidios desde hace tres mil años, ya sea en su original versión sionista tanto como en las cristianas y musulmanas.
De esta última, el yihadismo asesino es una respuesta equivalente al sionismo que desde que salieron los judíos de Egipto extingue palestinos como si despojar y exterminar a quienes se les ocurra fuese su derecho divino, que nadie puede cuestionar.
Es lo que les asegura su libro sagrado, la Biblia o Tora o Talmud o Pentateuco.
Así lo demuestran las osadías del recién fallecido Shimon Peres; o las de su actual reemplazo en la cabeza del estado sionista, Benjamín Netanyahu.
Ambos son fieles y letales copias del doctor guerrillero, Ben Gurión, el gran saqueador de estos pueblos desamparados; héroe fundador de Israel en el territorio palestino.
Lo consiguió mediante una abusiva decisión de la ONU, tomada en noviembre de 1947, que la Humanidad debe revertir en aras de la justicia, la igualdad jurídica y los derechos legítimos -no fantásticos ni mágicos, ni escatológicos ni arbitrarios, fanáticos y dogmáticos-, de los pueblos y los individuos de todas las condiciones sociales.
Se trata de grandes conquistas humanistas de la civilización, que pueden estar al alcance de quienes estamos vivos y tenemos la obligación de transformar la sociedad.
Lo lograremos si actuamos con dignidad, en vez de permitir que los apocalípticos se salgan con la suya.
1.3 Cosa nostra, no de capos
Acudiendo a la saludable, honesta e indispensable trasgresión de las ideologías; en defensa del libre examen frente a las aterradoras profecías apocalípticas de los abrahámicos y las mortales recetas neoliberales, que no admiten dudas ni la intervención de la razón ni del sentido común en la imposición de sus creencias; conviene contextualizar a nivel mundial los sucesos de cada país, partiendo del proceso de paz en Colombia.
Parto de donde estoy y vivo yo, desde un pueblo inquieto y resuelto a liberarse, al que pertenezco, que está aportando ideas y acciones al proceso global, tan espontáneo, auténtico, universal, fraternal, libre, multipolar y creativo, que estamos viviendo las generaciones actuales, de diversas edades, y que es la responsabilidad de quienes sigan o sigamos estando vivos, continuar hasta vencer a los sicópatas al mando, independientemente del lugar dónde nos encontremos.
Al respecto, “la verdad es la primera sacrificada en la guerra”, afirma -en el foro que dio lugar a este escrito- Herbin Hoyos, quien agrega que “todos los que han cometido crímenes son criminales”.
Contra éstos (realmente contra los de las FARC-EP solamente, pues no menciona a, ni su lucha es por, las víctimas del régimen, ya sean directamente de las fuerzas armadas constitucionalmente o de la Mano Negra a su servicio) se muestra tan radical que no duda en afirmar, sin importarle que en el lapso los crímenes aumenten, que “si tenemos que aplazar la paz, aplacémosla... pero los crímenes de lesa humanidad no son negociables”.
Tan radical afirmación de principios pretende soslayar que el tratamiento que les da el “Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición” a los tradicionalmente impunes criminales de lesa humanidad, inflige un castigo efectivo porque evita que, basada en la Verdad Completa, la sociedad vuelva a caer en los engaños de los criminales que la someten bestialmente, gozando de esa insoportable pero usual impunidad.
Su castigo será ejemplar, efectivo y real, hasta reeducador, en la medida en que sus delitos de todo orden sean conocidos por la opinión pública sin las restricciones que pone la justicia ordinaria para proteger delincuentes de buena posición social, con capacidad para comprar o amedrentar a los jueces y seguir ejerciendo un poder perverso sobre los ciudadanos indefensos.
Sin dudas, es preferible que la gente decente los desenmascare y les pierda el miedo, difundiendo la Verdad; a que los delincuentes de alto nivel paguen unos años de cárcel vacacional, conservando el ascendiente social que les permitirá seguir abusando de los conciudadanos inermes, impotentes, decentes, honorables, dignos, ofendidos y engañados.
Tras haber purgado simbólicamente sus delitos con unos pocos años de cárcel, pletóricos de comodidades y gabelas -como las disfrutadas por Andrés Felipe Arias, a quien sus escoltas carceleros condujeron al aeropuerto que lo sacó del país en 2014, estando condenado por la justicia ordinaria, de la que cínica e impunemente huyó-, sabemos de sobra que no dejarán de cometerlos de nuevo mientras la sociedad los tolere, sobre todo cuando digan haber saldado sus deudas con la justicia y recuperen su poder personal, tan amedrentador.
Nuestra prolongada guerra civil ha sido de baja intensidad en las ciudades cercadas por la delincuencia común organizada, cuyas acciones son constantes contra los individuos y las comunidades amedrentadas, que tienen que acostumbrarse a ese oprobio para sobrevivir en condiciones menos penosas que las sufridas por los campesinos desplazados por la guerra
Sus expresiones de lucha entre ejércitos rivales se han dado en el campo, fundamentalmente; lo cual les ha permitido negar su existencia a instigadores tan notables como Álvaro Uribe Vélez y sus huestes de terratenientes y vende patrias.
Por fortuna, quienes, igual que las víctimas que Hoyos representa y suplanta, por lo visto, hemos sufrido esta experiencia de una guerra civil continua, prevaleceremos en el tiempo, pues nos asiste la razón y nos anima el deseo instintivo de conservación de la especie.
Sus palabras fueron: “Las únicas que prevalecerán en el tiempo son las víctimas”.
Pero nosotros no delegaremos en nadie nuestro derecho a ejercer poder personalmente, como parte de un colectivo que comparte nuestras cuitas y visiones.
Ni en víctimas, que también lo somos, ni en victimarios, ni en ninguna estirpe politiquera, sea teísta, agnóstica o atea, volveremos a creer, ceder o confiar la creación del futuro común ni la defensa eficaz del presente, pues conocemos la catadura de los sicópatas que han campeado en la Historia, de modo que hemos aprendido del pasado y no lo vamos a repetir.
Procederemos como ciudadanos libres unidos en busca del bien común, en vez de matarnos mutuamente para conservar y aumentar privilegios de sicópatas innombrables, enemigos comunes de la Humanidad y la Vida.
De todas formas, es plausible la intención de que “busquemos hacer el mejor acuerdo”.
Se trata de un compromiso de todos, que lograremos sortear con éxito gracias a la participación personal; crítica de todas las participaciones (redundancia deliberada) y respetuosa de todos los participantes.
O sea, debatiendo todas las ideas sin necesidad de insultar ni de reverenciar a quien las expone; respetando a la gente pero sin temas vedados ni sagrados, pues todo es debatible en la búsqueda de la Verdad y la reconciliación auténticas.
No hay ideas sagradas; lo sagrado es la Vida que desprecian los fundamentalistas, dispuestos a que los crímenes sigan si no se promete castigar a los culpables, así no se les castigue al fin, pero se aparente sometiéndolos a instituciones que hieden y el pueblo rachaza y está resuelto a cambiar.
Lo importante serían los principios innegociables surgidos de una rigidez moral que pone por encima de la Vida las convicciones de quienes comparten tales principios...
Bajo tal lógica, el castigo sería para los culpables que atacan el régimen.
No alcanzaría para los héroes del glorioso ejército nacional y de la ejemplar policía, aliados con la Mano Negra, que lo defienden y sostienen a punta de crímenes abominables, cuya gravedad es mayor al escudarse en leyes y una Constitución Política violadas reiteradamente para que sus creadores sigan haciéndolas, en su beneficio y contra los intereses de las mayorías.
¡Qué paradojas las de la democracia representativa y el derecho de las élites!
Pero basta negarles cualquier autoridad y derecho sobre la Vida y los seres que la ostentan o el Medio Ambiente que la sustenta, para que su poder se derrumbe.
Es el camino de los pueblos. O sea, del 99% sometido al oprobio por los sicópatas al mando, en todo el Mundo.
Es absurdo que un 1% de desalmados plutócratas impunes siga robándonos y obligándonos a asesinarnos mutuamente a los demás. Pero lo harán mientras nos dejemos.
1.4 Paradojas de la libertad
En contraste con Herbin, quien también dice haber sido víctima de gobierno y paramilitares, no sólo de las guerrillas de las FARC-EP; el ex guerrillero del ELN, Carlos Arturo Velandia, cuya familia fue víctima del Ejército por tal parentesco, exclusivamente, pues no eran delincuentes; afirma que “Aquí unos y otros tendrán que responder; y para eso es la Jurisdicción Especial”.
Cabe agregar que dicha Jurisdicción también incluye “la Unidad de investigación y desmantelamiento de organizaciones criminales y sucesoras del paramilitarismo -punto 74 de la Jurisdicción Especial para la Paz”, que daría cuenta de un factor de violencia nada despreciable, con el que no podemos convivir de ninguna manera tras el desarme de las guerrillas, de modo que exige una solución pronta y definitiva que, en buena medida, se lograría deslegitimando la persecución a las drogas del placer.
El tratamiento dado a los alucinógenos en el Acuerdo es perverso, pues busca mantener el sucio negocio garantizando su alta rentabilidad y los sufrimientos sociales que conlleva su ilegalización arbitraria y moralista, además del alto costo ambiental y penal.
En consecuencia con la verdadera justicia esperada, Carlos Arturo Velandia pide que los generales también confiesen sus delitos atroces; o que sean condenados a pagar cárcel, en caso de no hacerlo, como cualquiera de los asesinos de las FARC-EP que escandalizan a Herbin H., lo cual parece justo y razonable.
Hoyos retoma la palabra para enfatizar la justicia del reclamo de las víctimas de las FARC, callado arbitrariamente por la Mesa de la Habana con métodos burocráticos inaceptables por la sociedad civil, cuya existencia reconoció Alejo Vargas, seleccionador de víctimas participantes en los diálogos, como representante oficial de la U. Nacional encargada de tal tarea.
Lo expresó en entrevista pública realizada por CNN, anunciando que la Mesa tomó nota de la justa protesta de las víctimas de las FARC-EP, y está dispuesta a enmendar tan censurable comportamiento; que lo es desde el punto de vista de la vigencia de la democracia como camino adecuado para forjar, ambientar y consolidar la paz.
Dicho cambio de actitud es posible porque el Acuerdo no fue aprobado de bulto, afortunadamente.
No obstante, es un ejercicio valioso y riguroso que sirve como insumo para la participación popular en la construcción del país que quieren las mayorías pero que nunca les han permitido darse.
Pero sigamos con lo dicho en el Foro.
“La paz no se negocia, la paz se impone”, responde el señor Fernando Vargas, un radical fundamentalista enemigo declarado de las FARC-EP, presidente del Comité Nacional de Víctimas de la Guerrilla y profesor universitario; bastante arrogante, convencido de que la verdad es su personal posesión, con nadie compartida.
El estentóreo y categórico personaje también resultó siendo víctima de las AUC, que habrían amenazado a su familia, obligándolo a huir al extranjero durante dos años, lo cual habría sido el motivo para abstenerse de opinar sobre la costosa indemnización de los paramilitares, desmovilizados al amparo de la permisiva Ley de Justicia y Paz que les ofreció generosamente el hijo de don Alberto.
Tal patente de corso fue cocinada para resocializar a los capos del narcotráfico de derecha, haciéndolos pasar por altruistas defensores de una causa política justa, como lo sostuvieron los capos Salvatore Mancuso y el leguleyo Báez en el Congreso de la República, al anunciar su entrega en condiciones altamente favorables para ellos, que serían considerados héroes de la patria.
Ocurrió en 2005 con los pactos de Santa Fe de Ralito, en una tétrica farsa organizada por funcionarios de Uribe, e instigada por los mismos refundadores de la patria animados por Andrés Pastrana Arango tras el oso que le hizo pasar Tirofijo en su propio camino hacia el Nobel de Paz, que le vino a birlar Santos en 2016.
Se trata de una absoluta canallada cuando, simultáneamente, se califica de terroristas y narcotraficantes a quienes no los mueve el lucro personal sino el deseo de cambiar el régimen oprobioso, ofrendado sus propias vidas.
Los macabros personajes fueron desmovilizados ventajosamente, al menos mientras la sociedad lo toleró, gracias a los buenos oficios de su colega y socio Uribe Vélez, no sólo Santiago sino el poderoso Álvaro, todo un presidente que llegó al cargo con los votos cautivos de caciques politiqueros y mafiosos.
Una vez posesionado, actuó como dictador, pisoteando la legalidad cotidianamente, contando con el aplauso de la extrema derecha abanderada por el periódico El Colombiano y otros medios de información y alineación masivas.
Atenido a su letal ascendiente sobre algunos individuos proclives al masoquismo, Álvaro Uribe Vélez comprometió al Dr. Ternura, Luis Carlos Restrepo, hoy fugado de la justicia ordinaria, en tales procederes propagandísticos y criminales.
De tal show “democrático” fueron parte los falsos paramilitares desmovilizados, quienes resultaron siendo habitantes de calle, contratados a propósito para mostrar el triunfo de Uribe sobre sus incautos socios mafiosos, pero sin hacerles ningún daño.
El objetivo era conmover, distraer y convencer a la galería de cretinos dispuestos a divinizar redentores.
Volviendo al Foro, por esa desafortunada coyuntura, la huida del señor con su familia, nos quedamos sin conocer la protesta eventual del flamante presidente del Comité de Víctimas de las Guerrillas, abiertamente reacio a que los guerrilleros reciban dinero tras su desarme y desmovilización.
No obstante, es una práctica que impulsó el chalán afortunado mediante la onerosa indemnización de dos millones y medio de pesos a cada uno de los 34.000 paramilitares que resultaron desmovilizándose gracias a las artes del Dr. Ternura, quien antes había dicho que tales compatriotas no superaban la cifra de ocho mil.
Sin duda, es obvia la coincidencia de la pax romana propuesta por el ecuánime y justiciero señor Vargas con la política arrasadora, totalitaria y antidemocrática de la llamada “Seguridad Democrática” del sereno y profundo capo, Álvaro Uribe Vélez.
Este macabro personaje consideró, como sicópata aventajada que no comprende el sufrimiento humano, o disfruta causándolo, más grave el artificial y rentable narcotráfico que los genocidios de miles de inocentes e inermes ciudadanos, cometidos por los extraditados jefes narcotraficantes cuando estaban actuando como paramilitares en defensa del régimen oprobioso y despiadado.
Gracias a su osadía y brutalidad, dicho régimen fue consolidado, con aspiraciones de eternidad, durante ocho años de dictadura populista ejercida por el notable sicópata paisa, el imprescindible que sigue dando lora para evitar pagar sus delitos o que los reconozcan sus engañadas huestes de buenos capaces de todo crimen en su nombre glorioso.
No obstante, tras tanta mentira develada y tanto hedor furibista, su continuidad está en veremos, pendiente de las argucias de estos lamentables Maquivelos de corto vuelo, absoluta carencia de escrúpulos y ambiciones sin medida.
En cuanto al foro, el moderador lo concluyó con una anécdota efectista sobre la lamentable y pavorosa situación del país y el Mundo, tan bien asentada en Medellín:
- “En una nutrida reunión, el alcalde Federico Gutiérrez les pidió a los asistentes que no estuviesen siendo extorsionados que alzasen la mano, pero ninguno lo hizo. No obstante, cuando pidió que la levantasen los extorsionados, todos lo hicieron.”
Desde luego, el espíritu que anima el debate franco constituye el más valioso resultado del plebiscito y de las conversaciones adelantadas entre el Gobierno y las FARC-EP durante la presidencia de Santos, puesto que ha obligado a los ciudadanos dignos a involucrarse con ánimo asertivo en lo que politiqueros y representantes han fallado y considerado su especialidad.
El propósito es acertar multitudinariamente, para que todos podamos ganar y los enemigos camuflados sean castigados y desempoderados definitivamente. Para remplazar la Historia por una época maravillosa, donde la lucha por la subsistencia en condiciones superiores, continúa; pues, “¿dónde irá el buey, que no are?”
2/5 Polos del conflicto
2.1 Mecanismo justiciero, eficaz e invencible
En términos sencillos, la necesidad de que se conozca la Verdad Completa abre el camino más firme para que, por fin, haya justicia en un país de impunidades permanentes, de represión constante a los ciudadanos, de magnicidios y asesinatos políticos sin culpables, pues éstos se encargan de que nadie los juzgue, como bien lo aprendió, enseñó y practicó el advenedizo Pablo Emilio Escobar Gaviria, en su tiempo, al poner a la sociedad de rodillas a punta de terror y arbitrariedad.
Sin embargo, si logramos que se imponga la Verdad, es posible que, al fin, sepamos quién mató a Jorge Eliécer Gaitán, a Luis Carlos Galán Sarmiento, a Jaime Pardo Leal, a Bernardo Jaramillo Ossa, al comandante papito, Carlos Pizarro León-Gómez, a Jaime Garzón, Héctor Abad Gómez, Libardo Betancur, Luis Fernando Vélez, casi a toda la Unión Patriótica, a muchos del M-19, del Quintín Lame, del ERP, del EPL y a tantos más.
Mientras tanto, ¡Quién se atreve a señalarlos, muere; pues los bandidos de cuello blanco no están dispuestos a perder su derecho a matar, robar, mentir y saquear a su gusto, gozando de impunidad total!
Por eso, aunque arrogantemente arrodillan a los ciudadanos inermes y alienados; ellos mismos se arrodillan ante el amo extranjero, esperando que los proteja cuando los pueblos recuperen el poder que les pertenece y cada vez más ciudadanos ejercen, sin pedirle permiso a nadie ni afiliarse a nada.
En estas condiciones, para alcanzar la fuerza multitudinaria requerida para vencerlos definitivamente, procederemos al mismo tiempo, de manera tan simultánea como sea posible.
Procederemos guiados por lo que nos enseñó la valiosa Primavera Árabe, que inspiró a los “indignados” españoles y al 99% de víctimas de los plutócratas que ocupó Wall Street en ese glorioso 2011, y por cuya causa están siendo cazados como conejos los valiosos kurdos, hoy empeñados en recuperar Mosul, en el Irak que tan duro les ha dado a nombre del sunismo practicado por Sadam Hussein y representado por el ISIS.
Para vencer mediante la indispensable Revolución Mundial, los ciudadanos están despertando y comprenden que sólo nos liberaremos de la opresión de los sicópatas si cada uno asume su cuota de poder personal para aliarse con los demás que hagan lo mismo.
El poder popular auténtico, sin intermediarios que suplanten a otros, sin representantes de los ciudadanos soberanos, está, por primera vez en la Historia, al alcance de las mayorías, mediante el debate amplio a través del Ágora Virtual Mundial, el versátil Internet.
Esta extraordinaria herramienta, pensada para controlarnos minuciosamente, está siendo el medio idóneo para reunir voluntades de seres libres, expresando todas las opiniones y propuestas tan amplia y detalladamente como se desee o cada uno esté en condiciones de hacerlo, sin censuras ni represiones, en uso pleno del derecho consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Éste garantiza la libertad de opinión y expresión, sin límites impuestos por ideologías llenas de principios arbitrarios, que niegan tal Declaración.
La idea central de la Democracia Directa o Auténtica es que cada uno exponga su verdad, de modo que la construcción de la Igualdad Colectiva Convencional, en beneficio común, sea un proceso amplio y sin censuras, suficientemente decantado y capaz de derrotar las mentiras o verdades mutiladas, tergiversadas y perversas difundidas por los sicópatas, en su beneficio y contra los intereses y derechos de las mayorías despojadas y subyugadas.
Estos enemigos comunes nos llevan aceleradamente al matadero con sus recetas neoliberales y su falsa democracia representativa, que usan para engañar con ilusiones de libertad a sus esclavos, en caso de que el régimen no sea abiertamente totalitario.
El gran propósito justiciero de la original “Jurisdicción Especial para la Paz” pactada en los Acuerdos rechazados por el plebiscito, es que la mentira sea desenmascarada y derrotada por el conocimiento y la difusión de la Verdad Completa.
Es que la mentira constante y reiterada, se vuelve verdad, según Goebbels y Laureano Gómez, y las jerarquías furibistas, empezando por su gran caudillo, Álvaro Uribe Vélez, y su pariente, José Obdulio Gaviria Vélez, campeones de la Neolengua y la desinformación y confusión que la caracterizan.
De tal manera, la mentira oficial, judicialmente legalizada con recursos sórdidos, cuando se da la oportunidad, o, simplemente, sostenida siempre en vez de la Verdad, protege a los peores criminales con recursos formales.
Muchos son argucias leguleyas propias de la mendaz y venal justicia ordinaria subordinada a los poderosos del régimen, independientemente de la ideología en que justifiquen su ejercicio del Gobierno, o del partido al que pertenezcan.
Por eso, en beneficio de la sociedad y de las víctimas de los criminales, cínicos, despiadados e impunes; con la difusión más amplia posible y detallada de la Verdad histórica, se intenta que ésta impere, se imponga y sea conocida, sin tolerancias, complacencias, esguinces ni privilegios para nadie, de modo que a cada uno lo conozcamos tal cual es, no como aparenta ser para engañar a los crédulos.
Esta social e individualmente saludable epopeya de sinceridad, es pretendida por la “Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición”, que es parte esencial de dicha “Jurisdicción Especial”.
Sin dudas, representa una garantía verosímil para una Paz con Justicia Social, que es el requisito esencial para que sea permanente.
Se trata de un poderoso instrumento legítimo, no contaminado por los intereses en conflicto. Reconocido internacionalmente como original y válido para la reconciliación y la garantía de una paz estable y duradera en Colombia, al menos en cuanto se refiere a las FARC-EP.
Pero la Paz la deseamos y puede conseguirse con todos los que la perturban, no sólo con las guerrillas, o con los paramilitares convertidos en delincuentes comunes puros, sin ideologías políticas que contaminen su actividad delictiva, tras la desmovilización de algunos de sus jefes por arte de Uribe Vélez.
Se alcanzará en la medida en que, gracias al conocimiento pleno de la Verdad apropiada por las mayorías, no podrán seguir impunes los bandidos que intentan pasar agachados para delinquir sin recibir ningún castigo, que es a lo que están acostumbrados en este régimen podrido y moribundo.
En él, las víctimas suelen callar para evitar ser más victimizadas, pues nadie les hace justicia.
Conseguirla es asunto de ellas, pero no sólo de ellas, que la sociedad se está apropiando, pues realmente es asunto de todo el pueblo interesado en ejercer su poder.
De esta democrática manera, la justicia para todos, sin preferencias ni negligencias, se hará extensiva a las mayorías subyugadas y abusadas por el 1% de sicópatas gobernantes.
2.2 Solución contra los mentirosos y su arte
Pero su impunidad basada en la mentira es lo que han pretendido perpetuar las peligrosas BACRIM y sus poderosos jefes integrados a la dirigencia nacional de los grandes cacaos, cuyo más conocida cúpula, Luis Carlos Sarmiento Angulo, considera que la Carretera al Llano es lo máximo que le ha ocurrido a la patria, pues lleva las riquezas de la Naturaleza, hasta ahora conservadas, a los mercados que las agotan.
Por eso, además de lucrarse con su construcción -y pese a la traumática y costosa experiencia de atrasos y sobre costos, o precisamente por esa rentabilidad oculta en los presupuestos iniciales del indispensable Túnel de la Línea, que Uribe presentó como una de las obras estrella de su ministro de obras públicas, Andrés Uriel Gallego (RIP), pero que apenas vendrían a terminar y entregar los contratistas privados a mediados de 2017-, el destacado y recién condecorado cacao Sarmiento también apoya irrestrictamente las Carreteras de Cuarta Generación, tanto como la incorporación de la Altillanura a la ya extensa y subutilizada frontera agrícola, lo cual agrava el problema agrario y golpea mortalmente el Medio Ambiente.
En vez de construir carreteras modernas y costosas, que el pueblo siempre paga a costa de su bienestar, con impuestos inicuos; lo más racional y conveniente para revitalizar el mercado interno rápidamente, ofreciendo empleos a muchos campesinos que, ahora, carecen de ingresos y se debaten en la miseria, sería revivir el corredor ferroviario que conecta a Santa Marta con Buenaventura.
Su construcción fue una verdadera proeza que costó miles de vidas, porque la batalla contra la Naturaleza era a machete y hacha, no con motosierras y maquinaria capaz de destruir la selva en un abrir y cerrar de ojos.
Desgraciadamente, esto ha ocurrido con la selva del Amazonas, en Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia y quieren apurarlo y extenderlo en Colombia, donde ya se ha arrasado el 12% del precioso pulmón mundial, y la depredación del “Tesoro del Mundo”, el precioso Parque Nacional de La Macarena, desde octubre ha comenzado, gracias a los manejos sucios de las petroleras amparadas en las vilezas de Santos y sus compinches.
Tal proeza de la ingeniería, la construcción de los Ferrocarriles Nacionales, que enorgulleció a las generaciones de fines del siglo 19 y comienzos del 20, pero que el Estado ha ido abandonando desde los 1960, también abrió selva para explotar sus recursos, creando pueblos prósperos a costa de la biosfera, notablemente abundante en esos tiempos.
Sin embargo, tras dejar decaer el vigoroso ferrocarril por la desidia e inconfesables intereses de los gobernantes de turno, desde hace años dichos pueblos han sido ignorados y marginados por la ola de carreteras.
Ésta fue iniciada, destruyendo ecosistemas por doquier, a nombre de un dudoso progreso que es auténtica depredación, en esos sesentas del siglo 20.
El propósito de los negociantes de los bienes públicos, en ese entonces, era satisfacer las demandas o necesidades de infraestructura para rodar sus vehículos, y poder halagar a los consumidores ofreciéndoles carreteras para hacerlo; de la hoy fugada Chrysler Colmotores.
Con tan lamentable sustitución del eficiente y poco contaminante ferrocarril, que no tendría más remedio que ser eléctrico en la actualidad, por camiones de gran tonelaje altamente contaminantes, de nuevo han demostrado las canalladas ecocidas que mueven al capitalismo, y que disfrazan de ansias legítimas por ganancias financieras cuya obtención no tiene barreras ni respeta nada.
Es que “negocios son negocios”, o “business are business”, de modo que no hay moral que los afecte, a nos ser la sucia y deliberada que impulsa el narcotráfico prohibiendo el consumo de las sustancias en que se basa, pero que nada dice de la esclavitud o de la destrucción deliberada y creciente de la biosfera, ni de la producción y el comercio de armas o de agro tóxicos.
Los enemigos comunes prefieren ampliar la ya enorme y contraproducente frontera agrícola, en vez de aprovechar las tierras incorporadas hace años a los mercados, dotándolas de una infraestructura -con vías secundarias y terciarias, y otras obras necesarias- barata y fácil de mejorar y construir, si no existe.
Evidentemente, esta medida facilitaría, a corto plazo y sin necesitar inversiones gigantes, la producción agropecuaria, sana y abundante, de origen orgánico en vez de químico y tóxico, que requiere nuestra soberanía alimentaria.
Aseguraría cuestiones tan convenientes y factibles como:
· un abundante y variado surtido de productos frescos;
· ingresos para los productores, dotándolos de capacidad de consumo en el mismo mercado interno,
· oportuna atención y fácil acceso a los mercados locales y regionales,
· crecimiento y consolidación de una sólida economía local,
· reducción de los daños ambientales que surgen del esquizofrénico y nocivo comercio exterior.
Aunque fascina a los vendepatrias, quienes se las tiran de profundos economistas permitiéndolo y fomentándolo con respeto supersticioso, quizás sin comprenderlo ni barruntarlo –pues mediocres y bruticos sí son, no solamente ambiciosos-, el desastre oculto tras el crecimiento incesante y anual del PIB sólo beneficia a las multinacionales, si mucho, pues los daños nos afectan a todos como seres humanos, aunque los capitalistas no lo entiendan y los sicópatas se aprovechen de su ignorancia para apurar el Juicio Final.
Nuestra capacidad productiva autónoma la hemos perdido por las imposiciones del Neoliberalismo, disfrazadas de razones de rentabilidad, costos y ventajas competitivas, que surgirían de los negocios a gran escala; de modo que dudar de su superioridad respecto a cualquier otra alternativa económica, sería un pecado grave contra Harvard y el Consenso de Washington, que ningún vende patria está dispuesto a cometer, para no sufrir el castigo de exclusión (“ostracismo”) del depredador sistema neoliberal, fuera del cual no hay salvación.
Pero si las despreciadas multitudes, llenas de sentido común, amor propio y temor a la hambruna, nos libramos de estos embelecos especulativos que quieren presentar como sesudas razones económicas que un buen gobernante tiene que aplicar; de saludable y soberana manera terminaría la peligrosa dependencia respecto a proveedores extranjeros, que no tienen responsabilidades con la población y sólo buscan arruinar la producción nacional, así tengan que vender barato al principio, aplicando el llamado dumping, pues pronto terminarán arruinando a la competencia local y maximizando su tasa de ganancias.
Es que tales responsabilidades las debería ejercer el Estado, si estuviese al servicio de los ciudadanos y no de los enemigos comunes.
Esa es una razón válida y de mucho peso para que queramos controlarlo nosotros, los olvidados y despojados de siempre, en vez de dejar que lo sigan haciendo los politiqueros codiciosos, traidores y mediocres.
Por eso, en vez de revivir el ferrocarril -algo de lo que Santos ha hablado con timidez pero sin proceder, aunque sería lo más sensato, productivo, justo, provechoso y expedito-, eligen seguir tumbando monte en territorios hasta ahora sustraídos de la voracidad depredadora del Capitalismo Salvaje.
Desde luego, los cacaos prefieren ampliar la frontera agrícola a costa del cada vez más escaso y deteriorado Medio Ambiente, en vez de devolverles sus tierras a los descendientes de los numerosos colonos y habitantes originarios que han ido despojando a través de 200 años de republicanismo precapitalista, heredero de 300 años de colonia.
Así se mantendría el statu quo, que tanto defienden los latifundistas improductivos.
Además, dispondrían de más tierras para sus futuros despojos a los nuevos colonos legitimados por el régimen con la Reforma Rural Integral, en caso de que sus tierras sobrevivan a la inversión de los agro negocios que tendrán que hacer con las transnacionales arrasadoras, que “matan, no tapan y se van”.
Proceden como cualquier Drummond o Glencore en la Guajira, matando sindicalistas, asolando el territorio, destruyendo familias y comunidades wayúu ancestrales, arrasando con su cultura y tradiciones y condenando sus niños al abandono por parte del Estado, que los deja morir de sed e inanición.
Sólo se largarán esos despreciables e inhumanos depredadores extranjeros, dejando desolación y dolor, cuando agoten la mina de carbón a cielo abierto más grande del Mundo, El Cerrejón, y hayan secado el Río Ranchería, o dejado sus aguas impotables, como ya está ocurriendo con los pozos y acueductos recientemente construidos, que transportan veneno líquido que hacen pasar por agua.
¡Pero así son, y se sacralizan con sus crímenes.!
Hasta ahora imperan la demagogia, la politiquería, la corrupción, la traición, el populismo, la represión, la alienación, la ignorancia de las humanidades, la adoración por la tecnología, el desprecio a la Vida, la especialización técnica que hace de las universidades meros politécnicos y fábricas de ingenieros que no cuestionan su actividad sino que se ufanan de su capacidad para transformar la Naturaleza en desiertos, a un ritmo infernal; la desinformación, el saqueo, la destrucción de comunidades ancestrales, la indiferencia, la insensibilidad, la mentira y el delito.
Toda esta barbaridad es posible porque las mayorías no ejercen su cuota de poder.
Pero, en Colombia, estamos en trance de hacerlo si aprovechamos la oportunidad que nos está ofreciendo el destino con el asombroso camino de los Acuerdo de Paz, en cuya definición y mejora todos podemos concurrir, y lo estamos haciendo.
Mientras tanto, como siempre, llenos de impunidad, poder, riquezas y privilegios, los grandes capos del establecimiento viven protegidos por el secreto y el temor de los jueces y demás autoridades, que prefieren servirles a perder sus preciosas vidas por tirárselas de honrados y valientes.
2.3 Verdad, Justicia y Paz
Por eso es tan importante para la convivencia respetuosa y gratificante -a fin de evitar malos entendidos y confusiones deliberadas logradas con mentiras de carácter goebbeliano o furibista-, la creación de la “Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición”.
Según lo pactado, será “un órgano temporal y de carácter extra-judicial, que busca conocer la Verdad de lo ocurrido y contribuir al esclarecimiento de las violaciones e infracciones y ofrecer una explicación amplia a toda la sociedad de la complejidad del conflicto; promover el reconocimiento de las víctimas y de las responsabilidades de quienes participaron directa e indirectamente en el conflicto armado; y promover la convivencia en los territorios para garantizar la no repetición” (Punto 5.1.1.1 del Acuerdo, Página 118 de 297)
Desde luego, para quienes posan de dechados de virtudes morales y principios inhumanos superiores a la ética civilista y ecuménica, al menos entre sus clientelas engañadas; el hecho de que se conozcan sus crímenes y se derrumben sus castillos de mentiras significa una derrota rotunda y definitiva.
La certeza social de su catadura criminal confirmada por sus obras y hechos, aunque negada siempre por sus sibilinas lenguas, fortalecerá a la sociedad al dotar a sus miembros de la capacidad para desenmascarar y neutralizar criminales avezados y anacrónicos.
Los estafadores politiqueros, cada vez contarán con menos ingenuos a su disposición.
La razón es que, aunque manipulados y fanatizados a su conveniencia; mediante el conocimiento de la Verdad las personas dignas son capaces de abrir los ojos, reaccionando contra quienes abusan de su honorabilidad convirtiéndolos en enemigos de sus mismos hermanos y, en realidad, de sí mismos, pues todos sus desvelos son para el caudillo iluminado que los seduce.
Conociendo los crímenes históricos e innegables de sus manipuladores, se hará verdadera justicia con el repudio abierto de quienes han caído en sus engaños, ingenuamente, de buena fe, creyendo en los poderes providenciales del gurú.
Es algo más útil y provechoso para la armoniosa convivencia colectiva que la farsa judicial que condena a unos cuantos años o meses de cárcel vacacional, llena de lujos y prebendas, a los defraudadores de los ciudadanos y traidores a la patria.
Sin remordimientos entregan las riquezas naturales y el patrimonio común (o público) a las transnacionales, violando los más elementales principios de soberanía.
Igualmente pisotean la justicia tributaria, pues los impuestos para construirles la infraestructura con que nos saquean, los paga el pueblo a través de impuestos indirectos cada vez más inicuos y elevados, como se apresta a hacerlo la Reforma Tributaria que Santos está resuelto a imponernos.
Se trata de otra bestialidad neoliberal, antieconómica y antipopular, de su ministro de hacienda, el escabroso cínico y vende patria, Mauricio Cárdenas Santamaría, que prohijó un notable negociado con la Refinería de Cartagena y nos dejó sin Isagen, una empresa estratégica, siempre rentable y naturalmente no enajenable, mucho menos susceptible de entregarla a intereses extranjeros.
Pero es lo que les ordena el Neoliberalismo a su cipayos; y todos obedecen. Al menos, lo harán mientras los pueblos sigan indolentes, confiando en tales canallas.
Tal es el caso con el incremento obligado del artero y ominoso IVA (Impuesto al Valor Agregado) que -del 5% conocido como Impuesto a las Ventas en el cuatrienio de Belisario Betancur, 1982-1986, cuando los impuestos directos al patrimonio y al capital todavía existían como rastro de alguna equidad tributaria en el despiadado y egoísta capitalismo- Santos piensa aumentar al 19%, según el actual proyecto de Reforma Tributaria.
Cínicamente, el ministro Mauricio Cárdenas Santamaría considera que es poco, pues en Europa ya les han aplicado el 24%, sin que la protesta popular haya intervenido. De todos modos, juegan con dinamita.
Es lo que les ordenan los dueños del Mundo a sus cipayos, para ampliar aceleradamente la brecha entre transnacionales y pueblo, lo cual se logra al financiar el gasto con impuestos indirectos y deuda pública, mucha de ella ilegítima, con el propósito explícito y brutal de mantener la exención de impuestos a los grandes saqueadores extranjeros y a sus pocos émulos nacionales.
Además de tantos privilegios, las multinacionales abusan sin restricciones ni obligaciones, como lo comprueba la alegre negativa de la suiza Glencore a cumplir con el contrato de construcción de Reficar, durante la dictadura del gurú enrazado en tigre; o el rechazo a indemnizar y devolverles su agua a los wayúu.
Aprovechan que ya no hay oposición armada a sus políticas neoliberales; y que la mortal “economía” es la teoría más sagrada y respetada por los cipayos, en todo el Mundo.
Al menos es lo que todos vemos durante la actual hegemonía del Neoliberalismo, cuando aumentar frenéticamente el PIB y atraer inversión extranjera es la religión común de los politiqueros vende patrias; el dogma indiscutible del desarrollo suicida que sufrimos, como si fuésemos zombis y no fuese nuestra Tierra la que están destruyendo los sicópatas que difunden tales doctrinas repugnantes y antihumanas.
Frente a semejante religión atea, no hay teología que valga más como discurso humano, sacralizado y rodeado de supersticiones, misterios y gurúes sorprendentemente sabios y abusivos, como los directores de la FED emitiendo día y noche dólares sin respaldo, o euros el BCE, o libras esterlinas la City, para prestárselos o regalárselos a los plutócratas, mientras los ciudadanos pierden sus hogares y sus empleos.
Ningún dogma es tan reverenciado y aplicado como el indispensable aumento del mortal PIB, pese a que se trata, evidentemente, de un exabrupto humano, extremadamente suicida en la versión neoliberal, que lleva al límite la irracionalidad capitalista, también suicida, pero a un ritmo menor que, al menos, respetaba lo público.
Es que entregar a la explotación privada los monopolios naturales, que debe administrar el Estado en busca del bien común, rompe radicalmente las reglas de la libre competencia.
Pero éstas son las bases “científicas”, leales, igualitarias, realmente mendaces y nada “objetivas” para dignificar la depredación honrada de la Naturaleza y la explotación decente del trabajo ajeno.
¡Afortunadamente, como última esperanza de rectificación y progreso auténtico, quedamos nosotros, soberanos, dignos y capaces de establecer una paz duradera, si dejamos de matarnos unos a otros por los intereses de los enemigos comunes, en defensa de los nuestros y los de la biosfera que también están extinguiendo!
2.4 Joyas del régimen
No estamos dispuestos a sostener un régimen detestable porque algunos ciudadanos dicen estar escandalizados debido a que los criminales de lesa humanidad de las FARC-EP no pagarían cárcel.
Sucedería en caso de que cuenten todo lo que saben sobre el conflicto, sus instigadores y sus motores económicos, incluyendo, desde luego y puntualmente, el motivo por el cual asesinaron a don Alberto Uribe Sierra, el padre de Alvarito y el angelical Santiago; abuelo, en consecuencia, de los emprendedores Tom y Jerry.
Como es sabido por el escaso público bien informado, desde que alcanzó a figurar tempranamente como el número 82 en la lista Clinton -cuando eran conocidas por la DEA sus relaciones con Pablo Emilio Escobar Gaviria, a quien favoreció ampliamente con matrículas para aeronaves y autorizaciones para construir pistas de aterrizaje y efectuar toda clase de vuelos, como Jefe de la Aeronáutica Civil-, Álvaro Uribe Vélez siempre ha delinquido.
Nunca ha tenido escrúpulos para abstenerse de violar la Constitución y las leyes del régimen, cuya esencia neoliberal y antipopular defiende con procedimientos abiertamente criminales.
Entre tales figuran la legalización de los asesinos organizados de las CONVIVIR, tanto como el apoyo abierto -aunque no admitido casi nunca, a pesar de evidencias contundentes- de las fuerzas armadas a los criminales organizados por los empresarios para defenderse del pueblo en armas.
Por cuestiones de prevención puestas de moda por George W. Bush, admiradas por las derechas criollas, fascistas, asesinas y buenas, que no se conmueven por daños colaterales causados a inocentes; tampoco se abstenían de matar pueblo declaradamente pacífico, por el sutil motivo de que no les creían sus declaraciones de paz.
Es lo que ocurrió con los habitantes del Territorio de Paz de San José de Apartadó, a quienes el digno general Rito Alejo del Río consideró potenciales subversivos, pese a sus declamaciones y hechos de paz, de modo que no tuvo inconveniente en matar a los hijos de quienes fueron despojados de sus cabezas para jugar fútbol en la plaza del villorrio.
Toda una proeza de nuestro glorioso Ejército Nacional, que los cacaos no han dejado de premiar ni el notable Fernando Londoño Hoyos se abstiene de alabar. ¡Almas benditas!
En estas circunstancias, no es extraño que los culpables se esfuercen por evitar que la justicia auténtica conozca oficialmente sus horripilantes crímenes atroces.
Es lógico y comprensible, pero punible e inaceptable, que breguen, por todos los medios, evitar pagar sus crímenes.
Sobre todo, les interesa que no los conozcan, o nieguen su veracidad, sus fieles seguidores, convencidos de que sus jefes son personas decentes, al menos tanto como lo son ellos mismos.
Pero, aunque afecte seriamente a los criminales neonazis del furibismo, ¿Será que el costo en legitimidad de la impunidad admitida por el Acuerdo, para la sociedad pacífica y victimizada, es tan alto que es preferible continuar la carnicería entre hermanos; esas matanzas que causan los bandidos de las FARC-EP, hostigados, careados, retados, acosados, azuzados e instigados por quienes viven de la guerra, convencidos de que mientras ésta dure conservarán su impunidad a base del terror que causan en las masas inermes?
Se trata de otra modalidad de la famosa “doctrina Ñungo” impuesta por el arrastrado Julio César Turbay Ayala, ese arrasador de los Derechos Humanos con su famoso “Estatuto de Seguridad” (seguro antecedente de la arbitraria “Seguridad Democrática” de Uribe Vélez) que consideraba que “todos son culpables mientras no demuestren su inocencia”.
La versión actualizada de los dirigentes furibistas es: “Preferimos continuar la matanza mutua de pueblo, en vez de aceptar que los asesinos de las FARC-EP gocen de impunidad si cuentan todos sus crímenes y delitos”.
Temen, con razón -pues su rabo de paja es enorme, tan grande como la viga en sus ojos, y ya no tiene teflón-, la deposición completa de la Verdad que hace libres a las personas, según el hijo de María de Belén; y castiga a los mentirosos fariseos.
Es algo que bien saben muchos partidarios del gurú, quienes le hacen más caso a éste que al Papa, aunque la mayoría son católicos practicantes, como el beato ex procurador, Alejandro Ordóñez, y el mismo chalán, al menos cuando está en campaña.
No son sólo sicópatas capaces de cualquier impostura, felices infligiendo dolor a los demás y destruyendo la biosfera, pues “París bien vale una misa”, de modo que el ejercicio del poder los enloquece y degenera.
Claramente entienden que la Verdad completa los hunde, los deja desnudos como al famoso rey de los cuentos infantiles, pues sus crímenes no podrán seguir ocultos ni subestimados si la Verdad se impone como la moneda corriente en una sociedad digna, que supere el conflicto estableciendo una paz firme y duradera.
Buscan exorcizar el fantasma que trataron de alejar extraditando notables jefes del narcotráfico, quienes habían cometido espantosos genocidios cuyo castigo no se ha dado.
Para evitar que hablasen, siendo contraproducente matarlos, aunque muchos han muerto en silencio, el gurú los extraditó a USA, estableciendo que es más grave el convencional, perverso y falso delito de narcotráfico que el crimen sistemático de pueblo inerme, lo cual es intolerable y demuestra que son sicópatas los que posan de salvadores y esperan volver a gobernar después de Santos, en vez de pagar sus delitos.
De ninguna manera aceptan la Jurisdicción Especial para la Paz, porque los pone en evidencia, ante el Mundo y ante sus engañadas huestes, fanatizadas pero capaces de reflexionar al contrastar la Verdad con la mentira.
Al fin y al cabo, “mientras hay vida, hay esperanzas”, y son personas buenas aunque notablemente timoratas, engañadas y susceptibles al engaño, lo cual hace difícil que admitan la realidad.
Pero la Verdad tiene la virtud de imponerse a cualquier mentira, cuando la conoce gente decente. Por eso le huyen quienes no lo son pero aparentan serlo. Si se descubre su engaño, se derrumban, como lo veremos a medida que la Verdad recupere sus fueros.
Y sabemos que el propósito explícito de la Jurisdicción Especial para la Paz es que toda la Verdad se conozca, de modo que queden en evidencia las farsas de la Ley de Justicia y Paz, cocinada por los paramilitares para su beneficio, que con cualquier embeleco decretaba pena cumplida y derecho pleno al ejercicio de los derechos ciudadanos por bandidos de una crueldad infinita.
Por fortuna, la Corte Constitucional endureció un poco las recompensas a los criminales despiadados al servicio incondicional del régimen, para que la estafa social no fuese tan evidente.
El propósito original era aparentar justicia para seguir impunes, como lo siguen, hasta ahora, los peores integrantes de la macabra organización fundada por Álvaro Uribe Vélez para recuperar el poder y mantener la impunidad, el tal Centro Democrático.
Pero a los jueces de la Jurisdicción Especial no los podrían comprar ni amedrentar tan fácilmente como a los lagartos que ejercen justicia ordinaria.
De ahí que la rechacen pero sea nuestra obligación defenderla e imponerla, al menos si seguimos sufriendo esta deplorable sociedad neoliberal que nos amenaza con extinguirnos, pero aspiramos a vencerla antes de que lo logre.
La solución real es recuperar el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, para establecer sociedades igualitarias, respetuosas de la idiosincrasia, las costumbres y la cultura de cada pueblo, que ha de dotarse de su propio Contrato Social, desarrollado por los ciudadanos y no por farsantes que los suplanten en Asambleas Constituyentes.
Cuando las Constituciones Nacionales las desarrollan grupos reducidos, inevitablemente perpetúan las sociedades piramidales.
Pero éstas están condenadas a desaparecer junto a la Historia, si las mayorías despiertan y reaccionan contundentemente, antes de que los enemigos comunes acaben con el planeta o, al menos, con las capas que albergan y sostienen indefinidamente la reproducción de la Vida.
Tal es el macabro e intolerable propósito de los sicópatas, ya sean plutócratas sionistas y masones, como los que representa Hillary Clinton, o magnates basp (bancos anglosajones protestantes), como el asombroso loco, Donald Trump, resuelto a imponer la ley del revólver que imperó en el lejano oeste, gracias a la actividad criminal de rubios protestantes, rezanderos, aunque no todos, mentirosos, abusivos, ladrones y asesinos.
Así de retrogrado, retardatario, anacrónico y reaccionario es este esperpento humano.
Pero la Clinton tampoco represente nada provechoso. Es la garantía absoluta de que la locura neoliberal seguirá creciendo exponencialmente, aunque ya es poco lo que resta por arrasar, de modo que en un solo período de la famosa alcahueta, arribista y mentirosa compulsiva, podremos alcanzar el fin del Apocalipsis en curso, por agotamiento de los recursos naturales y el envenenamiento total de la biosfera, no sólo por la guerra que no dejará de profundizar.
En su confrontación con el Neoliberalismo y sus barrabasadas suicidas, el rubio misógino, eugenista y racista, podría frustrar la debacle en curso, para adelantar las suyas; sobre todo si resulta aliándose con el drástico verdugo de Rusia y los kurdos, Vladimir Putin.
Así de sencillo y factible -constituyéndose cada pueblo, a sí y ante sí mismo, con el reconocimiento respetuoso de los demás, en creador de su propio y original Contrato Social o Constitución Política, en el marco del respeto y la ampliación de los Derechos Humanos, mediante el ejercicio pleno de la Democracia Directa-, puede ser salvada la civilización que los sicópatas están empeñados en destruir, como un compromiso con su dios de los ejércitos, en el caso de los abrahámicos, en particular de los sionistas.
De todos modos, es innegable que las tres religiones se declaran partidarias del Fin del Mundo, pues lo consideran una promesa inviolable, sagrada y suprema con sus respectivos dioses, tan diferentes cuando se considera entre ellos a Jesús, el Dios del Amor, quien rompió con la Biblia para establece su propio mensaje de tolerancia, el Evangelio, lo cual le costó su preciosa vida, y él lo sabía y lo aceptó.
Al apropiarnos del poder que pertenece al pueblo y sólo al pueblo, en el entendido de que pueblo somos, por lo menos, el 99% envilecido por el 1% integrado por sicópatas; recuperaremos nuestra soberanía, nuestras empresas, nuestros recursos, nuestra dignidad e identidad. Y castigaremos a los delincuentes de cuello blanco, siempre impunes en las sociedades piramidales.
De ahí el terror pánico de los paniqueros aterradores a que se conozca la Verdad; entre ella, que el poder pertenece al pueblo y se lo han robado los peores ejemplares de la especie. Y que la riqueza es fruto del trabajo común, de modo que todos tenemos derecho a disfrutarla.
Pero ya el pueblo está decidido a recuperar poder y riquezas, para construir sociedades dignas y cobrarles tantas canalladas a los enemigos y despojadores comunes. Si quieres, puedes participar.
3/5 La clave democrática
3.1 Salvadores confiables
Si la gente se apropia del Proceso de Paz, pronto lo cualificará, escalará y mejorará.
Será un punto de inicio idóneo y propicio para la indispensable elaboración de una Constitución Democrática Auténtica, que supla las deficiencias de lo acordado entre Gobierno y FARC-EP; y en cuyo proceso de gestación intervenga todo el que desee superar el oprobio, mediante la construcción de una sociedad plana que lo elimine como criterio de relación entre sus miembros.
Sin desmeritar el serio y detallado trabajo plasmado en los textos conocidos por la opinión pública, que le dan al ciudadano común elementos de primera mano para intervenir con propiedad en todo lo que sea de naturaleza pública; el Acuerdo apenas significa una honorable rendición de los guerrilleros anacrónicos en condiciones ventajosas.
Lo hacen obrando con sensatez y osadía, corriendo riesgos reales a cambio de la renuncia a combatir un régimen inicuo.
Éste queda fortalecido con el Acuerdo, en vista de que el modelo depredador y suicida impuesto por el Neoliberalismo no se toca ni se critica, se refuerza.
Por eso reciben gabelas los guerrilleros, al menos por el momento.
Haciendo escándalos infundados, la extrema derecha las aprovecha para sabotear el meritorio trabajo en busca de la paz, aterrada con las consecuencias que conlleva para sus jefes la consolidación y aplicación de unos acuerdos cuyo eje central y poderoso es el esclarecimiento de la Verdad histórica.
Están acostumbrados a ser juzgados con base en verdades aparentes pero falaces, bastante manipuladas y deformadas; tanto como en testimonios amañados a conveniencia de los delincuentes poderosos contra las víctimas indefensas.
Por eso, la justicia ordinaria que les garantiza impunidades y la ocultación o deformación deliberada de la Verdad, es la que la dirigencia represiva y criminal anhela, para continuar delinquiendo aparentando una soberbia honorabilidad legal que nadie osaría poner en duda públicamente.
Pero los guerrilleros prefirieron la paz y los riesgos que conlleva en medio de una república controlada por bandidos sin escrúpulos, en vez de seguir combatiendo al régimen con las armas.
Su decisión es combatirlo con ideas; así el precio sea tan alto y contradiga lo que serían ideales básicos de la lucha guerrillera.
A saber, la entrega incondicional del territorio y las empresas públicas a las trasnacionales, guiada por las políticas impuestas por las agencias supranacionales que las representan, como el FMI, el BM, la OCDE o la OTAN.
Continúa el modelo económico, oprobioso e inicuo, que dio lugar al alzamiento armado, pero que sigue incólume y fortalecido con las suicidas recetas neoliberales, en detrimento de la gente y el Medio Ambiente, de modo que es la gente la que tiene que entender y defenderse, o nos fregamos todos, definitivamente.
No bastan salvadores armados en el monte para resolver radicalmente los problemas comunes, cada vez más graves y perentorios.
Es cuestión de mayorías conscientes y soberanas, dispuestas a luchar por la defensa leal de sus intereses, con dignidad, sin delegar en nadie su soberanía personal ni su consustancial derecho a decidir e intervenir en los asuntos públicos, libremente, sin imponer sus intereses a los del colectivo, pero sin renunciar a defenderlos cuantas veces sea necesario, si son legítimos porque no perjudican a los demás.
De todas maneras, satisfacerlos es cuestión de prioridades y recursos sociales, que la abundancia ayuda a atender ampliamente, sin confundir el interés particular con el general (o colectivo), que lo supera y subordina.
Si la gente se apropia del proceso, la Verdad Completa brillará, resolviendo definitivamente el problema causado por el imperio del crimen contra los habitantes pacíficos y laboriosos, basado en el terror difundido y practicado por unos sicópatas expertos en mentir y subyugar y traicionar; y en castigar a quienes los traicionan a ellos o pierden su ascendiente.
De lo contrario, los narcotraficantes y asesinos de derecha, quienes dejaron la política en manos del Centro Democrático, ahora, y del Partido de la U, tanto como de Cambio Radical y el Partido Conservador, inicialmente, para concentrarse en los negocios sucios con el acrónimo de BACRIM; esto es, los criminales comunes organizados, seguirán extorsionándonos, robándonos, humillándonos, amedrentándonos y amenazándonos de muerte a todos, mientras no nos maten.
Si nos descuidamos o perdemos la guerra contra el crimen y el régimen que lo causa, tolera y protege, nadie podrá defendernos, pues ya el mexicano Chapulín Colorado está muerto.
Pero los vecinos del sur de la patria del sabio payaso antiimperialista, México, invadida por el crimen como si fuese un espejo de Colombia: El Salvador, Honduras y Guatemala tendrán un cuarto émulo en “la mejor esquina de Sudamérica”.
3.2 Ofensiva neoliberal mortal
Si no asumimos la obligación ciudadana, que es un privilegio exquisito de la Democracia Directa y asiste a cada uno, de ejercer su soberana y personal cuota de poder social con el propósito explícito de unirnos libremente en busca de objetivos comunes, del cual es prioritario y nos involucra a todos la conservación y defensa incondicional, global y multitudinaria de la biosfera; los bandidos sicópatas que monopolizan el poder nos doblegarán definitivamente.
La opresiva sociedad neoliberal autocrática y depredadora se fortalecerá e impondrá hegemónicamente. Y ya no habrá guerrilleros que chapaleen, causando alborotos escandalosos que dificultan el saqueo franco exigido por las inversiones extranjeras.
Ocurrirá no sólo con los politiqueros de Colombia y en Colombia, sino en todos los países subordinados a los sicópatas superiores del mundo financiero. Éstos indeseables son quienes comandan las transnacionales depredadoras; constituyen la cúpula intocable y sagrada del Neoliberalismo empeñado en imponer su Nuevo Orden Mundial.
Sus daños irreparables a la biosfera, crecen a un ritmo vertiginoso, deslumbrando a los gobernantes vende patrias que luchan entre sí por atraer inversión extranjera exenta de impuestos y llena de garantías de estabilidad legal y rentabilidad mínima, respaldada con los recursos naturales del territorio, con los monopolios públicos y con las arcas del Estado nutridas con los impuestos de los pobres.
Sin lugar a dudas, la onerosa inversión extranjera es antieconómica para los países; pero muy favorable para los intereses de las transnacionales, contra los de los pueblos que tienen la desgracia de albergarlas mientras los arruinan.
Aunque ofrecen tesoros sagrados que nadie tiene derecho a apropiarse y, mucho menos, a destruir en aras de una ganancia financiera pasajera cuyos únicos beneficiarios son los depredadores que destruyen ecosistemas irremplazables y milenarios; los lacayos gobernantes neoliberales proceden desvergonzadamente, como esas baratas y melancólicas rameras de pueblo, las famosas “putas tristes” de Gabo, que nada valioso tienen para ofrecer.
Se entregan gratis para ufanarse ante las que no tengan la suerte de pesar varones, así no les paguen sus miserables servicios y les toque subsidiar el alquiler de la pieza compartida con el fortuito “amante golondrina”.
3.3 Mecanismo de defensa
Desde luego, no será retomando la lucha armada como evitaremos caer en manos de la mafia o seguir oprimidos y expoliados por las oligarquías y las transnacionales.
Es una vía anacrónica e insatisfactoria para alcanzar sociedades igualitarias y pacíficas tras la costosa y sangrienta victoria sobre el régimen combatido, que los revolucionarios triunfantes, una vez en el poder, tienden a reproducir con todas sus lacras.
De esta manera convierten la Revolución Proletaria clásica del s. XX, en algo bastante inadecuado, estéril y frustrante en términos de justicia social, libertad personal, progreso económico socialista e igualdad legal efectiva.
La única salida viable, disponible para todos los seres libres y dignos que no cedan su soberanía, es el ejercicio de la Democracia Directa.
Ejércela. Eres ciudadano, si eliges dejar de ser siervo alienado, que también tienes derecho a serlo, si lo decides y las condiciones materiales objetivas te lo permiten.
Pero es mejor y más conveniente para los demás que te modernices, en el sentido de que entiendas que, si no nos unimos, los sicópatas nos exterminarán.
Y esclavizarán a los sobrevivientes que piensan conservar, cuya cantidad no supera los 500 millones de lacayos bien dispuestos a servirles a los plutócratas, sin chistar y hasta contentos, como los épsilon y deltas descritos por Aldous Huxley en “Un mundo feliz”.
Permite que sobrevivamos venciendo a los sicópatas. Opina; lucha blindado con la Verdad que nos está haciendo libres a medida que desenmascara y desempodera a los mentirosos acostumbrados a mandar.
Saben que si sus nombres se relacionan de manera innegable con sus crímenes, pierden el respeto de los seguidores honestos, que los siguen engañados, considerándolos “los buenos” auténticos que saben orientarlos; pues los ven como a personas decentes aunque fustigadas y calumniadas sin consideración y perversamente por quienes les hacen creer que son “los malos”.
La cruda realidad es que, conscientes o no de serlo, los fanáticos son víctimas de los sicópatas que abusan de la bondad, el miedo y la ingenuidad ajenas.
En consecuencia, mediante el conocimiento de la Verdad sin matices, cruda, completa y cierta, los decentes tienen la oportunidad de recuperar su dignidad y su soberanía, sin sometérsele a nadie ni engañar a nadie, a no ser que quieran engañarse a sí mismo, según la idea de que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, endilgada al sabio y querido Jesús.
4/5 Drogas ilícitas, lúdica reprimida
Un punto importante del Acuerdo de Paz es el referente a las drogas ilegalizadas con perversidad, pese a que su consumo por la Humanidad proviene de prácticas antiquísimas que los moralistas de nuevo cuño han resuelto demonizar y prohibir abusivamente.
Actúan con soberbia y arrogancia, injustificadas pero rígidas y monolíticas, como si los adictos careciesen de derechos y su elección personal fuese ilegítima desde el punto de vista natural y legal, cuando lo cierto es que la prohibición, por fariseos podridos y pestilentes, hipócritas profesionales no exclusivamente de los que mataron a Jesús, obedece a un simple capricho comercial con raíces políticas viles, disfrazadas de altos valores morales para confundir cándidos.
De una vez se nos presenta, a nivel mundial, la oportunidad de asumir en serio el asunto, partiendo de la realidad social y económica de poblaciones y territorios destinados a la práctica ancestral ilegalizada, que atiende la demanda perentorio e inevitable de los adictos por las sustancias que les prohíben los politiqueros corruptos que los gobiernan, sin razones válidas (tanto para prohibirles como para gobernarlos).
Ante tal carencia de motivos legítimos, desde el punto de vista laico y ético, para mantener floreciente el sucio y rentable negociado hecho a nombre de apetitos genéticos válidos, no artificiales; a los vende patrias que aplican las recetas neoliberales inhumanas sólo les queda acudir a mucha represión ideológica, adobada con medidas penales ocasionales, como el sacrificio de mulas en el Aeropuerto El Dorado, para que el espectáculo continúe y la rentabilidad del sucio negociado no disminuya.
Con tales arbitrariedades se crea una escasez artificial que mantiene los precios elevados en un ambiente peligroso y, por tanto, excesivamente rentable par quienes lo imponen.
Este lucro extraordinario, proveniente de un mercado cautivo, de adictos que es absurdo y ofensivo pretender “curar”, no deja de atraer aventureros con ganas de enriquecerse rápidamente al precio que sea, sobre todo pagado por los demás, esos viciosos que se ven obligados a arriesgar sus vidas para satisfacer su adicción a precios exorbitantes.
De esta manera se mantiene funcionando una fábrica de criminales, cuya existencia obedece al empeño arbitrario y ofensivo para la dignidad humana, de seguir prohibiendo lo que pertenece a la esfera de las libertades individuales.
Para su auto reproducción, al régimen le conviene que existan tales centros de entrenamiento de sicópatas de origen popular; así como la existencia de los ladrones continúa justificando la de la policía, aunque la buena educación y la atención adecuada de los ciudadanos por la sociedad en que viven, los harían superfluos a ambos.
En consecuencia, a los seres soberanos y respetuosos del derecho ajeno legítimo, así lo ilegalicen arbitrariamente seres ruines con poder, nos corresponde denunciar y derrotar la absurda “guerra contra las drogas”, en vez de alimentarla con matices progresistas y humanistas, presuntamente civilizados y tolerantes, que desdibujan su claro carácter criminal y lucrativo.
La sinceridad antropológica, la legitimación social y la despenalización legal, son las soluciones radicales y justas al perverso y artificial y lucrativo asunto de la criminalización de las drogas del placer.
Las tres posturas respetan los derechos de los adictos, tan numerosos y, en su mayoría, decentes, pero cuyas preferencias de consumo han sido criminalizadas arbitrariamente para mantener los precios artificialmente altos, socialmente discriminados a los consumidores y moralmente destruidas a sus familias.
Uno de los propósitos del perverso abuso moralista, es que los delincuentes que medran del sucio negociado puedan convertir en una actividad económica de rentabilidad superior, garantizada por un mercado cautivo, lo que sería -en condiciones normales y en una sociedad digna- una práctica cultural inocua para los demás, de carácter íntimo y gratificante para el individuo, quien debería poder consumir sustancias de buena calidad, a precios asequibles y sin represión de ninguna especie.
Nadie está obligado a consumir alucinógenos contra su voluntad, pero les pasa a los niños víctimas tempranas de los narcotraficantes que aprovechan la ilegalidad para lucrarse a costa del futuro de estas criaturas inocentes, condenadas por la hipocresía de los falsos moralistas, o francos practicantes y difusores de morales perversas que presentan como sagradas y superiores a la vulgar ética.
Pero al despenalizar la práctica atávica y mágica, el adulto que lo decida no tendrá barreras arbitrarias para satisfacer su legítimo deseo.
Y al que corrompa niños, pues le toca asumir las consecuencias penales por su abuso, que sería independiente del derecho de los adultos a elegir cómo gastan sus años en la Tierra, sin hacerles daño a los demás ni limitar sus derechos abusivamente.
En consecuencia, el verdadero, innegable, objetivo e intolerable crimen, consiste en seguir causando daños enormes al Medio Ambiente, descuajando selva que el gobierno fumiga con glifosato o cualquier veneno matamalezas, para mantener la clandestinidad y rentabilidad de la noble práctica envilecida por el mercado.
De esta sucia manera alimentan un creciente y absurdo proceso de depredación de la Naturaleza y destrucción de ecosistemas, que mata bichos y envenena aguas y suelos, sin medida ni compasión, frenéticamente; reduciendo la biosfera y las oportunidades de supervivencia para las formas de Vida que alberga.
Desde el punto de vista de defensa de la Vida y respeto a los derechos de quienes la disfrutan, lo que corresponde es permitir que todo el que lo desee cultive y procese las sustancias que le apetezcan o prefiera, sin convertir su actividad en un negocio perverso, dedicado a degenerar niños en escuelas y colegios para aumentar su rentable clientela por cuenta de la cultura criminal nutrida por la hipócrita ilegalización.
Tal política es contraproducente respecto a sus propósitos fantásticos de purificación de los viciosos, pues lo que logra la prohibición entre las personas inteligentes es despertar curiosidad.
En vez de promover su consumo mediante técnicas de propaganda negativa, bastante eficaces con los adolescente rebeldes interesados en independizarse de sus padres, generalmente castigándolos por los traumas que todos sufrimos y les endilgamos a nuestros progenitores, inevitablemente; debemos superar el terror del ciudadano a enfrentar al delincuente desalmado que, aliado con las autoridades, apabulla y se enriquece a costa de los hábitos de consumo de numerosos adultos, adictos a sustancias prohibidas arbitrariamente.
De sobra sabemos que las llamadas “drogas del placer” atraen a muchas personas, sin ser delincuentes; pero que son tratadas como tales por la arbitrariedad de las políticas perversas que condenan el consumo de alucinógenos sin razones válidas.
Es algo que ocurre a nivel mundial, lo cual da idea de la dimensión de la pelea que tenemos que dar como una prioridad de la Aldea Global, aunque evitar la guerra mundial sigue siendo lo más urgente.
5/5 Poder de la Verdad Socializada
Esta realidad podemos cambiarla las mayorías, si dejamos de confiar en redentores necesariamente corruptos, pues éstos son tan normales y débiles ante la tentación como cualquiera de nosotros, que también somos humanos en vez de santos. Bien claro lo dejó establecido el sagaz lord Acton.
Lo que podemos es abandonar la estulticia como norma de conducta ante los poderosos.
O sea, es nuestra decisión dejar de ser pendejos, negándonos a seguir creyendo en honorabilidades imposibles, que se sostienen de mentiras y estafas envueltas en discursos decentísimos y hasta sublimes, tan sublimes como falsos.
El arma para evitar que los tramposos sin escrúpulos continúen disfrutando abusivamente de privilegios a costa del bienestar de millones, de modo que la impostura y la maldad que encubren queden en evidencia y pierdan su eficacia; es la difusión sin condiciones ni limitaciones de la Verdad.
Progresivamente, ésta será cada vez más completa y contundente, en la medida en que se escuchen testimonios sobre hechos ocultos, como los abusos de Trump con las mujeres y los inmigrantes ilegales; o los negociados de los mediocres polítiqueros gobernantes, con el patrimonio común; o los genocidios de ciudadanos inermes en Siria e Irak; o en México, Nigeria y Sudán; o los feminicidios en España, Argentina, Colombia. Brasil, Bolivia, Chile y México otra vez; o la extinción deliberada de especies en nichos alejados, tanto como en los suburbios de las ciudades o en los Llanos Orientales de Colombia, tan apetecidos por el banquero cacao, el mencionado Luis Carlos Sarmiento Angulo.
La gravedad de semejantes barbaridades es evidente cuando se conocen, de modo que sus autores caen en desgracia objetivamente, sin poderse amparar en las trampas legalistas que les permiten a los bandidos seguir apabullando prójimo impunemente, protegidos por la justicia ordinaria.
Por eso temen tanto que se conozca la Verdad, y hacen todo lo posible por evitarlo, aguzando su habilidad para engañar, confundir, enredar, como confesó Juan Carlos Vélez Uribe que ha hecho el Centro Democrático, lo cual le valió perder la confianza del neonazi paisa que los dirige.
Pero para ventaja de la sociedad y de las buenas personas a quienes han sabido engañar durante tantos años, si pierden la impunidad dejarán de delinquir; de modo que la solución definitiva es sencilla, si las mayorías se asumen como personas dignas y capaces de gobernarse en beneficio de todos, sin delegar en nadie en particular su condición política vital.
Es evidente que al conocerse sus tropelías no podrán cometerlas de nuevo. Y conocerlas es el papel de la Verdad completa.
Tal conocimiento puede surgir de la confesión que hagan ellos mismos, para eludir las penas de cárcel asumiendo la drástica e inevitable sanción social, sobre todo por parte de los engañados cuando descubran el engaño que algunos no dejamos de denunciar.
También, si no hay confesión, sus delitos pueden salir a la luz pública a través de testimonios de sus víctimas y cómplices, o de ciudadanos que conozcan fidedignamente los hecho punibles.
Puede admitirse que ésta es la esencia de la Jurisdicción Especial para la Paz, cuya aplicación está en veremos, como todo el Acuerdo.
Pero conviene rescatarla críticamente de los textos disponibles, para integrarla como un tema indispensable en la búsqueda de la paz estable y duradera.
O, mejor, en la elaboración de ese Pacto Social Democrático que nos habilite para resolver todos los entuertos causados por el irresponsable Neoliberalismo.
La aplicación estricta de la novedosa forma de hacer justicia, independientemente de los podridos tribunales ordinarios y de la filiación del delincuente, podrá evitar la repetición de hechos tan macabros, tanto como la impunidad permanente de sus autores.
Aunque no se ha entendido bien por quienes deseaban el triunfo del SI sin examinar mayormente sus consecuencias normativas, políticas, económicas y sociales; la aparente derrota es bastante positiva, porque permite que la sociedad se apropie y manosee lo que se aprobó entre el Gobierno y las FARC-EP.
Afortunadamente, la ciudadanía no aceptó lo pactado, sin renegar de la paz, que todos dice anhelar.
La situación, tan inesperada, ha resultado bastante saludable, pues le devuelve al pueblo el protagonismo, que le pertenece como dueño exclusivo del poder que los politiqueros le arrebatan.
Contrario al tratamiento moralista y perverso dado al asunto de las drogas, cuya represión se ha usado para inventarse un problema falso, completamente artificial, que la mera convención basada en el sentido común puede resolver dejando de considerar ilegales las actividades referentes a estas prácticas lúdicas ancestrales; es clave, plausible y provechosa la exigencia de contar toda la Verdad para disfrutar de impunidad y penas simbólicas.
Es la gran gabela establecida en los acuerdos del Gobierno con las FARC-EP como parte de la “Jurisdicción Especial para la Paz”. Como era de esperarse, ha establecido un mecanismo para compartir impunidades, pero de forma ingeniosa y provechosa para la sociedad que, a cambio, se ve beneficiada con el descubrimiento de la Verdad y el desenmascaramiento de los mentirosos sicópatas que insisten en ocultarla y tergiversarla, para seguir delinquiendo impunemente, contando con la consideración y el respeto de gente decente que no alcanza a comprender su capacidad para engañarlos aparentando decencia.
Por eso, su oposición a la Jurisdicción Especial para la Paz es radical. Con su aplicación se les acaba su imperio; pero, si no confiesan, pagan cárcel. ¡La fórmula es genial!.
Sin duda, que la sociedad en general conozca a ciencia cierta toda la Verdad constituye la garantía más confiable de que se haga justicia y no se repitan los hechos atroces.
Que los criminales y victimarios reciban castigos penales, es relativamente trivial ante una conquista tan determinante para una vida digna de las mayorías, en una sociedad plana y justa, cuya cotidianidad se desarrolle en paz y armonía, sin dejarse seducir por demagogos con ínfulas de redentores.
La ventaja sobre las acciones de venganza -tan legítimas para las víctimas menos transigentes y más soberbias, pero tan ilegales desde el punto de vista de las conquistas sociales de la civilidad-, es que la Verdad verdadera tiene que ser completa.
De esta manera, desenmascara a los taimados oportunistas que delinquen en la sombra, agazapados, disfrutando de privilegios pese a que son los evidentes instigadores del Estado criminal, genocida, narcotraficante, inicuo y decadente, entregado a las transnacionales para que lo saqueen y destruyan a su gusto.
Es fundamental, entonces, castigarlos con el señalamiento social y la consecuente imposibilidad de que continúen engañando ingenuos, decentes y pacíficos, destinados por Jesús a poseer la Tierra.
No tenemos derecho a perpetuar la farsa representativa que les permite a los politiqueros canallas seguir abusando de sus compatriotas.
Tanto en Colombia como en USA y España, en Nicaragua, Venezuela, Guatemala, Brasil y Argentina, Bolivia y Ecuador, Grecia, Chipre y Portugal, en Siria, en Irán e Irak, en Turquía, Yemen y Qatar, en Filipinas, en Irlanda, Italia, Francia y Alemania; en todos los países sometidos a la esclavitud neoliberal, la impostura de los politiqueros que dicen ser hábiles para suplantar a los demás tiene que ser superada con el saludable ejercicio de la Democracia Directa.
Por fortuna para las mayorías y desgracia para los plutócratas, las nuevas generaciones se han apropiado desde la cuna de su derecho a pensar e intervenir libremente en sus foros -así no falten los acosadores y sicópatas de corto vuelo que pretenden seguir su matoneo y reproducir los esquemas autocráticos de la Historia.
La feliz realidad obedece a la simple inercia tecnológica que sustenta las sociedades planas, respetuosas de la singularidad única e irrepetible de cada individuo de cualquier especie, incluyendo la humana.
Si somos dignos y hacemos un uso adecuado de las fuerzas productivas disponibles, que han acabado con la escasez y pueden sustentar una economía rica y equitativa; el dominio absoluto de los plutócratas sicópatas ha de desparecer, con las sociedades piramidales y junto a la Historia que permitió que surgiesen para oprobio y progreso acelerado de la especie.
Es un progreso perverso en manos de los plutócratas megalómanos y narcisistas enfermizos, pues nos lleva al fracaso como especie. Por eso tenemos que arrebatárselo a los enemigos comunes, antes de que nos extingan o retrotraigan a la edad de piedra.
A partir del imperio de la Historia, la Humanidad ha sido sometida a la humillación y explotación de las mayorías por los peores seres humanos.
Se trata de sicópatas que anhelan seguir abusando de frente, para que nos duela más y porque, aunque intentan ocultar y tergiversar todo lo que pueden (como Donald Trump y Hillary Clinton en su carrera por la presidencia de USA), ya han sido bastante desenmascarados por héroes de nuevo cuño.
Tan saludable difusión de la Verdad comenzó a partir de las reveladoras denuncias de Wikileaks, que no terminan y otros ciudadanos replican en beneficio de las mayorías embrutecidas, expoliadas y despreciadas, pero curiosas, capaces y talentosas, a pesar de todo.
El propósito decente, digno de las mayorías ajenas a los sicópatas, es establecer sociedades planas capaces de ofrecerles a todos sus miembros la mejor vida posible, en un planeta saludable donde el dominio de los plutócratas locos y despiadados, que apenas constituyen el 1% de los humanos, desaparezca con la Historia que permitió su existencia (es necesario repetirlo para jamás olvidarlo ni dejar de luchar por conseguirlo).
A cambio del profetizado y tan avanzado Apocalipsis, que ya va en la disputa abierta entre bandos antagónicos por la aldea siria de Dabiq, donde los musulmanes piensan derrotar a los herejes y dar inicio al Fin del Mundo; la Nueva Era Antropológica que podemos materializar en algo así como una Sociedad Democrática Global, garantiza la conservación de nuestra especie y muchas más.
También, para no descartar hipótesis interesantes, constituye el pasaporte universal para que nuestra especie merezca ser parte de la Confederación Civilizada de Seres Universales pertenecientes a los Mundos Superiores.
Se trataría de esa presunta manifestación de vida inteligente y sensible, que vive en paz, motivada por la curiosidad y el amor, de modo que rechaza la violencia que obsesiona a los sicópatas, quienes sueñan y se esmeran en perpetuar el abuso como medio corriente de relacionarse con el otro. Al menos, así proceden si el otro pertenece a círculos sociales inferiores, o a otros mundos.
Sus visiones de futuro, corroboradas con el atroz presente, demuestran sus atraso e incapacidad para seguir a la cabeza de las sociedades humanas.
Es evidente -e insoportable por las mayorías humanas que lo sufren-, el peligro mortal que significa que los plutócratas sigan al mando, eternizando sociedades piramidales que ofenden la dignidad y la soberanía de los seres libres, mientras destruyen la biosfera que nos sustenta a todos.
Decidir si quieres serlo, ¡libre, digo!, o lacayo, es cosa tuya.
De todos modos, ten en cuenta que si las mayorías deciden ser libres en vez de miserables esclavos muertos de miedo, ganaremos todos los victimizados por los sicópatas.
En el caso contrario, pronto el Apocalipsis en curso se encargará de sepultar cualquier ilusión, como El Cuervo de Edgar Allan Poe.
En consecuencia, ya no tendremos esperanzas, “Jamás, nunca más”.
La decisión es nuestra, y no te excluye; más bien esperamos contar contigo. ¿Te excluyes tú?