ANTISIONISMO PROHUMANISTA
Un llamado a la honradez y la decencia
Darío Botero Pérez
Re: [Argentinagroups] Fwd: CHAMBA MONUMENTAL, MORTAL Y NEOLIBERAL [Archivos adjuntos 8]
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Claudio Ernesto Gershanik <gershanikce@gmail.com>
Lo único claro es que Botero se desvive buscado qué y cómo escribir para atacar al sionismo.
Le da lo mismo escribir "llueve" o "sale el sol" con tal de culpar al sionismo.
Pero lo que en realidad intenta hacer es justificar su judeofobia disimulada como anti-sionismo.
La insistencia con que envía, reenvía y recontraenvía sus acusaciones es una muestra clara de sus objetivos personales.
El 9 de agosto de 2013 22:15, Dario Botero <2012darioboterobis@gmail.com> escribió:
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CHAMBA MONUMENTAL, MORTAL Y NEOLIBERAL
Darío Botero Pérez
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Apreciado señor, aunque su comentario es de destino general, reciba mi cordial saludo y mi agradecimiento por las molestias que se ha tomado para hacerlo.
Con gusto le ayudo a difundir su opinión, debidamente respondida para que los demás puedan valorar ambos puntos de vista y sus fundamentos, a fin de nutrir el propio y formarse una opinión ilustrada.
A mi juicio, sería más útil que demostrase que miento o calumnio; en vez de tratar de desviar la atención para descalificarme a punta de sombrerazos que eluden el quid o meollo de la cuestión. Como suelen hacer los furibistas en Colombia, así proceden los sionistas y otras yerbas a nivel global, prohibiendo la libre expresión y el libre examen de sus postulados dogmáticos, generalmente absurdos, contraproducentes, inhumanos y ecocidas.
Al efecto no eluden hacer una caricatura de las tesis que van a confrontar, pues son incapaces de refutarlas con argumentos racionales y hechos reales. Sólo les quedan la calumnia y la tergiversación para evitar que las personas se formen ideas claras sobre las tesis de quienes pretenden influir sus comportamientos.
Por tanto, no temen suplantar con sus interpretaciones personales lo que se afirma sin ambages y con pruebas, como en mi caso. Aunque ataco y denuncio al sionismo, con insistencia y citas de sus propios textos, mi ocasional exegeta afirma -sin textos míos que lo sustenten, pero guiado por su instinto penetrante- que a quienes combato, desenmascaro y denuncio es a los judíos y no a quienes los han desgraciado desde que los sacaron de la esclavitud en Egipto.
Pero es evidente en mis múltiples escritos sobre estos asuntos, que a los integrantes de las once tribus ajenas a Elí los considero las primeras víctimas de esos enemigos comunes, los sionistas que quieren hacerles creer a los judíos piadosos, que son el pueblo escogido y preferido por dios, quien les habría regalado las tierras de sus segundas víctimas persistentes, los palestinos.
Respecto a éstos, me permito incluir -en los anexos “Israel 2010” y “PLAN ONU 1947”- cuatro planos de la región palestina, a saber; a) tal como era en 1946,
b) cómo la dividió en 1947 la propuesta sionista impulsada por la ONU para justificar la creación del Estado de Israel al lado de uno árabe,
c) el estado en que quedó tras la guerra de 1967, y
d) su escasa entidad en 2010, cuando la expansión sionista ha ocupado casi todos los territorios; construido muros de la infamia que separan a las familias y las despojan de sus territorios; asesinado miles de indefensos, y levantado asentamientos para fanáticos sionistas que confrontan a los indefensos palestinos en las mismas tierras que les han despojado.
Si es que les siguen el juego los dirigentes lacayos al imperio, tras las conversaciones de paz de 2013 la presencia palestina será insignificante. Al menos es lo que pretenden los sionistas que gobiernan el Estado de Israel, y que siguen ampliando su territorio a costa de sus víctimas milenarias…, burlándose del Mundo entero.
En consecuencia, no sería mi presunto odio al impostor pueblo elegido (judeofobia), sino mi amor al resto de la creación lo que me motiva a alertar reiterativamente a mis congéneres o prójimos, entre los que incluyo a los díscolos, lúdicos, inteligentes y aventureros judíos, primeras y las más sufridas víctimas del sionismo, como ya sabemos. Son rebeldes, pero su desobediencia a la ley de Moisés les cuesta muy caro. Además, apenas son una partecita de los semitas que los criminales nazis persiguieron con tanta saña, como si todos fuésemos sionistas enemigos de la Vida.
Tal vez los delirios de los nazis son peores que las obsesiones sionistas; pero nos está haciendo libres la Verdad por la que el indudable revolucionario universal, Jesús de Nazaret, dio la Vida. Con ella venceremos a los demonios que nos agobian, por muy fariseos o sepulcros blanqueados que sean, por hábiles mentirosos que se crean y por mucho que se esmeren en ocultar y deformar la Verdad.
No será un Mesías ni un Anticristo sino la Humanidad consciente la única capaz de desplegar la fuerza necesaria para evitar el Juicio Final que nos tienen decretado los herederos de Abraham.
Sin lugar a dudas, a no ser que los masones se desenmascaren, y pese a la locura nazi, los sionistas y sus émulos son los ideólogos más peligrosos, persistentes y permanentes que han agobiado a la Humanidad. Y ahora creen tener el poder suficiente para condenarla.
¡Nuestro deber fundamental es evitarlo!
¿Estoy en lo cierto? ¿Acaso son inventos míos? Con honestidad lo podremos aclarar.
De todos modos, me asombra su lógica, que siempre le echa la culpa de los crímenes certificados del sionismo al pueblo judío. ¿Acaso las proezas del sionismo y sus compromisos con Yahvé me los invento yo? ¿O será que la acusación de judeofóbico exime a los sionistas de responder por sus crímenes innegables?
Creo que no estoy tan desatinado cuando leo y cito la Biblia y confirmo lo que dicen los profetas. Cualquiera puede hacerlo. Basta una honestidad intelectual elemental que, no obstante, la alienación impartida hace casi imposible en quienes han sido sometidos desde niños al lavado de cerebro por sus seres más queridos y por las instituciones más respetadas.
Desde luego, los dogmas sionistas son amenazas reales para los demás pueblos, y es indispensable entenderlo, pues -ya que no pueden acusarme de nazi- sí pueden tratar de diluir y acallar el gran peligro que significan los santones de todas las ideologías.
Y la sionista es la más persistente y peligrosa, según lo dice la Historia pero los que la promueven tratan de ocultarlo, aunque no cejan en su empeño milenario de apoderarse de la “tierra prometida” que -ahora cuando los Rothschild y sus compinches han acaparado la riqueza mundial- consideran llegado el tiempo de titulársela e institucionalizarla como su herencia divina. Procederán así les toque confirmar su carácter depredatorio e inhumano, como lo están haciendo en medio del intento imperialista por renovar las conversaciones entre ambos bandos, cuando el gobierno israelí sigue construyendo asentamientos sionistas en las tierras palestinas.
Las tragedias humanas no suceden por azar. Y, aunque es imposible controlarlo todo, no hay duda de que la continuidad de los mitos sionistas representa un desafío inmenso que no podemos eludir, y que conviene tener siempre presente, pues nadie nos va a salvar de una conspiración casi tan vieja como la Historia.
Si permitimos que sigan con sus planes apocalípticos, es poco el futuro que nos queda, pero será macabro. La declaración de guerra mundial es el único recurso que podría impedir que paguen sus crímenes de todo orden. Por eso se esmeran por apurarla. No es un invento mío, pero sí es real y sumamente grave, de modo que no podemos descuidarnos ni, mucho menos, hacernos los desentendidos ante la ofensiva sórdida del sionismo internacional, aliado con la masonería, desde luego.
Los sionistas se consideran superiores porque han acaparado los hilos del poder y la riqueza a nivel mundial, lo cual los convierte objetivamente en enemigos peligrosísimos que nadie sensato retaría, a no ser que su dignidad pueda más que el miedo.
Pero, a pesar de su poder –que los convierte en intocables antípodas de los parias de la India, a su juicio y al de los cobardes oportunistas y corruptos que los halagan y admiran-, a ellos también les da miedo que sus planes sean desenmascarados y derrotados, no obstante su control de los medios de desinformación y manipulación de masas.
Entienden, a pesar de -o, quizás, gracias a- su espionaje grotesco, que la Humanidad ya dispone de los mecanismos y la madurez necesarios para defenderse de la alienación introducida por los medios de desinformación y las ideologías al servicio de los potentados.
Con mi insistencia busco neutralizar el silencio criminal orientado a causar una guerra mundial que impida que los crímenes de los potentados sean juzgados y castigados, y les permita seguir matando palestinos impunemente. Así lo vienen haciendo desde que Moisés les prometió las tierras ajenas. Y en el s. XX lo han exacerbado desde la época del guerrillero Ben Gurión, padre indiscutible del actual Israel, creado artificialmente por la ONU en 1947 y que empezó a funcionar al año siguiente.
Pero no hay dudas de que se trata de las tierras ocupadas por los palestinos desde tiempos inmemoriales, aunque los sionistas siempre las han deseado, desde la época de Abraham, quien decidió despojarlos, abandonando la vida nómada en que se hallaban después de su huida de Ur de Caldea, de donde sustrajo a su prima, la bella Sarai, a la que tanto jugo le sacó y tantas riquezas le produjo. Al respecto, cualquiera puede consultar el Génesis, capítulo 12, versículos 14 a 20, para corroborar lo de las riquezas que a Abram le produjo la belleza de Sarai. Para el asunto de las tierras, el versículo 6 es bastante claro; pero hay más antecedentes de la población original de la región. También se puede ver el capítulo 20 en lo referente a Abimalec, el rey de Gerar, y Sara, ya sin “i” pero igualmente bella, cautivante y rentable.
Debido a mi respeto a la dignidad humana y al libre albedrío, mi propósito no es mortificarles sus vidas a los creyentes, sino advertirle a la Humanidad el peligro inminente, real y letal al que nos someten algunos dogmas irreductibles, persistentes y absolutamente mortales hasta para la misma biosfera.
Mi persistencia crítica es una obligación ética que intenta advertir a las víctimas de una ideología perniciosa que sus promotores, para darle entidad, pretenden identificar con el pueblo al que se la han impuesto.
O sea, como tras las ideologías hay intereses concretos encarnados en personas, el sionismo no es propio del pueblo judío. Más bien se trata de la obsesión de la tribu de Leví, una de las doce descendientes del tramposo Jacob, el nieto de Abraham, más conocido como Israel.
Estos levitas constituyen una especie de cómplices privilegiados, defensores y sirvientes de los sumos sacerdotes herederos de Aarón, el hermano de Moisés.
En consecuencia, acusar a todos los judíos de lo que es propio de unos fundamentalistas -que creen que la creación fue hecha para su beneficio personal, y que la Tierra es el centro del universo-, no es justo con sus víctimas milenarias de su mismo pueblo, que han tenido que pagarles diezmos y reconocerles privilegios, so pena de castigos sociales que pocos se atreven a afrontar, y que se expresan escatológicamente como la condenación eterna decretada contra quienes no se les sometan, por los intermediarios de dios y preservadores de la fe.
El gran peligro es que tales seres pretenden aplicarnos sus medidas a los demás pueblos y ciudadanos globales; y ya han acumulado los poderes económico y militar que se los permiten. Por eso, de ninguna manera podemos consentir que tomen la primacía política. Sobre todo cuando, además de su arsenal atómico propio, que desestabiliza la región del medio oriente, y del creciente endeudamiento de los países y el desahucio de lo ciudadanos, su control de USA es indudable.
Los gobiernos de la gran colonia sionista en América son meros sirvientes del Neoliberalismo, dedicados a aplicarnos sus recetas ruinosas y absolutamente anti económicas. Ejercen un poder simbólico, según lo dijo John D. Rockefeller en el juicio antimonopolios que le hicieron. Es algo totalmente cierto desde la creación de la Continuity of Government durante la presidencia de Dwight David Eisenhower, y que le costó la vida al católico -independiente del sionismo y suficientemente rico por sí mismo-, John Fitzgerald Kennedy.
¡No tenemos derecho a ignorar el peligro inminente y global en que estamos, cuando el viejo sistema se derrumba pero sus benefactores insisten en mantener sus privilegios y cerrarnos el futuro a las mayorías limpias!
¡Sólo los pueblos conscientes, lúcidos, soberanos, dignos, honorables y orgullosos pueden evitar el Apocalipsis y el consecuente Juicio Final!
En consecuencia, debo agradecerle al contacto -que tanto protege a los sionistas- la oportunidad que me ha dado para explicar por qué no dejo de recalcar el peligro que representa esa ideología religiosa, social, económica y política.
Tampoco puedo dejar de denunciar su penetración mundial. Ésta lo fortalece hasta el punto de que puede darle la victoria a sus auténticas obsesiones humanicidas y ecocidas.
Se trata de algo que me siento obligado a denunciar, buscando que los demás entiendan el peligro en que estamos todos, tanto como la necesidad de reaccionar multitudinaria y lúcidamente para enfrentarlo y tener esperanzas de derrotarlo.
Confío en que alguien comparta mis
angustias, de modo que actúe en consecuencia y la Vida conserve esperanzas de conservarse en condiciones dignas.
URGENTE E INDISPENSABLE SENSATEZ LIBERADORA
Darío Botero Pérez
Aunque no considero que las cuestiones sociales, económicas o ambientales deban sujetarse a una ideología religiosa; reconozco en Jesús a un auténtico ser humano interesado en mejorar la calidad de la vida de las personas en este Mundo, sin discriminaciones, lo cual se constata fácilmente repasando sus lecciones de Vida, Libertad, Igualdad y Dignidad.
Lo escatológico lo dejo a la fe individual, de modo que no tiene por qué someterse a discusiones ni discrepancias públicas.
Éstas deben girar alrededor de criterios y planteamientos objetivos de validez global y origen racional, que, sin ofender personalmente a nadie lúcido y sensato, pueden ser acogidos y discutidos y criticados y manoseados, hasta modificarlos o aceptarlos como se postularon originalmente, o rechazarlos, si se llega a la conclusión de que es lo adecuado para defender el interés general.
La sociedad civil debe proceder sin prejuicios, para establecer democracias laicas auténticas -conformadas por civiles sin otro título político que el de ciudadanos- donde todos quepamos, siempre y cuando respetemos el derecho ajeno.
Esta apreciación del valor del análisis objetivo de la realidad, independientemente de su fuente ideológica, no niega que, en el atroz período que fenece, el fundamentalismo religioso haya sido una de las formas de dominación preferidas por los potentados para justificar genocidios y guerras entre culturas diferentes.
Por eso, aunque las teocracias se desvivan por fomentarlo -como lo vemos en las lamentables inmolaciones voluntarias de musulmanes yihadistas, convencidos de que su sacrificio les abrirá inmediatamente el cielo, y que entre más inocentes indefensos maten más segura será su eterna recompensa; inducidos por falsos clérigos radicales que resultan ser agentes del Imperio, como el malhadado Osama Bin Laden -, la vanguardia revolucionaria auténtica se esfuerza por evitar el fanatismo dogmático buscando erradicarlo en el presente, de modo que en la sociedad quepan todos los que respeten el derecho ajeno, aunque no compartan los prejuicios dominantes. Reconoce la dignidad, la libertad y la igualdad de todos, para establecer el fundamento y la forma de operar de las sociedades planas que reemplazarán a las piramidales dominantes en la Historia.
En fin, aunque la siguiente serie de escritos se presenta como una postura cristiana, posiblemente católica y, más precisamente, como expresión de la “teología de la liberación”, al menos en su introducción general; el texto de Franz Hinkelammert, que corresponde a la 4ª entrega: “Vaciamiento de la democracia y genocidios económicos. Coyuntura económico-política”, merece todo mi apoyo, de modo que considero una obligación democrática, difundirlo.
Tal vez -como el de Manfred Max-Neef de la 3ª entrega, que también anexo-, carece de referencias o adscripciones religiosas. Apenas hace parte de la herejía económica que está desacreditando, desenmascarando y derrotando las recetas demenciales de los tecnócratas al servicio de los Rothschild y demás potentados apocalípticos, incluyendo los intocables masones.
Posiblemente les sirvan a los creyentes, tanto como a los agnósticos y a los mismos ateos, para despejar ideas y precisar conceptos a partir de fuentes confiables.
Pero, sobre todo, de tesis claras, sensatas, casi irrefutables por su apego a la realidad sensible que todos vivimos y que los economistas al servicio del sistema oprobioso tanto se afanan por ocultar.
Al efecto acuden a jergas y maniobras totalmente anticientíficas, fundadas en axiomas insostenibles o deformados. Ahora pretenden posar de científicos escudándose en las matemáticas y su asombroso poder tautológico, construyendo funciones fantásticas, que las enriquecen aunque deforman cualquier eventual sabiduría económica.
La razón es que una tautología sostiene la afirmación o axioma original, sin valorar su verdad intrínseca. Le aplica reglas lógicas rigurosas que van desplegando evidencias asombrosas, difíciles de imaginar pero confirmadas con rigor matemático; que no es divino ni infalible ideológicamente.
Los despliegues matemáticos, como la especulación musical o la proyección lógica de la realidad, dependen de la racionalidad o consistencia de las premisas. Éstas pueden obedecer a la sensatez, como en las ciencias auténticas, o a la especulación mágico-fantástica, como sucede en las disciplinas sociológicas arbitrarias o caprichosas, que incluyen la ideología económica.
Sin duda, son discursos cocinados para engañar y esquilmar a las víctimas crédulas e indefensas; abusando de la ignorancia estratégica en que las mantienen sumidas, de modo que fácilmente las convencen de que la economía es una ciencia tan abstrusa y respetable como la física cuántica.
En consecuencia, dudar de las creencias de los economistas neoliberales al servicio de los potentados sería una herejía. Pero, por su dificultad intrínseca, no estaría al alcance de las personas normales, si son prudentes y sumisas, lo cual garantiza la efectividad del engaño masivo que adelantan los estultos tecnócratas, como el degenerado falsificador de dinero sin respaldo, Ben Bernanke o sus pares en Europa.
Pero lo cierto es que tales premisas económicas burguesas (como la de la racionalidad del consumidor, o la de las ventajas del comercio exterior), han demostrado ser erradas y tendenciosas; arbitrarias y previamente falsas y convencionales, desarrolladas para engañar y justificar los crímenes económicos y sociales que los enemigos comunes han sustentado con teorías ciertamente inconsistentes, caprichosas y detestables.
Es algo evidente en el capitalismo depredador; pero, sobre todo, en la etapa agónica que estamos presenciando y sufriendo, denominada Neoliberalismo o Capitalismo Salvaje. Ésta nos permite ser testigos del desastre; o, si somos dignos, protagonistas de la redención definitiva, que instaure las sociedades planas donde quepamos todos como seres igualmente dignos.
¡Qué cuento! ¿Será cierto? ¿Podremos defendernos y conquistar la igualdad en medio de la abundancia y la libertad?
Tu poder es igual al de cualquiera. ¡Créelo; y úsalo con responsabilidad, decisión, valentía y libertad!
¡Nadie es más que vos; así como vos no sos más que nadie!
Pero eso ahora todavía no es así, pues seguimos viviendo bajo los inicuos principios o valores de la Historia, donde quienes valen son los personajes del inolvidable Jorge Luis Borges en su aleccionadora “Historia Universal de la Infamia”.
¡Pero tendrá que serlo si la superamos, evitando caer en las trampas del sionismo depredador, estafador, desalmado, ecocida y genocida; que ha destruido, sin empacho ni escrúpulo, tantas vidas de judíos y palestinos! Y de los simpatizantes de éstos; como sucedió con los mártires de la Flotilla de la Libertad asesinados en el mar Mediterráneo en mayo de 2010 porque querían suministrarles ayuda humanitaria a las víctimas de los guetos sionistas en Palestina.
Sabemos que mediante variadas técnicas de genocidio, de las cuales la guerra mundial sería la más eficaz y traumática, estos monstruos se proponen acabar con las vidas de 6.500 millones de seres humanos, que sobramos pero los admiramos.
¡Ya lo sabemos; pero nos negamos a que Yahvé se salga con la suya!
Tú lo decides, pues existes aunque te dejes engañar. Pero sueñas y eres capaz, como cualquiera, de hacer que tus sueños se vuelvan realidad.
De todos modos, las explicaciones que brindan los autores recogidos en los textos anexos, son dignas de ser acogidas por su claridad y solidez. Su racionalidad es patente y convincente, de modo que ayuda a repudiar con conocimiento de causa las mortales recetas impuestas por el Neoliberalismo.
Difícilmente pueden reputarse de inculcadas por el demonio ni por economistas mal intencionados, como los Ph. D de Harvard y de otros centros de alienación de alta catadura, quienes resultan siendo grandes Hd. P porque su tarea es engañarnos y estafarnos en beneficio de los potentados, sin ninguna consideración a nuestra dignidad y nuestros derechos, abusando abiertamente de la ignorancia en que pretenden sumirnos, aunque no siempre lo logran, como lo demuestra el despreciado técnico Edward Snowden.
Sobre este improvisado, subestimado y ejemplar héroe, “Los senadores se hicieron eco de la incredulidad planteada por [David] Brooks [columnista del New York Times] en cuanto a que alguien que ni siquiera terminó formalmente la escuela secundaria pudiera engañar a todo el aparato de inteligencia de Estados Unidos. El general [Keith] Alexander [Director de la NSA] confesó que: "En el ambiente de la informática, en el ambiente cibernético, los tipos como él tienen tremenda capacidad para manejar las redes. Ese era su trabajo en gran medida. Administraba los sistemas informáticos dentro de esas redes desde 2009 o 2010. Tenía grandes capacidades en esa área, pero no servía para otras cosas. Tenemos que analizar los diferentes procesos, la vigilancia de esos procesos y determinar en qué fallaron”. (Ver anexo “Edward Snowden y el programa de espionaje inconstitucional de Estados Unidos”. Subrayas agregadas)
Afortunadamente, en los herejes económicos es obvio el propósito de acercarse a una verdad objetiva que derrumbe las falacias que el Neoliberalismo predica y difunde como gran ciencia económica, a pesar de sus evidentes estupideces teóricas, lógicamente deleznables, y las funestas consecuencias de aplicarlas.
Por eso, las dos partes transcritas del documento publicado por ADITAL, constituyen un aporte objetivo, de gran valor analítico, que vale la pena ojear así los prejuicios personales lo desaconsejen.
Advierto que las negrillas itálicas, los subrayados y el color colorado los agregué yo, pero las negrillas regulares son originales.
Ahí va, tal como lo publicó ADITAL como “4a Entrega de los textos publicados en la edición de la Agenda 2013 - OTRA ECONOMÍA”. Sin duda, vale la pena conocer la serie completa…
Para condimentarlo, agrego varios textos que ilustran algunas de las tesis expuestas con hechos de la vida social, política y económica real, y que se replican en cada país sometido a las políticas neoliberales. También se incluyen análisis serios, con propuestas adecuadas para resolver definitivamente las consecuencias de la hegemonía de los potentados, a saber:
1. Ecuador cuenta con su Ley de Comunicación
2. Edward Snowden y el programa de espionaje inconstitucional de Estados Unidos
3. Snowden y la política inmoral
4. DE ESPIONAJES Y NUEVO ORDEN INTERNACIONAL
5. Un mundo de obesos y famélicos
6. La pedagogía del opresor: Educación por competencias
7. MEMORIAS DE GUERRA Y DIGNIDAD
8. AFIRMA ACADÉMICO DE HARVARD LAS FARC NO SON EL PROBLEMA DE COLOMBIA, SON UNO DE LOS SÍNTOMAS
9. LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS EN MARCHA TIENEN QUE SER PROPORCIONALMENTE IDÉNTICAS A LA PARTICIPACIÓN PROTAGÓNICA DE SUS PUEBLOS
10. QUÉ ESPERAR DE OTRO AÑO DE GOBIERNO DE OLLANTA HUMALA
11. ANTE DENUNCIAS DE LA OPOSICIÓN, EMBAJADOR DE COLOMBIA EN WASHINGTON, CARLOS URRUTIA, NO TUVO MÁS QUE RENUNCIAR
12. BANCO MUNDIAL EVALÚA SU HOJA DE RUTA EN PERÚ E IMPONE LA EDUCACIÓN DE PUEBLOS ORIGINARIOS
13. Fragmento del libro de Benito
14. Historia de dos Internet
15. Carlos Aznarez y Leandro Albani-No estamos de acuerdo en que se inicie otro ciclo vicioso de negociaciones
16. DE COLOMBIA EN LA GUERRA DE COREA, A COREA EN COLOMBIA
17. HISTORIAS CANALLAS: COLOMBIA, FALSA DEMOCRACIA
18. Documental 9.70
19. Polvo de carbón cáncer del mar 20 de julio de 2013
20. Diez propuestas mínimas para la democratización de la información...
Vaciamiento de la democracia y genocidios económicos. Coyuntura económico-política
Adital
4a Entrega:
Apreciadas/os leitoras/es,
En un trabajo en conjunto con la Agenda Latinoamericana/Servicios Koinonía, mediante dos entregas semanales, divulgaremos en la página web, en Facebook y en Twitter de ADITAL todos los textos (en
portugués y español) publicados en la edición de la Agenda 2013 - OTRA ECONOMÍA, que, en palabras de Dom Pedro Casaldáliga, "en lenguaje bíblico-teológico tenemos la palabra-clave para hablar de
la Otra Economía, verdaderamente otra: el Reino, la economía del Reino. Obsesión de Jesús de Nazaret, revolución total de las estructuras personales y sociales, utopía necesaria, obligatoria,
porque es la propuesta del Dios de la Vida mismo, Padre-Madre de la Familia Humana".
Esperamos que les sea útil y compartan este importante servicio.
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Vaciamiento de la democracia y genocidios económicos. Coyuntura económico-política
Por Franz Hinkelammert
San José, Costa Rica
El vaciamiento de la democracia
Hay dos elementos decisivos de la actual crisis.
Por un lado, la estrategia de globalización llegó a ser el obstáculo decisivo para lograr una respuesta frente a las grandes amenazas para nuestro mundo: la exclusión de partes cada vez mayores de la población mundial, la disolución interna de las relaciones sociales y la cada vez más visible destrucción de la naturaleza.
Por el otro lado, la total subordinación de la política al automatismo de la deuda se ha transformado en el motor de este proceso destructivo. Son los países democráticos, es decir, aquellos países que arrogantemente se presentan como las democracias modelo, quienes imponen esta política al mundo entero. Estos países tienen hasta ahora mayorías internas para esta política, y declaran como no-democráticos a todos los gobiernos que no aceptan incondicionalmente esta política. Si se someten a ella, son democráticos, aunque sus presidentes se llamen Pinochet o Mubarak. Por lo menos serían democráticos en su esencia, aunque no en su apariencia.
Este criterio es el de las democracias modelo, sobre todo de EEUU y Europa. Con este criterio democratizan el mundo.
Pero, ¿por qué hay mayorías a favor de esta deficiencia mental? Brecht decía: solamente los terneros más grandes y tontos eligen ellos mismos sus carniceros. Pero se sigue eligiéndolos. Aunque a veces no.
Se trata de lo que se llama la soberanía popular, que pretendidamente vale en las democracias modelo: «todo poder sale del pueblo». Sin embargo, esta soberanía popular tiene un punto problemático. Hoy consiste en que el pueblo declara soberanamente que el poder económico y, por tanto, el Capital es el soberano. La cancillera Merkel en Alemania lo dice: «la democracia tiene que ser conforme al mercado». Y se dice en un lenguaje muy específico. Se dice que el mercado es un ser autorregulado que no debe ser intervenido por ninguna voluntad humana, y por tanto tampoco por la voluntad expresada en las elecciones por el soberano popular. La Unión Europea entiende eso como el contenido central de su constitución.
Ésa precisamente es la afirmación según la cual el Capital es el soberano que tiene que ser confirmado por la soberanía popular. Según nuestros apologetas de la soberanía del Capital, la soberanía popular deja de ser democrática si no afirma esta soberanía del Capital. Por tanto, la soberanía popular que no afirma la soberanía del Capital es antidemocrática, incluso totalitaria. Sin embargo, Pinochet y Mubarak son democráticos por el hecho de que imponen la voluntad general (volonté general, Rousseau), aunque no sean elegidos. Son conformes al mercado, como dice Merkel.
Ése es el vaciamiento de la democracia, como ha tenido lugar en las democracias modelo. El pueblo renuncia a su soberanía y la entrega al poder económico, que se hace presente como Capital. Los métodos para lograr esto son muchos. Solamente quiero mencionar dos, que tienen un carácter central: la creación de la opinión pública en el sentido de una opinión publicada, y la amplia determinación de la política por el financiamiento de las elecciones.
El dominio sobre los medios de comunicación hoy está casi totalmente en las manos de sociedades de capital, que son sus propietarias. Estos medios de comunicación se basan en la libertad de prensa, que es la libertad de los propietarios de los medios de comunicación. Éstos se financian subvenciones en forma de publicidad comercial, pagada por otras sociedades de capital. Cuanto más presuponen los medios de comunicación grandes capitales, se transforman en instancias de control de la opinión pública y, por tanto, de la libertad de opinión. Para estos medios no hay otra libertad de opinión que la libertad particular de sus propietarios y sus fuentes de financiamiento.
Ésta la garantiza la libertad de prensa. El derecho humano no es la libertad de prensa, sino la libertad de opinión de todos y por tanto universal, pero al hacer de la libertad de prensa el único criterio para los derechos de la opinión en los medios de comunicación, la libertad de prensa se ha transformado en un instrumento sumamente eficaz para el control de la libertad de opinión universal. Éste es limitado, aunque solamente en cierto grado, por los medios de comunicación públicos, en cuanto tengan una autonomía efectiva. Berlusconi como propietario de la gran mayoría de medios de comunicación en Italia podía expresar hasta con trompetas su opinión sin casi ninguna contestación. Sin embargo, uno de los canales de televisión que le hizo la oposición más dura era un canal de la televisión pública RAI.
No lo podía intervenir, porque tenía una autonomía asegurada por el derecho. Por otro lado, el presidente Reagan aseguró su poder en buena parte por su indiscriminada política de privatización de los medios de comunicación, inclusive con un conflicto durísimo con la UNESCO, a la cual retiró su financiamiento. Con eso aseguró un dominio incontestado sobre el derecho humano de la libertad de opinión en EEUU.
Para los políticos se trata de un límite serio porque necesitan medios de comunicación para hacer presentes sus posiciones políticas. Pero la condición para acceder a ellos es reconocer el poder económico, por tanto, el capital, como el soberano de hecho. Una muy parecida situación se da en casi todos los procesos de elección. Un participante importante y muchas veces decisivo en las elecciones es el poder económico, como el verdadero soberano. Siempre está, pero su presencia es invisible. Este gran otro está presente hasta cuando él mismo ni lo sabe. Está presente en las elecciones de los candidatos, en los discursos y en los medios de comunicación.
Con eso la política recibe una nueva y muy importante función. Para tener éxito, casi siempre tiene que representar a este gran otro frente a los electores, a los cuales aparentemente siempre representa. Tiene que hacer eso en una forma en la que aparentemente los ciudadanos deciden ellos mismos por su propia voluntad que este gran otro es el soberano real. El político exitoso es entonces aquel cuya representación del gran otro es vivida por los ciudadanos como la propia decisión de ellos mismos.
Los indignados de España se dieron cuenta de este carácter de la democracia vaciada que los dominaba y les quita cualquier posibilidad de participación. Por eso exigieron «¡democracia real ya!», frente a un sistema que se presenta como la democracia verdadera.
La soberanía popular por eso no deja de ser algo real y efectivo. Que los ciudadanos tomen conciencia de la soberanía popular, es el gran peligro para esta democracia de las democracias modelo. La soberanía popular no es el resultado de una ley que la reconoce, sino muy al contrario, la ley que la reconoce parte del hecho de que un pueblo que se sabe soberano y que actúa correspondientemente, es efectivamente soberano, haya ley o no. Es esta soberanía popular que nuestras democracias tienen que transformar en soberanía del mercado y del Capital...; pero con eso pueden fracasar, y eso temen cuando empiezan levantamientos populares democráticos.
Estos levantamientos están hoy en curso y otros se anuncian. Empezamos en 2001 en Argentina. Paralelamente a eso aparecieron gobiernos de izquierda como en Venezuela, Bolivia y Ecuador, que rechazan poner la soberanía del mercado y del Capital en el lugar de la soberanía popular. Por eso, en la opinión pública publicada de las democracias occidentales son considerados como no-democráticos.
Sin embargo, con una fuerza muy especial, aparecieron estos movimientos populares en el año 2011 en los países árabes, sobre todo del Norte de África.
Eso llevó entonces al movimiento de los indignados en España, el mismo año.
En las democracias occidentales apareció la voz de alarma. Si se mostraba entusiasmo, casi siempre no era más que simple palabrería. Pero tenían que aceptar la democratización en algunos países árabes.
En seguida se ofreció apoyo, pero este apoyo siempre hizo lo mismo: fundar democracias que pongan la soberanía del mercado y del Capital en el lugar de la soberanía popular. Quieren «democracias verdaderas».
Eso parece ser más fácil cuando la rebelión de los movimientos populares se dirige en contra de regímenes dictatoriales, a pesar de que estos regímenes dictatoriales siempre han tenido anteriormente el apoyo casi absoluto de nuestras democracias modelo. Por eso, amigos de la libertad como Mubarak y Kadhafi, por eso, de un día para otro, fueron declarados monstruos.
Antes eran buenos, ahora resultan malos.
Detrás de todo estaba solamente la preocupación de crear también en esos países democracias vaciadas como lo son hoy las democracias occidentales. Se trata de democracias como ya se han creado en Irak y Afganistán. Y está claro: los movimientos democráticos rebeldes no quieren para nada democracias-modelo como las creadas en Irak y Afganistán.
A eso siguieron los levantamientos democráticos en España y, por consiguiente, en el interior de una de estas democracias-modelo occidentales. También este movimiento quiere democracia. Dejan bien claro que se enfrentan a una democracia, en la cual los políticos hacen la política de los poderes del mercado y del capital y se hacen sus representantes, considerándolos como los poderes soberanos. En Argentina 2001 estos rebeldes gritaron: «¡que se vayan todos!».
El nombre que se dio este movimiento en España y que antes ya llevaron algunos movimientos árabes significa algo. Se llaman indignados. Significa que se sienten como seres humanos cuya dignidad ha sido pisoteada. El mismo sistema dominante se transformó en un sistema de negación de la dignidad humana.
Este movimiento amplía cada vez su contenido, manteniendo sin embargo su identidad. Eso ocurrió con las protestas en Chile en contra de la comercialización del sistema de educación y de salud. Lo mismo ocurrió al mismo tiempo en EEUU con el movimiento Ocupy Wall Street y se está ampliando al mundo entero.
Uno de sus lemas era: stop trading with our future. Pone otra vez la exigencia del reconocimiento de la dignidad humana en el centro. Presentan sus intereses, pero desde un punto de vista: de la dignidad humana. Eso está también en el fondo de los movimientos democráticos árabes. Seres humanos protestan y se rebelan porque son violados en su dignidad humana. Y quieren otra democracia porque la violación de su dignidad humana es un producto de la propia lógica de la democracia vaciada.
Estas democracias occidentales solamente pueden reírse al escuchar las palabras «dignidad humana». Nada de eso existe, ése es el núcleo de esta nuestra democracia vaciada. El lugar de la dignidad humana lo ha ocupado la consideración del ser humano como capital humano, porque se cree que eso es «realista». Sin embargo, nos hace comprender de qué manera el Occidente vació muy democráticamente la dignidad humana y la hizo desaparecer. Se trata de la transformación del ser humano en capital humano y su total subordinación al cálculo de utilidad. Ciertamente, el «capital humano» no tiene dignidad humana, es nihilismo máximo.
De eso trata la rebelión en nombre de la dignidad humana. Y no solamente de la dignidad humana, también de la dignidad de la naturaleza. Los seres humanos no son capital humano y la naturaleza no es capital natural. La dignidad existe. Las democracias occidentales lo han olvidado hace mucho tiempo. Sin embargo, hay que recuperar la dignidad humana: un tratamiento digno del ser humano, del otro ser humano, de sí mismo y también de la naturaleza.
Los indignados no hablan en nombre de intereses y de la utilidad por realizar. Hablan en nombre de su dignidad humana encima de la cual no puede haber ningún cálculo de utilidad. Seguramente, comer da utilidad. Pero no poder comer no es una baja de utilidad, sino una violación de la dignidad humana. Eso no puede cambiar ningún cálculo de la utilidad. Sin embargo, nuestra sociedad es tan deshumanizada, que este horizonte de dignidad humana casi ha desaparecido, con el resultado de que casi todos se interpretan o se dejan interpretar como capital humano. Qué tenemos que hacer con la persona humana, eso nos lo indica el mercado. Y el mercado dice lo que dicen los banqueros. Y los políticos dicen lo que antes han dicho los banqueros. Por eso, si el mercado lo indica como útil, en cualquier momento puede empezar el genocidio. El mercado se transforma entonces en las «armas financieras de destrucción masiva» (Stiglitz), que hoy hacen su trabajo en Grecia y en España.
El poder económico deja morir, el poder político ejecuta. Ambos matan, aunque con medios diferentes. Por eso el poder político tiene que justificar el matar, mientras el poder económico tiene que justificar por qué deja morir y por qué no interviene en el genocidio dictado por el mercado. Sea la justificación que sea, ambos son asesinos. Ninguna de estas justificaciones es más que la simple ideología de obsesionados.
El asesinato por medio del dejar morir
La denuncia del asesinato ordenado por el poder económico tiene historia. En la biblia judía es expresamente denunciado: «Mata a su prójimo quien le arrebata su sustento, vierte sangre quien quita el jornal al jornalero» (Eclesiástico 34,22). Bartolomé de las Casas se decide a ser uno de los defensores de los indígenas de América, basándose en ese texto, a través del cual se convierte. Se está dando un genocidio contra los indígenas, y el eclesiástico lo denuncia.
Al final del mismo siglo XVI asume Shakespeare este tipo de denuncia y la pone en la boca de Shylock, el personaje de El Mercader de Venecia: «Me quitan la vida si me quitan los medios por los cuales vivo».
Aparece de nuevo esta problemática en los siglos XVIII y XIX. Se comienza a hablar sobre el Laissez faire, laissez passer. Malthus insiste especialmente en laissez mourir en vez de laissez faire.
En Adam Smith (La riqueza de las naciones, 1983) este dejar morir es ahora ley del mercado, lo que no es en Malthus. Según Smith, los mercados siempre dejan morir a aquellos que en el interior de las leyes del mercado no tienen posibilidad de vivir y así debe ser. Es parte de la ley del mercado. El equilibrio de la mano invisible se realiza dejando morir a aquellos que caen en la miseria. Si volvemos a la cita del Eclesiástico, eso significa que el equilibrio se logra por el asesinato de los sobrantes.
Es claro que para Malthus y Smith la tesis de Eclesiástico, de que se trata de un asesinato, no es aceptable. Sin embargo, Marx insiste en ello, y cita en el Tomo I del Capital la tesis del Eclesiástico. También sostiene que las afirmaciones citadas de Malthus y Smith desembocan en el asesinato. Es interesante el hecho de que Smith presenta este dejar morir como consecuencia de una ley del mercado. Por tanto hay un legislador que condena a la muerte: el mercado.
En esta forma, es decir, como ley, todo eso sigue válido hoy y lo vivimos precisamente ahora con la condena del pueblo griego a la miseria a la cual han seguido otras condenas y seguirán muchas más. El poder económico condena a la muerte por medio del mercado, y ejecuta. Es la ley, la ley del mercado, quien ordena estas condenas. Da el permiso para matar y los portadores del poder económico ejecutan.
Esta ley del mercado tiene dos dimensiones. Una es la de la ética del mercado, de la cual habla Max Weber. Hayek la sintetiza: garantía de la propiedad privada y cumplimiento de los contratos. El cumplimiento de los contratos implica el pago de las deudas. Esta ética del mercado es ética de cumplimiento ciego: no hay razones para someter sus normas, que todas son normas formales, a un criterio de juicio y de evaluación. Como dice Milton Friedman, valen por fe en el mercado. Vale un rigorismo ético absoluto. Al lado de esta ética del mercado se trata de leyes del mercado del tipo del dejar morir a los seres humanos sobrantes, es decir, los que no tienen cabida en el mercado. Leyes del mercado de este tipo constantemente son inventadas. Hoy toda la estrategia de globalización se considera ley del mercado que hay que cumplir ciegamente. Eso vale especialmente para el sometimiento de todas las relaciones sociales bajo las relaciones del mercado y la privatización en lo posible de todas las instituciones de la sociedad.
Ambas dimensiones de las leyes del mercado están íntimamente relacionadas. Una no existe sin la otra.
Tienen en común su destructividad para la conveniencia humana, sea con los otros seres humanos, sea con la naturaleza entera. Se declara entonces esta destrucción resultante de destrucción creativa, de la cual hablaba Schumpeter, usando la expresión destrucción creativa de Bakunin sin citarlo obviamente. No se puede negar que existe esta destrucción, pero se la hace tolerable por ser pretendidamente creativa. No pesa sobre la conciencia moral, tanto más cuanto más ciegamente toda destructividad es declarada creativa. Quien no puede pagar con dinero, tiene que pagar con sangre. Ese es el principio del Fondo Monetario y de los bancos.
El caso mayor de estos genocidios económicos de las últimas décadas ocurrió en Rusia. Dice un autor, basándose en un análisis de eso en la revista inglesa The Lancet: «Observando que la población ‘perdió aproximadamente cinco años de esperanza de vida entre 1991 y 1994’ los autores sostienen que semejante degradación de las condiciones de vida es consecuencia directa de las estrategias económicas implementadas para pasar del comunismo al capitalismo. Las que habían sugerido, junto con otros, los money doctors franceses».
Se habían producido millones de muertes. Pero todo con muy buena conciencia. Tan buena conciencia, que los medios de comunicación casi no mencionaron este gran genocidio.
Los genocidios que se anuncian con el plan para Grecia posiblemente lleguen a resultados parecidos. Tampoco se van a publicar mayormente. Pero la ley soluciona todos los problemas de una posible mala conciencia de aquellos que cometen el crimen. Están cumpliendo una ley y por tanto no cometen ningún crimen. Eso ha ocurrido con Grecia.
El Fondo Monetario, el banco central europeo, el consejo europeo y los gobiernos de Merkel y Sarkozy han sido declarados inocentes del crimen que efectivamente cometen en nombre de una ley que la propia sociedad burguesa ha promovido. Se trata del corazón de piedra que tiene que ser cultivado en nuestros ejecutivos para ser capaces de hacer lo que hacen.
No hay dinero para el hambre ni para los pobres, pero sí para los bancos. Necesitamos otra economía, un sistema no al servicio del capital, sino del buen vivir de la humanidad
Latinoamericana 2013
Adital
3ra. Entrega:
Apreciadas/os leitoras/es,
En un trabajo en conjunto con la Agenda Latinoamericana/Servicios Koinonía, mediante dos entregas semanales, divulgaremos en la página web, en Facebook y en Twitter de ADITAL todos los textos (en
portugués y español) publicados en la edición de la Agenda 2013 - OTRA ECONOMÍA, que, en palabras de Dom Pedro Casaldáliga, "en lenguaje bíblico-teológico tenemos la palabra-clave para hablar de
la Otra Economía, verdaderamente otra: el Reino, la economía del Reino. Obsesión de Jesús de Nazaret, revolución total de las estructuras personales y sociales, utopía necesaria, obligatoria,
porque es la propuesta del Dios de la Vida mismo, Padre-Madre de la Familia Humana".
Esperamos que les sea útil y compartan este importante servicio.
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No hay dinero para el hambre ni para los pobres, pero sí para los bancos. Necesitamos otra economía, un sistema no al servicio del capital, sino del buen vivir de la humanidad
Por Manfred Max-Neef
Valparaíso, Chile
En el mismo momento en el que la FAO, la organización de las UN para la agricultura y la alimentación, informaba, en octubre del año pasado, que el hambre está afectando a 1000 millones de personas, y estimaba en 30.000 millones de dólares anuales la ayuda necesaria para salvar todas esas vidas, la acción concertada de 6 bancos centrales (EEUU, UE, Japón, Canadá, Inglaterra y Suiza) inyectaba 180.000 millones en los mercados financieros para salvar bancos privados. Si ello fuera insuficiente el Senado de EEUU aprueba que se agreguen 700.000 millones. Dos semanas más tarde se aprueban 850.000 millones más, y así continúa y continúa hasta llegar a septiembre de este año, en que la estimación conservadora del paquete de rescate alcanza a 17 trillones (millones de millones) de dólares.
Frente a una situación como ésta hay dos alternativas: ser demagógicos o ser realistas. Si sostengo por ejemplo, invocando la ley de la oferta y la demanda, que en el mundo hay mucha más demanda de pan que de operaciones de cirugía estética, y mucha más demanda de que se alivie la malaria que de vestidos de alta costura, o si sugiero por ejemplo un referéndum que pregunte a los ciudadanos si prefieren destinar las reservas monetarias para salvar vidas o para salvar bancos... si planteo todo esto se me acusará sin duda de ser demagógico.
Si por el contrario acepto que es más urgente, más necesario, más conveniente y más provechoso para todos impedir la quiebra de una aseguradora o de una institución bancaria, que dar de comer a millones de niños, socorrer las víctimas de un huracán o curar el dengue, en ese caso se me dirá que soy realista.
Éste es el mundo en el que estamos, un mundo acostumbrado a que nunca hay suficiente para los que no tienen nada, y siempre hay suficiente para los que lo tienen todo.
No hay suficientes recursos para superar la pobreza, pero sobran los recursos para satisfacer necesidades superficiales.
¿Qué pasa si ustedes dividen esos 17 trillones de dólares por los 30.000 millones anuales que la FAO estima necesarios para superar el hambre en el mundo?
Si hacen esa simple división, el resultado que obtendrán será... ¡600 años de un mundo sin hambre!...
¿Dónde estaba esa plata? ¿Quién la tenía? Siempre nos habían dicho que no había suficiente para resolver la pobreza del mundo... Y de repente, casi de la noche a la mañana, hay plata disponible... ¡más de medio milenio de un mundo sin hambre y sin pobreza!...
Creo que difícilmente puede concebirse una realidad más obscena que ésta, más repugnante. Incluso yo, que he sido revolucionario, rebelde... nunca imaginé que se pudiera llegar a estas magnitudes tan descomunales.
Esto evidentemente es la decepción más profunda que uno puede tener con quienes dirigen el mundo en el que vivimos. Me repugna.
PARA UN TRATAMIENTO PEDAGÓGICO DE ESTE TEXTO
El texto es de Manfred Max-Neef, de su clase magistral «El mundo en rumbo de colisión» (cfr. Youtube; cfr. también Google: «Manfred Max-Neef», con muchos otros materiales).
El hecho contundente es que siempre se nos dijo que, aunque quisiéramos, no era posible resolver el problema del hambre en el mundo, porque no había dinero suficiente. Pero cuando se necesitó dinero para «salvar» a los bancos –que son entidades de lucro privadas–, se puso todo el dinero que hizo falta, y muchísimo más, y se sigue haciendo. El sistema actual reconoce al capital y a los bancos como de interés público y social, y considera males lamentables pero inevitables la muerte de los pobres, el hambre del tercer mundo, el desempleo, la miseria y la muerte de las víctimas de los ajustes y recortes (en salud, educación...) que haga falta hacer para «sanear las cuentas macroeconómicas»...
Para la reunión de grupo:
Ver el texto completo de Max-Neef, y otros del autor (hay bastantes en la red, cfr. Google).
-¿Cuáles son los objetivos, los intereses de este sistema económico mundial
actual?
- ¿Es un sistema pensado para el bien de la Humanidad?
- ¿Por qué la sociedad lo consiente?¿No es nuestra propia falta de conciencia el mayor problema?
- ¿Qué podemos/debemos hacer?