PERSPECTIVAS
DEL
POSCONFLICTO
Darío Botero Pérez
CONTENIDO
1/3 Abundancia de tierras y canallas
2/3 Perfiles de neoliberales diversos
En Colombia
En el vecindario
3/3 Agria Paz Agraria
1/3 Abundancia de tierras y canallas
Cuando se publicaron los resultados del Censo Agropecuario de 2014, ordenado por Juan Manuel Santos Calderón tras 44 años de haberse realizado el último en 1970, fue evidente la enorme cantidad de hectáreas rotuladas, más de cien millones, surgidas de los numerosos procesos de colonización masiva vividos desde la invasión española, pero concentradas en pocas manos mediante el despojo violento que está en la base de todas nuestras guerras civiles.
Ha sido así hasta ahora, cuando el agro negocio ha postulado, aplicado y demostrado que la propiedad de la tierra no es indispensable para enriquecerse por cuenta de su súper explotación.
Basta acatar u obedecer las recetas neoliberales que la depredan en pocos años o meses, preferentemente, pues no son aficionados al largo ni al mediano plazo en sus modelos de negocios, aunque las consecuencias de sus demenciales formas de producción son eternas o a plazos que superan la vida humana, indudablemente largos.
Sin afectar los derechos adquiridos por los terratenientes de viejo cuño, que exigen que la ley les respete y garantice sus añejos despojos a los campesinos indefensos, lo cual es una salvaguarda para los despojadores actuales, en particular para las transnacionales del agro negocio; éstas esperan que los procedimientos industriales, depredadores y altamente rentables con que han resuelto desertizar el campo, les produzcan ganancias extraordinarias en el menor plazo posible.
Esto significa. en términos sofisticados (llamados “científicos” por los economistas vulgares y retorcidos, aliados de los plutócratas ecocidas), que para aumentar el macroeconómico PIB -o índice de depredación mortal que mide la velocidad a la que nos mueven los mercados en busca de nuestra propia extinción; y que se refleja en la tasa de ganancia del inversor individual, en términos microeconómicos- se proponen convertir en empleados, a título de socios, a los colonos poseedores de la tierra en regiones remotas, que constitucionalmente les pertenecen con exclusividad.
La magistral jugada impuesta por los organismos al servicio del libre mercado, pretende atraer capitales depredadores que extingan los baldíos y la biodiversidad que albergan.
Al efecto exigen contar, y los gobiernos se lo conceden, con todas las garantías legales de que podrán largarse con sus utilidades y sin sanciones, cuando quieran, impunes e inmunes; pero conservan el derecho a demandar al Estado si consideran que sus ganancias corporativas no llenan sus expectativas leoninas.
De tal manera traumática pueden asegurar durante un año más sus altas tasas de rentabilidad, que los verdaderos accionistas y los diligentes ejecutivos de las multinacionales pronto convierten en dividendos y en honorarios que aumentan notablemente sus fortunas.
En su irracionalidad, el capitalismo ignora el bien ajeno para garantizarles privilegios a unos pocos desalmados, cínicos e inhumanos, promotores de toda clase de crímenes, incluyendo el genocidio nuclear que tan cerca está.
Lo hace en nombre del sagrado derecho a la propiedad privada, que nos niegan a las mayorías, lo que demuestra lo absurdo del sistema que pisotea y desconoce -para la mayor parte de los seres humanos, a quienes denigra, humilla, explota, engaña y esclaviza- su gran principio fundacional, negándose a si mismo cualquier autoridad ética para existir y prolongarse, tanto en el espacio como en el tiempo.
No es de extrañar, entonces, que exija extender cada vez más el arrasamiento a nuevos territorios, que pronto volverán estériles e inhabitables los flamantes inversionistas extranjeros y los eventuales potentados y lagartos nacionales que los emulen.
Esto demuestra el horror que representa el mortal Neoliberalismo, la etapa final y agónica del espantoso sistema consumista que está devorando la biosfera a la vista de todos, involucrando a muchos consumidores en el desastre que temen y que nos anuncian como castigo divino a los pecadores ajenos al pueblo elegido, al cual le llegó la hora de apoderarse efectivamente de todo si los herederos de Esaú -el primogénito auténtico de Isaac; o sea, hermano mayor del tramposo Jacob- no reaccionan, y con ellos el resto de la Humanidad amenazada por los locos del dios abrahámico.
Sin embargo, aún hay esperanzas de que al Neoliberalismo y la Historia que le dio origen tras la imposición de la decadencia consumista, los podemos vencer y enterrar con sus patrocinadores.
Y, lo que es más trascendental; superarlos estableciendo una organización social plana donde la igualdad jurídica de todos sea universalmente reconocida en medio de la vigencia plena de los Derechos Humanos..
La condición es alcanzar pronto la masa crítica necesaria para vencer a los sicópatas al mando, comprometidos en una carrera vertiginosa para destruir tanta biosfera como puedan, de modo que están prestos a alcanzar el punto de no retorno o de inflexión, a partir del cual se pierden las esperanzas para la Vida porque la victoria será de los apóstoles de la muerte.
Pero les urge alcanzarlo antes de que reaccionemos con eficacia porque seremos más que suficientes los enemigos declarados de la Historia y sus instituciones oprobiosas, resueltos a superarlas, impidiendo que los enemigos comunes se salgan con las suyas.
Mientras engaña a los propietarios y productores con dólares y euros que no valen nada, el Neoliberalismo convierte en basura la riqueza auténtica, forjada durante milenios por asombrosos procesos geológicos que los sicópatas no aprecian ni valoran porque nada les cuestan.
O con unos escasos sobornos logran que les salgan gratis, de modo que no los asientan en sus contabilidades, lo cual hace que sus daños macabros e irreparables a la Naturaleza y las comunidades queden ocultos, sin registro oficial.
Más bien, estos multimillonarios perversos y corruptos se burlan de quienes se mortifican por sus abusos contra la Naturaleza, pues la ven, acatando las enseñanzas bíblicas, como fuente de insumos para los avispados que saben aprovechar las oportunidades que los demás romanticones no perciben; o que desperdician porque prefieren conservar la biosfera y exigen protegerla. ¡Qué bobos!
Su estupidez les impide apreciar el valor del dinero, que tanto valora CNN en Español, cuyo dueño ha logrado acumular bastante, lo que lo convierte en un héroe para su gente.
Su honestidad y periplo vital son tan ejemplares, y él es tan generoso, que ha resuelto documentarlos en una película o video que destaca su grandeza, con toda justicia, para que los perdedores aprendan a respetar a quienes triunfan, lo cual demuestra que son superiores y tienen derecho a mandarnos a los demás.
De rodillas que viene Trump, si dios nos favorece poniendo a semejante personaje superior al mando de USA en vez de a la peligrosa advenediza, Hillary Clinton, quien puede ser peor, así como en muchos aspectos Barack Obama ha sido peor que su antecesor plutócrata, el genocida psicópata cretino, mitómano, alcohólico y cocainómano, George W. Bush.
Pero para los románticos despreciados por los lúcidos hombres de negocios, tan aficionados a los negociados y al crimen en general, tal riqueza original y verdadera alimenta el esplendor vital porque es brindada generosamente por la madre Naturaleza a los seres vivos de todas las especies.
Por tanto, quien la destruye es enemigo declarado de la Vida y de la Humanidad que la comparte y reverencia.
Tenemos que derrotarlo quienes la apreciamos por encima de las veleidades del ruin mercado capitalista, por muy armado que esté y poderoso que se sienta el psicópata que se dedica a destruirla para acumular riquezas y demostrar su grandeza.
Es su única manera de destacarse, pues no dispone de ningún talento verdadero que pueda exhibir con orgullo legítimo, como lo hacen los campeones de los juegos olímpicos, por ejemplo, o los grandes artistas.
La mayoría de estas bestias ampulosas actúan y viven su tragedia personal amargándoles sus vidas a los pobres y pusilánimes, como los personajes borgianos de la notable Historia Universal de la Infamia, auténticas vergüenzas para la especie humana subyugada por sus peores ejemplares durante el aterrador período antropológico que llamamos la Historia.
El problema ideológico irreducible y persistente, arisco a las críticas y totalmente irracional, es que los abrahámicos alegan que el Universo o, al menos, la Tierra, fue creada para ellos exclusivamente, por lo cual la tratan como les da la gana.
Se solazan destruyéndola, para producir escasez y miseria; manteniendo engañadas, sojuzgadas, despojadas y envilecidas a las mayorías; negándoles el derecho innato a disfrutar sus propias vidas.
Al fin y al cabo, lo que los obsesiona y apura es el Juicio Final que están implementando con desespero, pues temen que las mayorías reaccionemos a tiempo, impidiendo que coronen su crimen escatológico, que es su gran compromiso con su único y arbitrario dios, ese Yahvé que, porque le dio la divina gana, tanto odió a Esaú pero amó intensamente al tramposo Jacob, también conocido como Israel.
Dado que se trata de acudir a la Verdad como arma noble para vencer a tantos mentirosos que nos envilecen como especie, conviene una cita bíblica pertinente, a saber, el versículo 2 del capítulo 1 del libro de Malaquías, que en la revisión de 1995 a su traducción dice:
“’Yo os he amado’, dice Jehová. Pero vosotros dijisteis; ‘¿en qué nos amaste?’.
‘¿No era Esaú hermano de Jacob?’, dice Jehová; ‘sin embargo, amé a Jacob y a Esaú lo aborrecí; convertí sus montes en desolación y abandoné su heredad a los chacales del desierto”
La misma manifestación de sionista arbitrariedad divina se consigna en una de las cartas del astuto Pablo (Ro 9.13), quien aprovechó su erudición para adquirir un puesto destacado en el cristianismo.
Esperan lograr sus mortales objetivos inoculándonos venenos ideológicos que buscan convertirnos en enemigos mutuos, para matarnos en defensa de los intereses de nuestros verdugos expropiadores, en particular los de los banqueros que acaparan las riquezas y son comandados por notables sionistas, como los Rothschild, los Rockefeller, Goldman Sachs, Enron, los hermanos Lehman, y unos cuantos potentados más. Todos cuentan con el apoyo de politiqueros inescrupulosos como Donald Rumsfeld o el eterno Henry Kissinger.
De seguir en su juego, procederíamos como zombis al tenor de las trampas, doctrinas y maniobras macabras de los sicópatas, que se disputan el control del Mundo y que son los verdaderos enemigos comunes de la Humanidad, de la Vida y de la biosfera, cuyos jugos vitales siguen extrayendo de sus entrañas mientras envenenan las aguas, los suelos y la atmósfera que sustentan nuestras vidas.
No obstante, regresando a Locombia, dada la ociosidad en que los terratenientes tradicionales mantienen sus fértiles y extensos latifundios -dedicados a la crianza extensiva de ganado o como lotes de engorde en espera de inversionistas que se los compren a buen precio-, es obvio que aplicando políticas realmente protectoras del Medio Ambiente, tan amenazado y cuya conservación dizque preocupa al astuto Juan Manuel Santos Calderón, se puede conservar intacta la valiosa e irremplazable tierra objeto de las Zidres, ofreciéndoles a los campesinos condiciones reales de progreso humano en ambientes ya integrados a la civilización consumista.
Es algo que se puede conseguir inmediatamente mediante la entrega a los campesinos sin tierra -pero ansiosos de poner a producir la que consigan, así sea arrebatándosela a la selva o al monte- de las enormes extensiones acaparadas por quienes han generado las condiciones de iniquidad que han dado origen a las guerrillas.
Y que serán fuente permanente de luchas sociales si se niegan a entregarlas a quienes las quieren poner a producir con técnicas tradicionales no depredadoras, como las que quieren obligarlos a adoptar mediante la ley Zidres los politiqueros agentes de las multinacionales, y que, por desgracia, el acuerdo de paz estimula aunque retóricamente defienda, o diga defender, el Medio Ambiente..
Dichos estorbos económicos y sociales mantienen a las mayorías rurales (claro, también a las urbanas) en la miseria, sin ceder nada de sus privilegios de herederos de conquistadores o de libertadores, o de emergentes terratenientes, o de multinacionales con concesiones leoninas impensables para los nacionales, o de meros burócratas resueltos a aprovechar su cuarto de hora a cómo dé lugar.
Se consideran superiores al vulgo carente de propiedad y educación, pues ambas las acaparen las llamadas clases dominantes, aunque el conocimiento sigue irrigándose, sin pedir permisos e iluminando a los despojados; mostrándoles el camino liberador de la democracia auténtica a quienes van abriendo los ojos para sumarse a las multitudes conscientes.
Éstas son requeridas para enterrar la Historia a fin de remplazarla por la Sociedad Democrática Global regida por una gobernanza, tanto local, como nacional, regional y mundial, que debemos definir y adoptar entre todos en vez de tolerar que nos la impongan unas minorías.
Este abuso contra las mayorías ha sido lo típico en la Historia que fenece y que nuestras generaciones vivas tienen la oportunidad de enterrar en vez de morir con ella..
Sobre esta utopía, que nos anima y guía, han aportado los mejores seres humanos a través del luctuoso período antropológico que ha culminado su vigencia y estamos obligados a inhumar pronto.
Por tanto, hay mucha tela de donde cortar para confeccionarnos una sociedad satisfactoria para todos los que no seamos sicópatas.
Es indispensable proceder globalmente y al unísono para evitar que nos arrastre a su sepultura; y al mismo infierno que se merece como período antropológico socialmente condenado por depredador y antieconómico, por usurero, estafador, mentiroso y despiadado, por retrógrado y criminal, por elitista, autocrático y anti-popular, en tres palabras
En cuanto a la concentración de la propiedad rural en pocas manos, lograda mediante un proceso de despojo que se rastrea desde la conquista española; se trata de extensiones enormes ya integradas al mercado; mucho más, sin lugar a dudas, que los baldíos que están en la mira de los depredadores ecocidas.
Todos éstos están interesados en desolar nuestras reservas naturales para precipitar la conversión en paria de nuestra patria. Igual destino les han trazado a las patrias de todos los demás pueblos gobernados por sirvientes de los plutócratas que aspiran a ser los únicos y legítimos dueños del Mundo y sus contenidos.
Pero es claro y sabido que las tierras acaparadas por los terratenientes han sido deficientemente explotadas por sus propietarios oligarcas.
Por tanto, lo racional y decente con el Medio Ambiente y los campesinos pobres, es integrarlas de una vez a la producción de alimentos que refuercen la seguridad alimentaria nacional de manera soberana, sin depender de extranjeros que, cuando lo deseen, pueden condenarnos a la inanición.
También pueden atacarnos, si les place, porque nos negamos a autorizar sus saqueos o a seguir obedeciendo sus reglas; o porque les estorbamos o nos consideran muy feos o malolientes o incivilizados o, simplemente, porque es su derecho y les da la gana de ejercerlo cuando quieran, sin consultar ni advertir a nadie. Al fin y al cabo, su guía es Jehová.
Pero si la propiedad ociosa se entrega a productores nacionales ansiosos de tierra para ponerla a producir, se les garantizaría a los consumidores de los mercados locales y regionales abundancia de productos cultivados con técnicas tradicionales ajenas a los agro tóxicos que usan las transnacionales para sus cultivos industriales de ámbito mundial, de modo que nos han envenenado a todos, como lo demuestran los análisis de sangre de las mayorías urbanas en cualquier lugar de la Aldea Global.
Indudablemente, esos millones de hectáreas subutilizadas en Colombia, muchas ubicadas en tierras fértiles acaparadas por los terratenientes improductivos y rentistas, constituyen una base cierta para ampliar el escaso 6.3% dedicado a cultivos -de los poco más de 113 millones de hectáreas que conforman el “área rural dispersa”-, buscando consolidar la soberanía alimentaria tanto como hacer, por primera vez, auténtica justicia social con los eternos desamparados del campo.
Dicha autosuficiencia en alimentos la vienen atacando los enemigos comunes desde los 70s del siglo anterior, por lo menos. Esto es, desde que nos dejamos robar la producción autóctona de trigo y cebada para adquirir los excedentes producidos en las granjas usanas mecanizadas, ahora estériles.
Así empezamos a perder la autosuficiencia en la producción de nuestros propios alimentos, que los jóvenes no saben que producíamos en abundancia, sin necesidad de importarlos a cambio de nuestras materias primas y recursos naturales preciosos, cuyo valor es vital y no simplemente económico.
En consecuencia, lo responsable es conservarlos y defenderlos lo más que se pueda. Su explotación debe ser autorizada por la sociedad, tras un debate amplio y suficiente, si hay razones válidas y juiciosas para agredir el Medio Ambiente.
Ha de procederse con clara noción de las consecuencias vitales y temporales, en vez de dejar la decisión en manos de funcionarios miserables y venales, dispuestos a corromperse para hacer fortuna al precio que sea., como los de la Autoridad Nacional Ambiental, ANLA, en Colombia.
O, simplemente, ineptos y arrogantes, como los burócratas que planean y disponen de recursos y personas desde sus escritorios, prevalidos de su formación profesional aunque sin saber de qué se trata. Simplemente acaballados en la ley y los reglamentos que les dan ese poder.
Lo cierto es que esa indispensable autosuficiencia alimentaria, que fue real y podemos recuperar si somos dignos, respaldaba nuestra soberanía de forma suficiente, sana, evidente y segura en ese aspecto básico de la nutrición adecuada, oportuna y abundante, que es el mismo que les ha permitido sobrevivir a las comunidades originarias de nuestras selvas, pese a los ataques exterminadores a que las somete el capitalismo desde hace siglos.
Este sistema monstruoso busca convencernos de que estamos obligados a copiar sus modelos funestos si aspiramos a ser tachados de civilizados.
Es lo que nos ofrecen para no despreciarnos como a esos salvajes que han sobrevivido miles de años en convivencia armónica con Pachamama, al margen del salvador mercado depredador.
Su permanencia demuestra su superioridad respecto al supuestamente avanzado capitalismo, que se ha esforzado en despojarlos, cazarlos, esclavizarlos, extinguirlos... Y que tiene agotada la biosfera en escasos 200 años de vigencia, alcanzando una destrucción y mortandad que no tiene antecedentes y que no podemos tolerar más.
Está convirtiendo el Mundo en un basurero por cuenta de los amargados insatisfechos, alienados con los fetiches de la mercancía, como diría Marx, con alta capacidad de consumo pero carentes de valores que los reconcilien con la vida y el placer de disfrutarla hasta que se acabe, en las mejores condiciones posibles de bienestar, solidaridad, convivencia, respeto y armonía para todos.
Por desgracia, si no salimos en defensa de nuestros recursos naturales y de las comunidades originarias que los protegen desde siempre, ni aquellos ni éstas resistirán el aleve y sostenido ataque neoliberal, que es definitivo para la Vida en el planeta y está en manos humanas, sólo en manos humanas, las nuestras, enfrentar y derrotar, para que los enemigos comunes no triunfen definitivamente.
2/3 Perfiles de neoliberales diversos
En Colombia
.En consecuencia, incorporar más tierras baldías para ampliar la llamada “frontera agrícola”, constituye un patético crimen contra el Medio Ambiente que Juan Manuel Santos Calderón tanto dice apreciar, querer, respetar y defender.
Demuestra que es un simple demagogo sin principios. También alerta a las corrientes de opinión, que hoy lo tienen por el suelo tras sus traiciones a la patria, tan burdas como la ya denunciada entrega de Isagen a Tony Blair, o el triste negociado con la Refinería de Cartagena, cocinado por el gurú dictador tras el todavía impune quite al negocio que le hizo la multinacional suiza Glencore, notable depredadora de la Guajira.
Desde luego, es mortal el golpe contra la población sana que aprecia su país, se preocupa por sobrevivir soberanamente y cuida sus recursos naturales con responsabilidad hacia las próximas generaciones de todas las especies, en vez de transmutarlos en basura para que los plutócratas aumenten sus fortunas.
Sabemos que los recursos naturales son el sustento de la Vida, de modo que no podemos convertirlos en ganancias financieras para el lucro pasajero de sicópatas abusivos, oportunistas, desalmados, demagogos, mentirosos, ladrones, ambiciosos, corruptos, vendepatrias, traidores y genocidas, cuya gran aspiración es hacer fortuna, sea como sea.
Pero así es el padrino de los “falsos positivos”; el ahora flamante presidente Juan Manuel Santos Calderón, ex socio íntimo del chalán vitando; esto es, del ex dictadorzuelo Álvaro Uribe Vélez, quien se considera la reencarnación criolla del desalmado Gustavo Adolfo Hítler, y es el padre de ese sonado genocidio.
Aquel es un tramposo superior que supo engañar al culebrero de Salgar, utilizándolo para llegar a presidente.
Así demostró que se trata de alguien más pícaro y de más alcurnia que su ocasional mentor, tan ambicioso pero limitado en sus habilidades por razón de su cuna, que no es la de converso poderoso que ostentan “Juampa” y su doble primo hermano, el inefable Pacho Santos Calderón, quien sigue al lado del gurú.
Para ganarse la confianza del “presidente” que actuó abiertamente como dictador impuesto por los capos de la droga, los llamados “emergentes”, Juan Manuel no tuvo inconveniente en apoyar las matanzas efectuadas por los “paracos” que, cuando fue gobernador de Antioquia, había legalizado el dictadorzuelo, contando con la anuencia del entonces presidente Ernesto Samper Pizano, como sabemos.
Más bien aprovechó la oportunidad para demostrar que es tan desalmado como cualquiera del combo de Pablo Escobar Gaviria, incluyendo a quien lo fortaleció con la entrega de matrículas para motonaves y autorizaciones para pistas de aterrizaje cuando fue el joven director de la Aeronáutica Civil (Aerocivil).
¿Adivinas? Sí, fue Alvarito, nombrado en tan estratégica posición durante el desgobierno de Julio César Turbay Ayala, el papá homónimo del ladrón hijo de doña Nidia Quintero, a quien Uribe le pagó los favores recibidos de su padre nombrándolo como su Contralor General de la Nación, donde robó bastante pero sigue impune, como muchos de los bandidos del doble período nefasto de los emergentes puros.
No obstante, Juampa es más elegante, astuto y distinguido, de modo que, como Ministro de Defensa del gurú, no tuvo inconveniente en avalar y ordenar el asesinato de jóvenes desempleados y desplazados para hacerlos pasar como guerrilleros caídos en combate, pues matar guerrilleros de verdad es cosa seria, tan seria como engañar a los mafiosos, al menos.
Pero había que demostrarles resultados a las huestes fanáticas del jefe neonazi paisa, ansiosas de sangre guerrillera de pueblo despreciado que merece castigos ejemplares por osado e igualado.
Así se ganó la confianza de Uribe, quien -aunque sigue impune y azuzando la guerra, tanto interna como regional- cuando tuvo la sartén por el mango no pudo imponer a su clon Andrés Felipe Arias, hoy reo de la justicia, pero huido gracias al respaldo del régimen oprobioso que tanto le teme a las iras del predestinado redentor encarnado en tigre.
Sin embargo (lo que confirma los temores de los neonazis criollos de que se haga justicia), casualmente el 24 de agosto nos informaron que lo recapturaron en USA, tras mucho tiempo sin conocer o anunciar públicamente su paradero, aunque no sería extraño que durante su larga desaparición disfrutase de la acogida de los hijos del gurú; Tomás y Jerónimo, más conocidos como Tom y Jerry, quienes resolvieron establecerse en la sede del Imperio para disfrutar sus mal ganadas fortunas.
Irónicamente, fue detenido en la ciudad de Boston precisamente cuando se ha anunciado la inminente firma de los Acuerdos de Paz forjados en la Habana entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón, para terminar un conflicto que dizque no existe, según las aberraciones mentales de los furibundos furibistas, quienes hicieron todo lo posible por sabotear el acuerdo.
Tal recaptura del delincuente de cuello blanco por la policía usana acatando una orden de la INTERPOL, también puede ocurrir con el consejero de paz, igual de abusivamente huido, Luis Carlos Restrepo, el mendaz doctor Ternura compinche de las Autodefensas de derecha, acusado de falsas desmovilizaciones de improvisados paramilitares surgidos de huestes de indigentes que no son criminales.
Como es requete sabido, tales organizaciones criminales están conformadas por unos notables y despiadados delincuentes a quienes Uribe Vélez sedujo. Y ellos se dejaron porque conocían de las andanzas de su familia, íntimamente vinculada, como él mismo, a las fuerzas reaccionarias de los emergentes.
Por eso logró su farsante entrega a la justicia; para terminar traicionándolos cuando su maniobra no le funcionó cómo la había maquinado, de modo que a los más destacados jefes, incluso amigos y vecinos suyos, como Salvatore Mancuso, los extraditó por narcotráfico, como si este artificial delito fuese más grave que los genocidios de compatriotas o la depredación de nuestra biosfera..
Por eso, hasta ahora, al menos, cuando resurgen las esperanzas, tampoco pelechan la investigación y el condigno castigo al evidente delito de espionaje que cometieron Oscar Iván Zuluaga y el partido Centro Democrático contra el mismísimo presidente en ejercicio durante la campaña de 2014 que reeligió al converso Santos.
Tal fenómeno humanoide o monstruo inagotable, el chalán Uribe, cínico y perpetuo mentiroso y traidor enrazado en tigre, para seguir gobernando tras bambalinas tuvo que confiar en el converso santafereño heredero de libertadores; o sea, de los criollos aristocráticos a quienes los emergentes les disputan el poder desde que surgió el criminal negociado del narcotráfico, que es tan rentable, vil y mortal gracias a la arbitraria prohibición de los alucinógenos sostenida por falsos moralistas, interesados en su tajada personal o, simplemente, amantes congénitos de la represión y enemigos de la lúdica.
Lamentablemente, estas posiciones represivas y autocráticas, interesadas en mantener las enormes utilidades fruto de la prohibición de las drogas del placer, convocan y cautivan a mojigatos que las consideran convenientes y apropiadas, sin tener en cuenta los derechos de los adictos ni la perversidad de los prohibicionistas metidos abiertamente en el negocio.
De esta forma, los crédulos pacatos devienen en victimarios ingenuos, o “idiotas útiles”, como los llaman, al servicio de los desalmados, enemigos del pueblo raso tanto como de la lúdica y del placer de vivir disfrutando las evasiones de la realidad mediante el consumo de alucinógenos cuyos e4fectos hacen creer a sus usuarios que hablan con seres de otras esferas, ya sean dioses o demonios.
Los manipulan abusando de sus virtudes, alienación, buena fe, confianza, credulidad, impotencia e ignorancia, que los convierten en esos irreflexivos y acríticos idiotas útiles al servicio de los enemigos comunes, a quienes consideran sus salvadores por creerles sus mentiras, tan seductoras; tanto como por temor a sus amenazas, tan aterradoras como el ataque de un tigre.
Desde luego, la traición de Juan Manuel a los tres huevitos hueros del gurú domador de caballos, tanto como la prematura salida de la perspicaz Gina Parodi de las huestes del personaje vitando -cuando aún ejercía su dictadura pero, con notable valentía y dignidad, lo despreció y desacreditó internacionalmente-, no se las perdonan los furibistas; de modo que no dejarán de cobrárselas, al menos mientras el régimen oprobioso siga tolerándoles sus propias canalladas, tan abundantes y graves, lo cual les permite continuar implementando sus venganzas además de eludir la justicia, que quizás algún día les cobrará sus crímenes, si es cierto que todo se paga en esta vida.
Pero las políticas neoliberales, demagógicas, represivas, ecocidas, absolutamente letales y demenciales, son de orden supranacional, obedecen a la voluntad de los amos del Mundo, actualmente altamente privatizado por sus corporaciones supranacionales que pisotean cualquier legalidad que les estorbe para cumplir su misión depredadora, incluyendo las que no les reconocen su grandeza personal y su derecho congénito a robar y asesinar y destruir lo que no se pueden apropiar o cuya desaparición les sirve para acelerar el fin común.
Por tanto, todos los politiqueros y demás arribistas vendepatrias, en todos los países, sin excepción, por desgracia y a pesar de las retóricas populistas, comparten, defienden y aplican con gusto y devoción; sin chistar, dichas políticas inhumanas y ecocidas.
No se atreven a confrontar el aislamiento internacional, ni se deciden honestamente a perder la oportunidad de enriquecerse y corromperse, o viceversa.
¡Que a los crédulos pueblos se los lleve el diablo!
No hay que sorprenderse, entonces, de que sea lo mismo que hacen los gobernantes en todos los países del Mundo buscando que nos matemos mutuamente, que nos enfrentemos mortalmente los unos contra los otros, independientemente de la ideología con que engañen, fanaticen, alienen y marginen a sus respectivos pueblos que, en conjunto, conforman la Aldea Democrática Mundial que estamos empezando a construir entre todos los ciudadanos globales, independientemente del agujero o de la torre en que vivamos.
Alimentar tal carnicería fratricida es lo que pretenden los yihadistas y los sionistas con sus agresiones alrededor del mundo contra ciudadanos inermes pero dignos, cuya existencia tenemos que defender, porque a todos nos conviene, puesto que todos somos víctimas, actuales y potenciales.
Es cuestión de poco tiempo estar en las mismas, si no reaccionamos multitudinariamente ya.
Por fortuna, cada vez nos relacionamos, conocemos y entendemos más directa y personalmente, al margen de las intenciones perversas de los amos supremos; de modo que pronto estaremos en condiciones de vencerlos mediante la Revolución Mundial, tan indispensable como inevitable si aspiramos a sobrevivir como especie en una nueva era decente, concertada y construida por todos.
En el vecindario
La aplicación de la doctrina neoliberal es unánime, inclusive en quienes dicen rechazarla predicando el Buen Vivir, como Rafael Correa en Ecuador o Evo Morales en Bolivia, quienes, pese a su retórica, no tienen inconveniente en destruir la Amazonía o cualquier cosa susceptible de negociados lucrativos para ellos, pero que sirva para aumentar el inmoral y mortal PIB, como lo exige el Neoliberalismo.
Así también, atacando sin piedad el Medio Ambiente, como los glaciares compartidos con el Chile de la decepcionante Michelle Bachelet, lo hizo el kirchnerismo en Argentina, y ahora lo está potenciando el miserable bailarín y neoliberal confeso, Muricio Macri.
Igual sucede en Brasil, con los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), cuyos desastres continúa el corrupto cínico Michel Temer, quien también declara su abierta fe en el mortal y arrasador Neoliberalismo.
Pronto lo hará Pedro Pablo Kuczinski en Perú, así como lo hace desde su posesión el malhadado presidente de Méjico, privatizador del monopolio público del petróleo: el espectacular plagiario Enrique Peña Nieto.
Desde luego, PPK seguirá y profundizará la actividad depredadora autorizada e impulsada por Ollanta Humala, su antecesor, también dizque revolucionario, aunque no tanto como Chávez, Maduro, Mujica, Dilma, Correa, Bachelet, Ortega, los Castro o Morales.
De igual letal estirpe neoliberal es la contaminación del Río de la Plata, que tan graciosa y gentilmente autorizó el presidente del frente Amplio en Uruguay, el apreciado bonachón Pepe Mujica, famoso ex guerrillero desengañado con la revolución marxista... y tributario reacio pero eficaz del Neoliberalismo, aunque no admite la prohibición de la marihuana.
Pese a sus retóricas específicas, aliarse al recetario neoliberal es lo más sensato y disponible para cualquier politiquero avispado que no se deje conmover por banalidades democrateras, lo cual caracteriza a tantos más, por no decir a todos los que consideran que deben gobernarnos.
Sea como sea, nos oprimen y despojan muchos demagogos más, prácticamente en todas partes y a nombre de todas las ideologías.
Al fin y al cabo saben que ¡Primero se acaba el helecho que los marranos!
Siguen confiando en su capacidad para engañar a los ciudadanos, alejándolos del ejercicio de ese poder que los anula cuando lo monopolizan los enemigos comunes, pero que nos liberará a todos si lo recuperamos y nos lo apropiamos mediante el ejercicio mundial de la Democracia Directa, en todas partes y siempre que haya que atender asuntos públicos a cualquier nivel, desde la aldea local hasta la global...
En tal tónica, los ilusorios presidentes revolucionarios de Ecuador y Bolivia, pese a declararse antiimperialistas y revolucionarios novedosos, entre otras canalladas más han impulsado la explotación de las selvas del Yasuní y del Tipnis, respectivamente, desdiciendo con los hechos cualquier promesa retórica y demagógica destinada a contener a los pueblos para evitar que retomen el ejercicio del poder, que les pertenece por derecho propio desde que descartamos a los dioses como origen de la autoridad de los hombres en la Tierra.
Gracias al documental “Amazonas clandestino”, difundido en televisión por Discovery Network, el caso del Yasuní ha logrado difusión mundial, mostrando inmensos daños al Medio Ambiente, incluyendo la matanza de unos notables protectores de la selva, los “no contactados” taromenane, cuyo territorio está protegido constitucionalmente.
No obstante, Rafael Correa no ha tenido inconveniente en hollarlo para extraer madera y petróleo, cínicamente saqueados a unos costos enormes que jamás cubrirán, pues los daños que causan las transnacionales y los gobernantes neoliberales son irreparables y mortales.
Bien claro lo demostró, aunque desde entonces la contaminación por derrames de petróleo se han centuplicado, el causado por la BP en el Golfo de México, en 2010, cuyos daños tendrán secuelas durante muchos años, por mucho dinero que se invierta para repararlos. (Los paisas lo sabemos con nuestro río Medellín, fuente permanente de fondos para los corruptos que dicen estar interesados en descontaminarlo desde hace años.)
En cuanto a Correa, su bárbara y desoladora agresión al estratégico, sensible e indispensable Yasuní la ha conseguido construyendo una costosa y flamante infraestructura vial -hoy afectada por el terremoto reciente, que podría interpretarse como un esfuerzo de la madre Naturaleza por proteger su pudor y sus gracias-, endeudando irresponsablemente al Estado para que el saqueo sea rápido, como lo exige la economía neoliberal.
(Hay que insistir en que esta calamidad doctrinal que posa de gran e irrebatible sabiduría económica, está obsesionada por aumentar el PIB año por año, lo máximo posible. Semejante bestialidad, desde luego, aplicada como criterio al sector primario de la economía apura el fin de los recursos naturales, ya bastante agotados por su súper explotación perversa, disfrazada de negocio privado de las ambiciosas, desalmadas y supuestamente sabias, poderosas e invencibles multinacionales.)
La construcción de súper carreteras que apuntan a sitios inexplorados, en Colombia la conocemos como una de las cinco “locomotora de desarrollo” con que nos salió Santos para expoliarnos esperando contar con nuestras simpatías.
Así nos la presentó el converso pro sionista al anunciar la construcción -en mi desangrado, necesitado, desgobernado, traicionado, desigual y vilipendiado país- de las llamadas “autopistas de cuarta generación”, cuyo destino saqueador y ruinoso es el mismo que en Ecuador.
Su nefasto propósito es facilitar y acelerar el saqueo de nuestros preciosos e irremplazables recursos naturales.
Desde luego, en ambos países tales carreteras son inmensamente onerosas para el fisco; esto es,. para los ciudadanos que pagan impuestos regresivos ( o indirectos, como el IVA) contradiciendo principios elementales de equidad reconocidos por el capitalismo clásico, que postulan que pague más quien más tiene.
O sea, el inhumano sistema propone y aplica en sus orígenes la tributación progresiva como una medida elemental de justicia social, indispensable para que los infelices sobrevivan. Pero el Neoliberalismo viola este principio elemental, pues su propósito es diezmarnos, llevándonos al borde de la extinción mientras nos distraen con trivialidades.
Por eso es que los impuestos bajo el absurdo y delirante Neoliberalismo cada vez son más altos, generalizados a toda clase de productos y servicios, lo que los hace crecientemente inicuos, pues amplían un desequilibrio tributario contra las mayorías, ciertamente grave, tremendamente injusto, arbitrario e insoportable.
Simultáneamente, las transnacionales exigen que sus impuestos se reduzcan, lo cual están prestos a hacer sus cipayos en todas las neoliberocolonias, de modo que ponen a los países a competir por atraerlos, concediéndoles gabelas absolutamente intolerables.
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Igual ocurre en los demás países víctimas del saqueo neoliberal delirante y mortal, aunque en Colombia se presente la construcción de infraestructura que impulsa exponencialmente los saqueos de la “locomotora minero energética”, no como una orden neoliberal perentoria, que lo es, sino como una genialidad original de Germán Vargas Lleras y de su mentor Juan Manuel, ambos oligarcas desde sus orígenes republicanos y su pasado colonial de gamonales.
En cuanto al caso ecuatoriano del Yasuni, representa un saqueo inmisericorde a la selva amazónica para extraerle sus riquezas, en particular madera y petróleo.
Esta canallada anunciada y realizada, le ha reportado una gran fortuna personal al flamante revolucionario y economista Rafael Correa, ya bastante pervertido respecto al personaje que fue en sus inicios, cuando atacaba el Neoliberalismo con argumentos esperanzadores.
Hasta fue capaz de hacerle mala cara a Álvaro Uribe Vélez por haber violado la soberanía de su nación para matar -mientras dormía, lo cual es un claro crimen de guerra y lesa humanidad- a un jefe guerrillero de las FARC, Raúl Reyes, junto a un grupo de estudiantes internacionalistas que pernoctaban a su lado.
El gurú procedió motivado por el odio que le inspira esta guerrilla en particular porque le mató a su padre Alberto en un oscuro episodio de narcotráfico, cuando el gurú era gobernador de Antioquia y fundó las CONVIVIR.
Para su gestación contó con el respaldo de Ernesto Samper Pizano, actual secretario de Unasur, quien no tuvo inconveniente en legalizar desde la presidencia de la república a las autodefensas de derecha, las CONVIVIR, auténtica Mano Negra al servicio del régimen.
Como era de esperarse y les ha pasado a tantos, Rafael Correa, tras sus desplantes iniciales, cayó víctima del axioma de lord Acton, lo cual no es ninguna novedad, pues el poder nos corrompe a todos, por muy buenas intenciones que tengamos para salvar al Mundo; y pese a lo bien preparados que estemos para hacerlo, individual, ilusoria y falazmente.
Es que el asunto es colectivo. En todo el Mundo depende de la participación y manifestación de las multitudes conscientes, dignas, nobles y pacíficas, perspicaces, penetrantes, bien informadas.
O sea, de los ciudadanos que no se arrodillan ni se dejan engañar porque se sienten soberanos en vez de apéndices de politiqueros degenerados y ambiciosos que insisten en suplantarlos, reservándose el ejercicio del poder como un privilegio personal ajeno a las masas y propio de oligarquías conformadas por expertos en el arte de gobernar a los demás, bien posicionados socialmente pero zánganos o demasiado ambiciosos e incapaces de hacer fortuna honradamente, aunque se esmeran por obtenerla abusando del poder político, mediante sucios negociados con los bienes comunes tanto como manteniendo la prohibición de los alucinógenos, entre otras canalladas más.
Sin dudas, Rafael Correa es prudente, inteligente, precavido y sensato. Por eso quiere disfrutar su ya voluminosa fortuna en Europa, antes de envejecer demasiado, en vez de seguir sacrificándose por el pueblo como jefe de Estado excepcional en un país de gobiernos tan inestables.
Prefiere cederle generosamente su puesto a algún arribista de su corriente política digno de confianza, en vez de hacerse reelegir indefinidamente, asumiendo la destrucción de territorios sagrados, que tanto ha beneficiado a los enemigos comunes y tanto ha dañado a los pueblos originarios y al Medio Ambiente.
Se trata de la misma insólita depredación que tan desengañados nos tiene a los enamorados de la Naturaleza y la Vida. No sólo a los ecuatorianos ni a los protectores ancestrales de la selva, cuya extinción es inminente si no reaccionamos pronto y multitudinariamente para exigir respeto por sus vidas, sus costumbres y sus territorios.
En cuanto a los territorios, que a nadie pertenecen porque son patrimonio de todas las formas vivas; si alguien puede apropiárselos reclamando derechos legítimos respecto a ellos, serían esos seres que saben conservarlos aunque ignoren la propiedad privada; o gracias a esa ignorancia, más bien, que los aleja naturalmente de la codicia y la avaricia personales y enfermizas, tan comunes en el consumismo irresponsable y sicótico.
Lo cierto es que la noción de propiedad privada nos ha corrompido a los que nos consideramos y auto denominamos civilizados, de modo que a quienes la ignoran los expropiamos con total desprecio a su dignidad y sus derechos. Hasta los hemos esclavizado considerándolos animales de hecho por no ser cristianos o musulmanes, por ejemplo.
Con sus maniobras y engaños, los politiqueros que nos suplantan alejan del ejercicio del poder a la gente común y corriente, que integra los pueblos en su diversidad, siendo ésta la gran riqueza de la Humanidad, aunque los sicópatas lo consideren ridículo o, más bien, demasiado complejo para sus limitadas capacidades mentales e intelectuales, pues lo suyo es el vigor físico, la violencia y el mal gusto en medio de reglas claras y simples.
Esa es la razón por la cual se esfuerzan por homogeneizarnos en actitudes, gustos y comportamientos. Así proceden para podernos controlar y manipular mejor y más fácil, porque las sutilezas y particularidades de cada pueblo los agobian debido a su pequeñez mental, que escasamente les da para planear burdamente sus crímenes, pues la fuerza y la violencia son sus grandes e infalibles recursos para imponerse a los demás.
Pero el poder nos pertenece a todos aunque se lo hayan apropiado los más desalmados inescrupulosos, llenos de ambiciones y dispuestos a cometer cualquier crimen para asegurarse sus odiosos privilegios. Actúan como dueños del planeta y sus alrededores. Se consideran y comportan como amos de todos, mientras nos dejemos.
O sea, hasta cuando los ciudadanos del Mundo entero nos levantemos al unísono en un ejercicio de Democracia Directa arrasador y vivificante, invencible naturalmente, que defenestre a los plutócratas y les cobre sus crímenes.
Éstos son fruto del atraso emocional y la degeneración genética propios de lo sicópatas involucionados e insensibles que son.
La solución a tanta calamidad apocalíptica sólo depende de los pueblos, que hasta ahora se han conformado con ser víctimas.
La alcanzarán si se liberan de demagogias y dogmas, de demagogos y dogmáticos; si no se dejan fanatizar, engañar ni confundir; si asumen su dignidad y prefieren amar al prójimo o, al menos, respetarlo en vez de matarlo.
Y los pueblos los constituimos nosotros, tú, él y yo, no lo olvides ni te subestimes.
Pero, mucho menos, tampoco te pavonees exigiendo tratos preferenciales y derechos a ejercer autoridad sobre los demás, como si fueses mejor por ser distinto y poseer talentos que otros ni sospechan, así como tú tampoco alcanzas a imaginar, apreciar o valorar los ajenos talentos y los alcances de quienes los poseen.
¡La solución es el respeto para todos.!
3/3 Agria Paz Agraria
En cuanto a Colombia, es clara la traición a la buena fe del pueblo que se avecina, pues los flamantes acuerdos con las FARC sobre la transformación del campo en beneficio de los campesinos que saben trabajarlo pero no poseen tierras, que ahora adquirirían como resultado de la paz pactada, son meros cantos de sirena que no afectarán la inicua propiedad de las tierras productivas ya integradas a la economía, así sea potencialmente.
Más específicamente, no afectarán positivamente a las mayorías que anhelan tierras y alimentos sanos.
Pero sí las afectarán de forma bastante negativa, pues se consolidan los despojos de vieja y nueva data que siguen en el centro del conflicto agrario colombiano, cuyo origen es la concentración de la propiedad agraria en manos estériles de oligarcas que, muchas veces, las han obtenido con artes criminales cuyos diversos y macabros delitos siguen impunes, como los cometidos por los caciques liberales y conservadores durante la aterradora Violencia de los 1950.
Aunque son fértiles y accesibles, muchas de estas tierras se mantienen ociosas o subutilizadas; pero objetivamente están listas para su explotación racional.
No obstante, desde siempre las acaparan muy pocos, y no van a cederlas a los campesinos sin tierra, que hoy, como siempre, la exigen.
Como sabemos, hasta algunos tomaron las armas para obtenerla mediante su lucha violenta, según nos lo recuerda la existencia de las FARC, del ELN y del EPL, entre otras guerrillas que han surgido en Colombia después de la dictadura legal conocida como “Frente Nacional”.
Este ingenioso engendro antidemocrático fue adoptado por un plebiscito efectuado en 1957, para el cual no se imprimieron votos por el NO.
En él se aprobaba la pérdida de la soberanía popular en aras de los dos partidos complotados contra los demás ciudadanos, lo cual enfureció al pollo López, quien pronto reaccionó fundando el Movimiento Revolucionario Liberal, que más tarde cambió lo “Revolucionario” por “de Renovación”, o algo similarmente lacayuno u oportunista.
Dicha barbaridad dictatorial fue pactada entre liberales y conservadores para turnarse el ejercicio del poder desde 1958, remplazando al generalato que quedó gobernando luego de deshacerse, en 1957, del dictador de pacotilla, Gustavo Rojas Pinilla, el abuelo rezandero de los hermanitos Moreno Rojas, los hijos de la capitana María Eugenia.
Lo que les ofrecen a los campesinos, si las guerrillas de las FARC se disuelven, es utilizarlos como carnada para poner a disposición de las multinacionales del agro-negocio los baldíos improductivos de la nación, que son inajenables y están destinados constitucionalmente para ser poseídos por los habitantes del campo que no tienen tierra.
En consecuencia, aunque lo han hecho con trampas, como Riopaila comprando impunemente montones de lotes familiares para desposeídos (Unidad Agraria Familiar o UAF), los terratenientes ambiciosos no han podido apropiárselos legalmente, hasta ahora, cuando los politiqueros aprobaron la perniciosa ley Zidres que les cocinó e impuso el Neoliberalismo.
Con este esperpento leguleyo se empeñan en vincular a los campesinos al agro negocio predestinado para arrasar la “altillanura”, las selvas, los páramos, los litorales, todo nuestro territorio, al arbitrio y conveniencia de los saqueadores.
Se trata de nichos ecológicos invaluables, delicados e irremplazables, fundamentales para la reproducción de la Vida.
Pero los despiadados enemigos comunes insisten en destruirlos, aunque nosotros no podemos permitirlo durante más tiempo, pues está en juego la conservación de muchas especies, no sólo de la humana, ciertamente, porque se ataca y deteriora directamente la biosfera, que las sustenta a todas.
Aunque hasta ahora lo hemos tolerado por ignorancia, indiferencia o cobardía, seguir haciéndolo significaría una complicidad imperdonable con los enemigos comunes, que nos denigraría y envilecería, convirtiéndonos en seres tan degenerados y despreciables como lo son ellos...
Unos avaros narcisistas miopes e insensibles, incapaces de apreciar la belleza en sí misma tanto como de sentir compasión o solidaridad hacia los demás ajenos a su círculo afectivo.
Es algo que ha escenificado pública y ampliamente el bestial Donald Trump, dejándolo perfectamente claro en su campaña promovida por su familia más cercana, tan frívola y despótica y oportunista y despiadada y mentirosa como lo es él.
Lo único que les interesa de lo bello, de lo puro, de lo digno o de lo ajeno, es cuántas ganancias les puede dejar su venta, su corrupción, su deterioro o su extinción.
Así lo vemos patética y claramente, por ejemplo, con la criminal cacería de tiburones para quitarles sus aletas, presuntamente afrodisíacas; esto es, aptas para causar erecciones en ancianos o en hombres enfermos y decrépitos, pero con poder de compra, como cualquier personaje de la destacada Historia Universal de la Infamia de Jorge Luis Borges, ya mencionada antes.
En el caso del deterioro mortal de las selvas, comienzan arrasando la madera y saqueando animales y fauna endémicos e irrecuperables, hasta que asuelan los territorios víctimas de su saña asesina.
Luego extraen sus minerales, sobre todo el petróleo que constituye la sangre de Pachamama, aunque no desprecian el oro o el coltán ni demás minerales preciosos y otros recursos más. Simultáneamente envenenan las aguas, los suelos y la atmósfera que sustentan la Vida.
En resumen, es parte del proceso diabólico con que el Neoliberalismo espera alcanzar el Apocalipsis en que insisten los sionistas y los yihadistas. Y que también anhelan algunos cristianos aficionados al crimen, que históricamente tanto ha exhibido, defendido y practicado la religión fundada en el dios del amor.
Si no reaccionamos con dignidad y contundencia, pronto convertirán en desiertos tan preciosos ecosistemas, que son fundamentales para la conservación de la Vida a nivel planetario, no sólo local, lo cual implica que se trata de un asunto que nos concierne a todos los habitantes de la Aldea Global.
Aunque la necesidad de conservar nuestros recursos naturales es vital para la Humanidad y muchas especies más, el mezquino ánimo de lucro de los pervertidos por el capitalismo inhumano y depredador impide que los gobiernos lacayos, corruptos y venales tomen las medidas drásticas que garantizarían su protección y su conservación.
Pero éstas son indispensables para alejar definitivamente el peligro de la extinción por causas humanas o antrópicas.
Sobre todo, al menos para quienes vivimos en occidente y hemos bebido sus prejuicios desde la cuna, tales razones depredadoras de la Naturaleza han surgido del euro centrismo arrogante, que deviene en una especie de totalitarismo intelectual insoportable para los demás.
Éste descalifica cualquier formación social que no se ajuste a sus parámetros axiológico-filosófico-analíticos, fundados en el respetado ideario greco-latino, cuya arbitrariedad no deja dudas, pese a posar de coherente, racional y lógico, que también lo es y nos enseña.
Podemos aprovecharlo si somos suficientemente eclécticos e intelectualmente independientes como para examinarlos y criticarlos sin prejuicios y sin despreciarlos a priori. Pero es algo bastante difícil para cualquier creyente de cualquier discurso, sea o no ideológico, pues hasta los científicos más rígidos también suelen sufrir de esa limitante.
En Carlos Marx, tales postulados científicos alcanzaron -para los hirsutos lectores de las obras del maestro materialista por excelencia- la condición de irrefutables dogmas objetivos, aptos para guiar a todo el Mundo interesado en la Revolución Verdadera.
Al menos lo seria, o debería serlo, según los cuadros políticos que hablan a nombre del sufrido, explotado, despreciado, ignorado e ignorante proletariado, tan fácil de fanatizar con la lucha de clases, enfrentándolo a su patrón mientras los banqueros impunes y libres de ataques, se burlan a carcajadas de ambos sectores o factores productivos, tan confundidos por los economistas y los politiqueros al servicio de los plutócratas.
Sin embargo, las revoluciones nacionales inspiradas en el marxismo leninismo estalinismo maoísmo, etc., llevan casi cien años fracasando, desde octubre de 1917, por lo menos, aunque la Comuna de París y otros alzamientos populares indican que la cosa viene desde antes.
Lo que corresponde es abrir los ojos sin prejuicios y con ganas de verlo todo, o lo máximo posible para reaccionar tomando medidas apropiadas que despojen del poder a los plutócratas y alejen definitivamente la depredación que está extinguiendo especies vivas mediante la destrucción irreparable, acelerada y extensa, de ecosistemas y recursos. Precisamente los que sustentan la Vida y garantizan la conservación de las especies, incluyendo la nuestra, tan nociva.
En consecuencia, sin ninguna duda y urgentemente, es indispensable cambiar el modelo de desarrollo santista, que llamó de las cinco locomotoras.
En particular debemos derrotar la mortal locomotora minero energética, que se favorece con la de la infraestructura, tan costosa, despampanante y prejudicial para los intereses nacionales.
Éstos serían mejor servidos si se fortalecen los caminos secundarios y terciarios para conectar el campo con los mercados cercanos a su área de influencia natural.
También hay que abandonar la explotación petrolera y la producción de hidrocarburos, lo mismo que la de los agobiantes agro combustibles, en la medida en que se remplacen por fuentes limpias para la generación de energía que, sin embargo, no les interesa impulsar a los enemigos de la Vida aunque ofrecen fuentes de empleo abundante, de modo que son capaces de impulsar el progreso económico con gran rapidez y estabilidad.
Es indispensable proteger de la voracidad neoliberal los recursos naturales que aún no han saqueado ni destruido los despreciables potentados, quienes son tan ruines como el patético Donald Trump o su émulo Ted Turner, el gran amigo del filántropo Bill Gates, otro notable y carismático eugenista.
Es fundamental y elemental recuperar y conservar la autosuficiencia alimentaria, hoy desvirtuada en todas las neoliberocolonias sometidas a las recetas neoliberales trazadas e impuestas por los siervos tecnócratas, que son obedecidas y adoptadas incondicionalmente por los siervos politiqueros de los amos del Mundo.
Necesitamos retomar una agricultura racional, que les proporcione alimentos de buena calidad, frescos, libres de venenos químicos, sanos, pertinentes y abundantes, a los habitantes de su área de influencia
Para proteger la biosfera es indispensable detener la destrucción de selvas y bosques, de tierras vírgenes o aisladas, usualmente libres de la explotación y el saqueo humanos, al menos hasta ahora, como Alaska en el caso de USA, ya bastante violada por el mestizo infame, Barack Obama.
Este individuo tan lúcido y ambicioso, aunque ha demostrado que es un simple arribista y hábil demagogo, pudo abanderar la producción de energías limpias aprovechando la bancarrota de la General Motor’s que conllevó su control por el Estado, lo cual habría cambiado el Mundo y suministrado cuantiosas fuentes de empleo durante los ocho años que lleva mintiéndonos y acelerando el ecocidio general.
En cuanto al propósito real de Juampa, su intención, como sionista fiel aunque prudente y de bajo perfil, es contribuir activamente al Apocalipsis disfrazado de negocio rentable, estrictamente económico, supuestamente, aunque es evidentemente mortal para las mayorías y la biosfera.
Sin duda, ambas están amenazadas de muerte o extinción por una ideología vil e inhumana, pero hegemónica entre quienes sostienen que el dinero todo lo compra, pues ellos mismos están listos para venderse.
Respecto al Fin del Mundo, ahora en curso acelerado, se trata de algo que ha sido insistentemente profetizado durante siglos por los abrahámicos, incluidos los cristianos a través del libro de las Revelaciones escrito por Juan de Patmos.
Para nuestra consternación, está siendo agitado e implementado abiertamente en la actualidad, en particular por los yihadistas y sus compinches, los supuestos enemigos sionistas que acuden a la guerra para hacerlo realidad lo más pronto posible, pues es su compromiso ineludible con Yahvé.
Por fortuna, el influyente y decente Papa Francisco lo ha combatido en vez de compartirlo, como debería ser dados los antecedentes del cristianismo. ¡En hora buena!
De ahí que el astuto converso pro sionista, Juan Manuel Santos Calderón -acatando la conspiración milenaria que basa su misión terrenal suprema en la reconstrucción del templo de Salomón, requisito previo para consolidar el Fin del Mundo con su respectivo y esperado Juicio Universal- haya aprobado la ley Zidres del 29 de enero de 2016, culminando con la promesa de un futuro aterrador el mismo mes maldito en que negoció a Isagen para favorecer a Tony Blair, el ex primer ministro inglés, contra el parecer y los intereses de la población y, ¡OH sorpresa!, hasta de los politiqueros que la suplantan en el ejercicio del poder.
Indudablemente, los augurios son pésimos para la Vida y el Medio Ambiente.
Y eso que las FARC todavía no se han desarmado. Pero están en trance de hacerlo pese a las incongruencias del gobernante neoliberal, tan aficionado a “meter conejo”, como dicen que hacen los tramposos: ¡dan gato por liebre!
De hecho, el 23 de agosto se ha sabido que ya terminaron sus acuerdos sobre todos los puntos de la agenda, de modo que están listos para firmar su disolución.
Se trata de algo que seguramente ocurrirá en Bogotá, como lo ha determinado Juan Manuel Santos Calderón, el gran padre oligarca de este esquivo pacto, que el Mundo entero admira y reconoce como un avance civilizador en la resolución de conflictos armados de carácter político.
Este reconocimiento y la consecuente e inminente desmovilización de los subversivos, tienen al borde del desespero a los furibistas, que pelechan con la guerra y temen ser castigados por los crímenes, hasta ahora impunes, que han cometido aprovechándola.
¡Ojo pues!