POR UN MOVIMIENTO SOCIO-POLÍTICO DE LA AFRICANÍA.
Por: José Eulícer Mosquera Rentería.
Después del asesinato de los grandes líderes afroestadounidenses Malcom X y Martin Luther King, del destierro de algunos y del encarcelamiento y prisión perpetua con amenaza de aplicación de la pena de muerte a otros, en la mayoría de casos con base en “pruebas” ambiguas y prefabricadas. La mayoría de líderes afroestadounidenses tomaron el camino de darle continuidad a las luchas redentoras de su pueblo desde el interior de los partidos oficialistas tradicionales: el Demócrata y el Republicano; pero sobre todo desde el primero. Sin embargo, después de casi cuatro décadas de haber contado con toda una bancada parlamentaria y de un significativo grupo de profesionales ocupando altos y medianos cargos del Estado y de la empresa privada; y de haber logrado ya por dos períodos contar con un Presidente de la República, afroamericano, Barak Obama, sin que la situación de pobreza, marginalidad social, de racismo, discriminación racial y represión brutal contra el pueblo afroamericano haya cambiado positivamente, sino que al contrario, los afroamericanos continúan siendo agredidos verbal, sicológica y físicamente, y asesinados impunemente por la misma fuerza pública estadounidenses, que manifiesta una mentalidad fascista, al punto que pareciera que hoy el ku klux klan estuviera vistiendo los uniformes policiales. Al tiempo que USA y otras potencias capitalistas occidentales continúan agrediendo, invadiendo y creando el caos en países africanos cuyos dirigentes toman el camino de la independencia y la construcción de unas sociedades soberanas por la vía no-capitalista. Un grupo de personas, lideradas por tres mujeres trabajadoras, activistas sindicales: Alicia Garza, directora de la National Domestic Workers Alliance (Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas); Patrisse Cullors, directora de la Coalition to End Sheriff Violence in Los Angeles (Coalición Contra la Violencia Policial en Los Ángeles); y Opal Tometi, una activista por los derechos de los inmigrantes. Han decidido crear el movimiento Black Lives Matter (las vidas de los negros importan), BLM, un movimiento político de carácter universal que tiene como propósito central la búsqueda del empoderamiento y redención de los pueblos de la africanía, al considerar que la problemática de estos pueblos la ha generado por su propia naturaleza el sistema capitalista/colonialista mundial, a partir del siglo XVI, tal como lo concibieran los fundadores del Panafricanismo: Marcus Garvey, Silvestre Williams, William E. B. Du Bois, George Pademore y Kwame Nkrumah, entre otros/as.
Las impulsoras de este nuevo movimiento redentor de la africanía consideran, que es necesario tener muy en cuenta cuestiones fundamentales que necesariamente afectan las luchas populares, como son: las clases sociales, los ideales a defender y promover, de quienes estarían al frente de los procesos y de qué manera, y los contextos nacionales y mundiales. Sobre todo llaman la atención sobre la naturaleza del sistema capitalista-imperialista-colonialista y el papel de las capas medias en los procesos de transformación y sus aspiraciones históricas. Tomando como ejemplo de que en Estados Unidos, después de aprobada la ley de derechos civiles para los afroestadounidenses, el Movimiento por los Derechos Civiles aunque entre los años de 1950 y 1970 estaba formado mayoritariamente por obreros afroestadounidenses, estuvo dirigido por personas de capas medias como pastores protestantes, profesionales, intelectuales, estudiantes, dueños de negocios, pequeños y medianos empresarios, que se planteaban como objetivo fundamental integrar plenamente a los negros en el sistema capitalista estadounidense. Líderes y militantes arriesgaron sus vidas en una lucha heroica por conquistar los derechos civiles fundamentales, especialmente los derechos políticos, o simplemente por reclamar un trato justo y digno para el pueblo afroestadounidense. Algunos de ellos planteaban que se proponían completar la revolución democrática que había quedado incompleta en el Sur desde la guerra civil, las reparaciones y la abolición de las leyes de segregación racial.
Y gracias a sus luchas se logró la Ley de Derechos Civiles en 1964 y la Ley del Derecho al Voto en 1965. Así haya tenido que pasar una década más para que se aplicaran estas leyes en todo el Sur de Estados Unidos; y cuando el movimiento se extendió al Norte y al resto de la nación, The Black Power (el Poder Negro) y The Black Panther (Las Panteras Negras) y las revueltas urbanas que provocaron en las décadas de 1960 y 1970, lograron obligar a los poderes a atender las demandas del Movimiento Social Afroestadounidense y de esta manera se abrieron muchas posibilidades de educación y empleos con buena remuneración para técnicos y profesionales afroestadounidenses, todo lo cual generó el ascenso de estatus social para muchos afroestadounidenses, accediendo a empleos en el sector servicios, pudiendo ejercer sus profesiones independientemente, ocupando altos cargos de la administración pública y de empresas privadas.
Pero todo esto a la vez, generó una competencia egoísta y confrontaciones profundas entre las emergentes capas medias-altas afroestadounidenses y los burgueses afroestadounidenses, tradicionales y emergentes. Pero también afloraron contradicciones profundas entre las capas media-media y media-baja, por un lado, y la clase trabajadora y los negros pobres por el otro.
En la medida que algunos afroestadounidenses accedieron a altos empleos y pudieron ejercer exitosamente sus profesiones, abandonaron los guetos para trasladarse a vivir a barrios de capas medias altas y de la burguesía; y de esta manera la antigua burguesía negra fue quedando opacada y poco a poco reduciéndose, y su descendencia pasó a formar parte de la nueva burguesía emergente.
A la vez, políticamente se diluyó la alianza con los socialdemócratas, que había propiciado estos logros y donde confluyeron personalidades progresistas y humanistas sin importar pertenencias raciales. Pero también, muchos líderes del Movimiento por los Derechos Civiles y del Poder Negro lograron ocupar puestos directivos en los partidos políticos tradicionales, principalmente en el Partido Demócrata; otros activistas por los derechos civiles y del Poder Negro se convirtieron en dirigentes políticos locales y pasaron a ocupar cargos de elección del Partido Demócrata, incluso cuando este partido abandonó su compromiso con las políticas de reformas y de lucha contra la pobreza; y a trabajar de policías, inclusive ocupando cargos de oficiales y de jefatura.
En este proceso, el Movimiento Social Afroestadounidense se convirtió en instrumento político de una élite de las capas medias afroestadounidenses y fue controlado por el establecimiento, y sus activistas más radicales, junto con las bases populares, fueron desmovilizados; dicha élite en la práctica se convierte en cantera de cuadros de la clase gobernante, desentendiéndose de la suerte del pueblo afroestadounidense raso; y en este orden, Barack Obama se convirtió en el primer presidente afroestadounidense. Al tiempo, la situación de explotación y pobreza del pueblo afroestadounidense se fue profundizando e intensificando, siendo el segmento poblacional más golpeado por la crisis que afronta USA durante los últimos 20 años, viendo alejar las perspectivas de su redención histórica; y al tiempo se intensificó la represión oficial sobre el mismo, como una forma de amedrentarlo y de mantenerlo desmovilizado.
Ya lo había afirmado Carlos Marx: “…De todas las clases que hoy se enfrentan a la burguesía, solo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desapareciendo con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar. Las capas medias, todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias sino conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda de la historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del proletariado”.
Es decir que las capas medias, son arribistas y oportunistas, ya que su aspiración histórica es convertirse en burguesía. Pero estas capas son importantes tanto para la burguesía como para el proletariado, las dos clases fundamentales de la sociedad capitalista, porque no solo están integradas por pequeños y medianos propietarios, sino que a la vez, de ellas salen los artesanos, artistas, estudiantes e intelectuales; los cuadros de la clase dominante-gobernante, tales como funcionarios públicos y privados, y muchos políticos o politiqueros que le garantizan el control ideológico-electoral sobre los diferentes sectores poblacionales, cual es el papel que han jugado los politiqueros afrocolombianos que han ocupado cargos directivos en los partidos tradicionales, Liberal y Conservador, y que han llegado al Congreso de la República. De dichas capas medias también salen los cuadros del proletariado y de los movimientos populares, que solo estarán en capacidad de participar y de conducir hasta el final los procesos reivindicativos y de transformación social, en la medida que asuman con profunda convicción la ideología y la causa proletaria y popular, tal como ocurrió con Carlos Marx, Rosa Luxemburgo, Fidel Castro, El Che Guevara, Kwame Nkrumah y Nelson Mandela; y las cubanas: Vilma Espín, Haydeé Santamaría, Nara Araujo, Melba Hernández, Clodomira Acosta y Celia Sánchez, entre otras y otros.
Una amplia franja de los afrocolombianos pertenece a estas capas medias, debido a las actividades laborales a que se tienen que dedicar, relacionadas con el atraso de sus regiones y las escasas oportunidades que les ofrece la sociedad colombiana. Estas actividades son: minería artesanal, pesca artesanal, aprovechamiento de maderas, carpintería, ebanistería, agricultura de subsistencia y de pequeña escala, estudiantado, intelectualidad, docencia, empleados y funcionarios públicos y de algunas empresas privadas.
Precisamente, así como la política y la administración pública de las regiones y localidades afrocolombianas ha estado en manos de estas capas medias, comprometidas con los partidos oligárquicos tradicionales, hoy también están controlando la mayoría de organizaciones sociales afrocolombianas, pero desde la perspectiva individualista-capitalista, por lo cual las grandes reivindicaciones históricas del pueblo afrocolombiano han ido quedando aplazadas y el Movimiento Social Afrocolombiano ha caído en el estancamiento, debido a que la mayoría de los directivos de estas organizaciones se vienen preocupando prioritariamente por satisfacer sus intereses individualistas-arribistas, con base en las dádivas inmediatistas que le ofrecen los altos funcionarios, políticos y gobernantes, sobretodo representadas en contratos y empleos. Es decir que, con el Movimiento Social Afrocolombiano está ocurriendo algo similar a lo que está pasando con el Movimiento Social Afroestadounidense.
Marx reiteró que en esta época del capitalismo, más que en cualquier otra, si al analizar las problemáticas sociales, no se desentrañan las contradicciones de clase, solo se puede llegar a conclusiones confusas y a propuestas teóricas erróneas. Planteamiento que también habían hecho los grandes historiadores franceses Thierry, Guizot, Minet y Thiers.
Los fundadores del marxismo llegaron a la conclusión que así como la burguesía se había dotado de sus partidos políticos para asegurar su dominación de clase mediante el control del poder del Estado, el proletariado también requería de su organización política para empoderarse y liberarse de la opresión y de la explotación. Por su parte el gran estadista Lenin afirmó que un partido podía representar a toda una clase o a una parte de ella. Por tanto, el pueblo afrodescendiente como una parte del proletariado que sufre unas explotación y opresión especiales bajo el capitalismo, signadas por el racismo y la discriminación racial, requiere de una organización política que dirigida por sus propios cuadros, debidamente probados en la praxis socio-política, sea capaz de conducirlo hacia el logro de sus objetivos históricos, hacia su definitiva liberación y a ubicarse en condiciones de igualdad real en relación con los demás segmentos poblacionales. Dicho partido u organización política debe estar dispuesto a las alianzas con los demás sectores políticos y movimientos populares que luchan por las transformaciones sociales que conduzcan a la justicia social y a erradicar la explotación capitalista.
Ya Sudáfrica, bajo el liderazgo de Mandela y su Congreso Nacional Africano, y los procesos de transformación de otros países africanos y caribeños que construyen exitosamente sociedades no-capitalistas bajo la conducción de partidos y movimientos políticos que agrupan a sus respectivos pueblos afros, han demostrado que este es el camino acertado. De tal manera que es pertinente la propuesta de las tres mujeres afroestadounidenses arriba citadas, de construir partidos y movimientos políticos de la africanía en cada país del mundo donde esta haga presencia, que actúen solidariamente y en una tónica de intercambio de experiencias, dada la problemática común que les ha tocado afrontar y porque la burguesía-imperialista-colonialista mundial actúa unida para mantener la opresión sobre los pueblos de la africanía en particular, y sobre todos los pueblos del mundo en general.
Es evidente que el pueblo afrocolombiano por falta de su organización política independiente y de los correspondientes liderazgos, no ha sido capaz de aprovechar debidamente los logros de la Ley 70 de 1993 y las dos curules afros para la Cámara de Representantes. Curules que han venido siendo aprovechadas por las mismas oligarquías tradicionales y el narcoparamilitarismo, para lo cual han utilizado a algunos afrocolombianos arribistas y oportunistas de capas medias. La realidad histórica exige que los afrocolombianos más conscientes y comprometidos con la redención de nuestro pueblo, nos pongamos de acuerdo desde ya para conformar y echar a andar la correspondiente organización política afrocolombiana.
Azabache, abril de 2015.
AZABACHE
Boletín Ideoteórico del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales Afrocolombianas, CEISAFROCOL, Personería Jurídica No.093 de 1.986, aporte voluntario $300, abril de 2015
(Resaltados por DBP)