VIAS CORRECTAS
Darío Botero Pérez
La aceptación del diálogo como alternativa al enfrentamiento institucional, constituye un avance enorme para la solución pacífica de un conflicto que la derecha internacional ha buscado agudizar en Venezuela, azuzando el enfrentamiento irracional y fundamentalista que detone la violencia generalizada como medio para asumir y empeorar los problemas sociales imponiendo nuevas hegemonías, lo cual es inaceptable a estas alturas de progreso de la Humanidad.
No estamos dispuestos a que se sigan suprimiendo la razón y el respeto a los Derechos Humanos, que son los instrumentos idóneos, al alcance de todo el que quiera valerse de ellos, para superar democráticamente las calamidades causadas por la clásica corrupción, mediocridad, lacayismo e incapacidad de los ineptos ambiciosos que se atribuyen el derecho a gobernarnos a los demás.
No importa que se trate de amigos o de enemigos, de simpatizantes, opositores o indiferentes. Los gobernantes proceden incurriendo en el axioma de lord Acton, pues el poder corrompe a cualquiera, siempre y en todas partes, independientemente de la ideología que esgriman para ejercerlo los sicópatas de turno.
La única posibilidad de que el Gobierno sea honesto la ofrece la Democracia Directa. Su ejercicio permite establecer normas y crear instituciones que respondan a las decisiones y los intereses de las mayorías, claramente expresados por los ciudadanos resueltos a dirigir sus propias vidas, sin delegar en nadie sus derechos sagrados e irrenunciables.
Llegó el momento de repudiar, combatir y derrotar los caprichos arbitrarios de los sicópatas al mando, acostumbrados a actuar con impunidad casi divina.
Lograrlo depende de que alcancemos la cantidad suficiente de ciudadanos íntegros, actuantes contra los sicópatas que están extinguiendo la Vida y destruyendo la biosfera para acumular más riquezas mientras las mayorías mueren en la miseria y la desolación, tras vivir como esclavos alienados, humillados, despojados y ninguneados. ¿Acaso eres nadie?