IMPUNIDADES INSOPORTABLES
Darío Botero Pérez
Cosas del poder
En Colombia, un conocido autor mediato de crímenes recurrentes y hasta inverosímiles, que trata de negar, ocultar o minimizar, ha sido Álvaro Uribe Vélez, durante toda su vida.
Aunque muy pronto figuró en la lista Clinton como socio de Pablo Emilio Escobar Gaviria, identificado con el número 82, ha gozado de impunidad casi absoluta, con una excepción transitoria, revelada en el libro Los Jinetes de la Cocaina: “Uribe estuvo detenido en una ocasión para ser extraditado, pero Jesús Aristizabal Guevara, entonces secretario de Gobierno de Medellín, logro que lo pusieran en libertad.”
Su sagrada e inexplicable inmunidad obedece, en parte, a que ninguno de sus subordinados se atreve a actuar sin su consentimiento o contra sus obsesiones y veleidades.
Al contrario, la mayoría están dispuestos a asumir la responsabilidad por sus crímenes como si fuese exclusiva de los autores inmediatos que le han jurado ese tipo de fidelidad cuya traición se paga con la propia vida.
A pesar de las dudas de algunos, que sienten deseos de tirar la toalla y recuperar su libertad diciendo la verdad, la mayoría procede sin chistar, con la serenidad, orgullo y gallardía propias de un japonés sacrificado voluntariamente por su emperador, cuya superioridad y predestinación es evidente para cualquier creyente.
Con parecidas actitudes, los furibistas se sacrifican por el gurú, esa especie de Mesías paisa esperado por su indolente, crédulo y arcaico pueblo para que lo salve.
En consecuencia, todo lo aportan para su causa sagrada, hasta la libertad personal, como los ex jefes del DAS, María del Pilar Hurtado y Jorge Noguera.
O la tranquilidad y la patria, si logran eludir la merecida cárcel, como el doctor Ternura, el huido Luis Carlos Restrepo, quien oportunamente no pudo aunque trató de zafarse del grillo furibista, antes de las trampas de la flamante Ley de Justicia y Paz que facilitó la deshonrosa y abusiva desmovilización de más de 32.000 presuntos paramilitares, cuyo alucinante y costoso número casi quintuplica el de los guerrilleros auténticos desmovilizados por las FARC en 2017.
O como el clon del indeseable domador, el patético Andrés Felipe Arias también huido. Al efecto contó con la complicidad de los numerosos escoltas oficiales que lo cuidaban tras su condena por subsidiar a gamonales para que apoyasen sus aspiraciones de remplazar al chalán Uribe al concluir su segundo ilegítimo período presidencial.
Ahora está refugiado en Miami, presto para trasladarse a Europa para eludir su posible extradición a Colombia.
Finalmente, con sus sabrosas picardías de viejo judío converso, la presidencia se las birló el oligarca tradicional y aristocrático, tahúr heredero de heroína mártir y de tío abuelo presidente: destacado periodista miembro de una familia que ha dirigido la opinión pública nacional con la divisa de apoyar siempre al Gobierno, entre otros pergaminos, Juan Manuel Santos Calderón, el actual flamante premio Nobel de Paz, entonces ministro de defensa del gurú.
En tal cargo fue patrocinador de los escandalosos falsos positivos, cuyos autores mediatos de mayor jerarquía siguen impunes y son, nada menos, que este Santos y aquel Uribe, su entonces jefe, cuya confianza se ganó cometiendo el espantoso genocidio.
En cuanto a las hordas de Uribe -al menos las que carecen de la astucia y los intereses del aristócrata santafereño-, sus miembros están dispuestos a sacrificar hasta la vida si el señor del teflón lo ordena, como Andrés Uriel Gallego, mentor de las inverosímiles fortunas de Tom y Jerry , quien pereció de muerte natural, según sabemos.
Aunque el ingenuo carismático, Juan Luis Londoño de la Cuesta, inexplicable o injustificablemente sí fue víctima, con su preciosa familia, de los famosos helicoptericidios empleados por los amigos de Uribe para sacarlo de apuros como los que le produjo su ex socio en la creación de las CONVIVIR, Pedro Juan Moreno, a quien sacrificó maquiavélica y oportunamente junto a su peligroso primogénito, recién iniciada la campaña para el senado, que el ofendido Pedro Juan estaba resuelto a ganar avalado por su periódico La Otra Verdad, usado para mostrar la podredumbre del gobierno de su personal traidor.
Sin embargo, tal medida radical, en el caso de este Londoño -tan diferente al que sobrevivió en un atentado en Bogotá y fue la causa inmediata de las iras de Pedro Juan, Fernando Londoño Hoyos,-no tiene justificación racional sino bestial, pues se trataba de un incondicional del celoso culebrero de Salgar, que no había dado ningún motivo para que se dudase de su lealtad. Pero éste sintió celos de la popularidad creciente de su ministro y asesor de vieja data.
Por tanto, resolvió suprimirlo para conmover y quedarse con los mediocres incondicionales que dan la vida por defenderlo, como a cualquier führer, de modo que reforzó su autocracia confirmando su grandeza entre sus sumisos admiradores, tan peligrosos para los demás.
Sin duda, le fue mejor a David Murcia Guzmán, el entusiasta creador de DMG y generoso patrocinador de las campañas presidenciales de Uribe Vélez, ahora preso en USA porque Uribe lo traicionó cuando se lo ordenó el dueño del país, Luis Carlos Sarmiento Angulo, gran plutócrata criollo monopolizador de la banca, enredado en toda clase de negociados con el erario, incluyendo las carreteras de cuarta generación y demás jugosos contratos públicos con los que Germán Vargas Lleras, el actual flamante vicepresidente y cabeza de Cambio Radical, un partido particularmente corrupto, espera ganarse la presidencia contando con la bendición de los cacaos.
De todos modos, hasta ahora a Uribe Vélez nadie se atreve a tocarlo. Conserva un teflón tan poderoso que no sólo los tribunales nacionales sino la misma Corte Penal Internacional -surgida del Pacto de Roma y que debería actuar debido a la negligencia de la justicia interna- evitan aludir a sus crímenes, tan frondosos, cotidianos y variados.
¿Será que alcanzó la misma impunidad de su gran maestro y capo, don Fabio Ochoa Restrepo, el criador del caballo de paso fino colombiano y jefe inmune, impune e indiscutible del cartel paisa; impunidad a la que también aspira Belisario Betancur Cuartas, el que asó a los magistrados de las altas cortes nacionales en 1985, aprovechando la villanía del M-19, azuzado por Pablo Emilio Escobar Gaviria y el general Miguel Vega Uribe, bastante untados de narcotráfico y otros crímenes?
A propósito de estos personajes, en el libro sobre los capos de la cocaína, antes mencionado, el párrafo que sigue al que habla de la transitoria prisión de Álvaro Uribe Vélez, informa lo siguiente sobre el sepelio de su padre narcotraficante, asesinado por las FARC por negarse a pagarles un cargamento, según se barrunta.
Es pertinente y conviene recordarlo, a fin de comprobar que están plenamente justificados los denuestos al personaje, jefe del partido Centro Democrático que fundó para recuperar el gobierno del gurú. O sea, para restablecer su mafioso estado de opinión opuesto al estado de derecho estipulado por la Constitución de 1991.
Incidentalmente, como es de esperarse cuando se trata de caudillos, Uribe maneja su partido con mano de hierro y a sus anchas, lo cual constituye otra garantía de su impunidad.
Pero veamos el antecedente familiar y social, que hace parte de esa Verdad histórica que tenemos la obligación de recuperar:
“Al entierro de Uribe Sierra, asesinado cerca de su finca en Antioquia, asistió el entonces presidente de la República, Belisario Betancur, y buena parte de la crema y nata de la sociedad antioquena, en medio de veladas protestas de quienes conocían sus vínculos con la cocaína.”
La última palabra la tiene este pueblo, que ahora habla en vez de callar y agachar la cabeza ante los criminales que siempre lo han reprimido y suplantado mediante las corruptas y falaces instituciones liberales representativas.
Pese a la retórica de sus exegetas y defensores, se trata de instrumentos de control social tan favorables a las cúpulas degeneradas como las establecidas por las monarquías y las dictaduras abiertas, combatidas por la naciente burguesía en la época de la Revolución Francesa.
Por eso le han quitado a los acuerdos entre el gobierno y las FARC los dientes internacionales atribuidos a la Jurisdicción Especial para la Paz, cuya integración parcial con jueces internacionales, evidentemente independientes de los intereses internos de algún sector social poderoso, significó el gran aporte jurídico-político del proceso de paz colombiano a la administración de justicia verdaderamente independiente y confiable en caso de guerras civiles que descalifican a ambos bandos para juzgar al contrario imparcialmente.
Se trata de otra victoria de los criminales sociales comandados política e indiscutiblemente por el citado ex dictador Uribe, impuesto como presidente espurio por las mafias del narcotráfico de derecha y los caciques de los dos partidos tradicionales, cada vez más desdibujados y podridos.
Estos últimos organizaron, apoyaron y financiaron a los criminales comunes para conformar las autodefensas genocidas de pueblo, como podrá saberse si funcionan los instrumentos pactados en los acuerdos con las FARC para conocer la Verdad, completa para que sea realmente verdadera.
Conseguirlo será difícil porque los grandes protagonistas mediatos, en buena medida representados por los furibistas, desde luego, harán todo lo posible por evitarlo.
Pero es indispensable conocer el papel real de cada actor en el conflicto para establecer una paz confiable.
O sea, una paz auténtica, basada en la justicia y la equidad, que estos impunes no puedan sabotear, como lo están haciendo matando líderes sociales sistemáticamente.
No han parado de asesinar selectivamente desde que el Acuerdo quedó en firme.
Sin embargo, las FARC no han dejado de honrarlo con lealtad y dignidad, hasta el punto de haberse concentrado en los 26 sitios señalados, empezando a entregar las armas el 1 de marzo de 2017 pese a las deficiencias logísticas imputables a la desidia del Gobierno y a la acción erosiva de la derecha.
Estos criminales de cuello blanco, las oligarquías tradicionales más los emergentes -que han exigido y se han ganado con sus horrorosos crímenes contra el pueblo su participación en la torta del poder-, han creado las condiciones para que ese pueblo despojado, reprimido y engañado se rebele buscando establecer una sociedad soberana, justa e igualitaria.
Y efectivamente se ha rebelado parcialmente desde que la lucha de clases se expresó con armas y guerrillas revolucionarias, ahora dispuestas a integrarse como opositores pacíficos al sistema que no han podido derrotar con su justa, violenta y anacrónica lucha armada.
Tienen la ilusión de que lo vencerán acudiendo a la fuerza de las mayorías conscientes, lúcidas y dignas; quienes cada vez ejercemos un mayor protagonismo político directo a partir de la racionalidad adoptada por las víctimas directas del conflicto, que realmente nos incluye a todos, de modo que todos tenemos algo que opinar al respecto, además de que nuestra condición de ciudadanos nos autoriza a participar en todo lo que sea de carácter público porque afecta al colectivo social y a quienes lo conformamos.
Esta expresión liberadora habrá de fortalecerse eludiendo la represión del ESMAD (como llaman en Colombia un escuadrón de esbirros entrenados para reprimir sin compasión al pueblo, cuando lo ordenen los amos de acuerdo a su conveniencia personal) y demás aparatos de subyugación y tortura, mientras convoca y promueve la lucha activa fructífera, basada en la opinión libre de los ciudadanos expresada con argumentos bien fundados e ilustrados, y no con cócteles molotov que sirvan de pretexto para la represión por parte de los expertos en tales artes violentos, auténticos trogloditas indeseables.
Internet, en consecuencia, materializa en su virtualidad tangible el gran poder que tenemos a nuestra disposición, y que los plutócratas del Nuevo Orden Mundial esperan usar para seleccionarnos y diezmarnos a su conveniencia, si no somos capaces de impedirlo empleando la poderosa herramienta como un arma democrática invencible por los farsantes corruptos que nos han subyugado durante diez mil años sin que nuestros ancestros hayan podido defenderse con eficacia.
Pero ahora lo podemos hacer nosotros ahora, si nos apuramos reviviendo los rescoldos de dignidad que los sicópatas han tratado de robarnos a los pueblos, pero que esos mismo ancestros nuestros supieron conservar, junto a la Vida, en condiciones sumamente difíciles.
Es necesario tener en cuenta que los enemigos comunes han avanzado bastante en el control ciudadano, robándonos la privacidad con el pretexto de combatir el terrorismo que ellos mismos patrocinan entre fanáticos sicópatas que posan de emisarios de su dios asesino. Además, lo ejercen desde el mismo Estado con total arbitrariedad y cuando se les ocurre.
Es lo que han hecho Obama y Trump con los inmigrantes, aunque Trump ha llegado al punto de prohibir el ingreso a los ciudadanos de siete países musulmanes bastante golpeados por la represión neoliberal: Libia, Sudán, Somalia, Yemen, Irán, Irak y la arrasada Siria.
Crecientemente, sus dramas han calado en el corazón de muchas personas de buena voluntad, gracias al valor de las víctimas que han logrado sobrevivir, porque algunas, por fortuna para la Verdad y la Humanidad que se nutre de ella, no han dejado de usar la red de redes para denunciar su situación, ejerciendo sus derechos humanos a pesar del deseo de los criminales que los tratan de exterminar sin permitir que el mundo se entere.
Con su valioso testimonio consiguen que la Humanidad conozca su causa y entienda su grandeza e importancia para la superación del oprobioso sistema consumista, que mata y arrasa, pervierte y corrompe a la especie entera, convirtiéndola en cómplice del estratégico crimen, pese a que los enemigos comunes son la fuente mediata de tanto mal.
Los luchadores del PKK y del Peshmerga, en Turquía, Irak y Siria, abonaron la Primavera Árabe iniciada en Túnez y replicada en Egipto, Libia, Yemen, España, México, USA...
Tal ejercicio inédito de democracia directa habrá de servirnos como guía eficaz, como auténtico ejemplo y modelo popular revolucionario original, apto para unir las fuerzas globales necesarias para vencer el Nuevo Orden Mundial y remplazarlo con la Sociedad Democrática Global que surja de la Nueva Era o como quiera que denominemos el período antropológico posterior a la Historia.
Con su actitud auténticamente democrática, que se desarrolla por numerosas organizaciones de base, el pueblo kurdo reconoce la igualdad de todos los seres humanos, cuenta con batallones de mujeres y lucha basado en la fuerza de los ciudadanos soberanos que desdeñan y repudian a los supuestos representantes.
Los consideran simples impostores degenerados que abusan de su educación y su fuerza para agobiar a los pueblos y despojar la Naturaleza.
Además de exterminar pueblos enteros, o de intentarlo por todos los medios posibles, por todo el Mundo y aceleradamente destruyen ecosistemas sagrados.
Pero esconden sus crímenes ecológicos como efectos del cambio climático y no de la deliberada agresión al Medio Ambiente por parte de las transnacionales apartidas.
No obstante, es obvio que éstas son el principal factor de destrucción en la actualidad, aunque los gobernantes vende patrias se esmeran por atraerlas para conseguir sus viles coimas, en vez de defender la biosfera y la Vida que alberga.
Esta sublime misión de protección y supervivencia corresponde a los pueblos y no a quienes los suplantan y subyugan, los engañan y los traicionan deslumbrados con el rutilante brillo del oro y el oropel, pues en su elemental condición de involucionados desprecian lo valioso, como el agua potable.
Los pueblos podrán detener tanta bestialidad plutocrática mortal si reaccionan antes de que no haya nada que defender ni proteger ni salvar.
Esta extinción definitiva ocurrirá muy pronto dado el sostenimiento del depredador PIB, un índice tan sagrado como falaz y mortal que insisten en aumentar cada año, como si solamente replicar el del año anterior con las depredadoras y criminales prácticas actuales no fuese suficientemente letal a corto plazo.
Cosas de la autoridad piramidal
Desde luego, en una sociedad piramidal lo sensato, equitativo y justo es que la máxima responsabilidad resida en quienes dan las órdenes y no sólo en los subordinados que las ejecutan; aunque tal criterio no exime a éstos del castigo que se merecen por criminales y traidores de su prójimo.
Pero el origen del delito está en las cúpulas, de modo que no podemos dejar de castigarlas cuando llegó el momento de derrotar las sociedades piramidales que han permitido el endiosamiento de esos sicópatas distinguidos, ostentosos e insufribles.
Son seres involucionados y degenerados que no tienen compasión con los demás ni con la Naturaleza, pues todo lo consideran transitorio y hecho para servirles.
Son energúmenos convencidos de su superioridad innata respecto a los demás humanos, evidentemente inferiores debido a que se arrodillan fácilmente. Aunque también se arrodillen ante sus propios amos, los plutócratas sicópatas, la humillación de los inferiores los convence de su ilusoria grandeza, de que son mejores y superiores al resto de mortales humanos.
No les cabe duda de que nacieron para mandar porque poseen las agallas para corregir los defectos, prejuicios y limitaciones sociales con que los ambientalistas les recortan su libertad para asolar la biosfera y subyugar a los demás.
Para los sicópatas son unos pusilánimes incapaces de matar, mentir y saquear. Pero siempre están dispuestos a quejarse y lloriquear por la conversión de tierras fértiles en eriales tras extraerles sus riquezas minerales, o porque las transnacionales de la pesca se esmeran por llevarles proteínas a los consumidores extinguiendo la Vida marina, o porque, en vez de usar las energías limpias, los petroleros depredadores insisten en el fracking.
Tales indeseables que se preocupan por conservar la biosfera saboteando negocios evidentemente rentables, pertenecen a razas inferiores, según lo sostiene el psicópata mayor, Donald J. Trump, aliado declarado del sionismo genocida en la implementación de su Armagedón.
Como Benjamín Netanyahu, es un degenerado que ante ningún crimen se arredra y no respeta ninguna convención que le estorbe.
Pese a la aparente y mediática resistencia de algunos patricios republicanos para aceptar a Trump y sus excentricidades de narcisista extremo, no dejan de apoyarlo, cada vez con más fervor fundamentalista, las bases y los plutócratas comprometidos con las fuerzas de la muerte y la imposición hegemónica del Nuevo Orden Mundial que consagra la superioridad absoluta de los Atlas sobre los demás humanos nacidos para servirles.
Saben que es capaz de iniciar la guerra mundial que esperan los apocalípticos y tememos los demás, pues condena a 7.000 millones de una vez, porque con 500 millones se bastan los plutócratas del 1%. para vivir como dioses.
No les importa que ahora es posible que todos vivamos así, como dioses y libres de la esclavitud del trabajo que Trump quiere incentivar y recuperar para sus retrógradas hordas.
Lo podemos lograr gracias a los robots y demás avances asombrosos de la ciencia y la tecnología, que los reaccionarios no asimilan ni quieren admitir porque extienden a toda clase de gentuza lo que sería exclusivo para los nacidos para gobernarla y ponerla al servicio incondicional de los sicópatas súper poderosos.
O sea, unos 70 millones de súper millonarios triunfadores consideran que 500 millones de elementos dóciles bien escogidos por sus perfiles de Internet, sería la proporción de sirvientes ideal para vivir como los privilegiados de Un Mundo Feliz, según nos los pinta Aldous Huxley en ensayo pagado por los plutócratas.
Al resto que no caiga víctima de las calamidades provocadas por los enemigos comunes, lo separan del paraíso mediante muros, ya sea entre México y USA, o en Melilla y Ceuta para aislarlas de los inmigrantes africanos, o en Palestina para consagrar el despojo criminal protagonizado por el sionismo, o en Guantánamo, para impedir que los cubanos ocupen su tierra...
Indudablemente, el origen del delito social, económico y político reside y se gesta en las cúpulas o élites humanas que concentran el poder y la riqueza.
El desafío es tangible. Se trata de responder antes de que el monstruo y sus aliados consoliden su poder de Atlas imprescindibles, de esos que la sionista atea, Ayn Rand, aprecia como los seres más valiosos, indispensables y productivos, de cuya voluntad, intereses personales y buen juicio dependen la existencia de los demás y la conservación de la biosfera.
De esa estirpe es Donald J. Trump por derecho propio, lo cual explica que haya elegido entre los plutócratas más sicópatas su equipo de gobierno hegemónico, proveyendo los canallas que han de aplicarnos sus anunciado planes plutocráticos abiertamente.
No hay dudas de que los está desarrollando a toda prisa, pese al asombro de los periodistas timoratos que reputaron de exageraciones electorales los delirios de grandeza del magnate.
Por eso, ahora no saben para dónde coger cuando el amo mayor los desprecia y desenmascara como sirvientes de la mentira.
Este ataque es inconveniente para los patronos que no poseen el don de alabarse y engrandecerse a sí mismo mediante una infinita capacidad de auto elogio, como las exhibidas por Rodrigo Duterte, Álvaro Uribe Vélez o Donald J. Trumnp, el máximo anticristo, en caso de que no lo sea Vladimir Putin, otro destacado paladín cristiano.
Su desafío radical lo entendemos todos, tanto las víctimas como los victimarios sicópatas y sus hordas de cómplices arribistas, dispuestos a cometer cualquier crimen para alcanzar la sublime condición de ganadores o triunfadores, como Trump, o los Goldman Sachs, o J. P. Morgan, o los hermanos Lehman, o Donald Rumsfeld, o el consagrado think tank, Henry Kissinger, entre otros abominables que ven en Trump su gran redentor.
Sus sirvientes son tan cándidos y los enceguece tanto la codicia que no entienden que se trata de plutócratas de vieja data, dispuestos a no compartir con nadie su grandeza, y que no dejan de acaparar riquezas valiéndose de esos arribistas que los admiran, respetan, imitan, defienden, justifican, alaban, endiosan, emulan y envidian.
¿Será que los demás, que los despreciamos y los consideramos incapaces de entender, defender y disfrutar la Vida, nos dejamos anular por estos desdichados?
De nuevo, la respuesta la tiene cada ciudadano global que decida actuar como tal en vez de delegar su suerte en falsos representantes. Mientras tanto, éstos seguirán gobernando en beneficio propio y de sus amos plutócratas, hasta que las mayorías venzan o sean reducidas en 7.000 millones que les estorban a los maltusianos, tú entre ellos, sin duda.