Abierta violación de Derechos Humanos
Darío Botero Pérez
Debido a la previsible insistencia de Donald Trump para imponer su voluntad atropellando auténticas conquistas de la civilización, publico un capítulo de un libro en preparación, que pienso titular “Trump y vos”.
Puede aportar para entender la situación -generada por el magnate degenerado y notable sicópata- respecto a los Derechos Humanos, que vienen atacando los plutócratas ferozmente desde la derribada de las Torres gemelas con los auto atentados del 11-S.
Ellos mismos, acusando a los musulmanes para despertar odios y reacciones primarias entre las masas, protagonizaron tales crímenes en 2001.
Desde entonces los han utilizado para robarnos los derechos civiles bajo el supuesto de que todos somos terroristas en potencia. Postulan que no admitirlo favorece los atentados criminales, de modo que quien se queje por los malos tratos dispensados por las autoridades abusivas, da indicios de ser terrorista.
Es una osadía criminal que ha afectado a millones de personas en todo el Mundo, al ser arbitrariamente calificadas como terroristas y tratadas como tales mientras no comprueben que no lo son.
Así nos han horadado la moral y destruido las conquistas culturales, sociales, políticas y económicas que tanta sangre popular han costado desde el siglo XIX, y que dieron lugar al Estado de Bienestar, tan agradable pero efímero, pues las generaciones del siglo XXI lo hemos perdido sin luchar, aterrados con el terrorismo, en particular el que aplica Trump y proviene del Estado.
La abusiva determinación de no recibir musulmanes, tomada unilateralmente en su primera semana de gobierno, la ha tratado de revivir suavizada, el 6 de marzo, tras su suspensión por un tribunal de distrito.
Ahora excluye a Irak y admite excepciones para los inmigrantes provenientes de Somalia, Sudán, Libia, Irán y Siria, aunque anunciando que piensa incluir más países en la arbitraria decisión.
Procede de forma irónica, maquiavélica, y paradójica, para no ser tan fácil de acusar como patético enemigo de la Humanidad, directo azuzador del fanatismo yihadista, actuando con un claro sesgo cristiano.
Como lo anuncian los libros sagrados, la pata cristiana es indispensable para que el juicio finalismo cuente con los tres actores descendientes de Abraham: sionistas, cristianos y musulmanes, matándose mutuamente bajo la batuta de los sionistas y sus socios plutócratas, dueños del dinero y el poder en el Mundo entero.
Los pioneros genocidas de los nativos de América del Norte fueron inmigrantes desplazados por el hambre y las expropiaciones del capitalismo naciente en Inglaterra, en lo referente a los blancos anglo sajones protestantes (basp) que eligieron a Donald J. Trump.
Tras una larga hegemonía racial, ahora están llenos de resentimientos contra los diferentes, sobre todo contra los negros y los inmigrantes, pues ya toleran a los supervivientes de los habitantes originarios del extenso y otrora riquísimo territorio.
No obstante, han despreciado el llamado de los indígenas de Dakota del Norte a defender la Naturaleza, expresado por los opositores a los oleoductos, suspendidos transitoria y demagógicamente por Obama pero nuevamente autorizados por Trump para abonar otra catástrofe deliberada a la maldición juicio finalista, que hace más de cien años se nutre del desastre causado por el uso de combustibles fósiles y sus derivados altamente letales.
Los antiguos blancos esclavistas de la América profunda, ya que no pueden vender gentes de color, ahora usan armas como medio de relacionarse con ellas, subordinándolas por amedrentamiento.
Son los que eligieron a Trump con menos votos que los obtenidos por Hillary Clinton pero con la complacencia de los halcones, lo cual legitima la traición a la voluntad de las mayorías en la democracia perfecta.
Están convencidos de que las mayorías carecemos de derecho a disfrutar lo que serían privilegios exclusivos de las razas superiores. A éstas, tales mayorías estaríamos obligados a garantizarles su superioridad, inclusive al precio de nuestras propias vidas -como está sucediendo ahora crecientemente-, si lo disponen y ordenan los sicópatas del 1%, que conforman los enemigos comunes del resto de la Humanidad, de la Vida y de la biosfera que las sustenta.
El magnate los atrajo con su retórica cavernícola, apta para alimentar los sueños xenófobos, misóginos, racistas, eugenistas y totalitarios que los embargan y cuya falta de realización los mantiene frustrados; enojados con los politiqueros que Trump ridiculiza con todo derecho y máxima autoridad de triunfador indiscutible, capaz de cualquier canallada porque carece de escrúpulos al ser un desalmado.
Según acertada observación de Mark Singer, son como Trump, quien “alcanzó el lujo máximo, una existencia sin el perturbador rumor de un alma”.
Esto explica no sólo la xenofobia sino el decretado infanticidio que significa la separación abrupta de los hijos arrebatados de sus madres para ser encarceladas por los desalmados secuestradores y adoctrinadores de sus hijos.
Realmente, a las mayorías nos tratan como si fuésemos bestias no pertenecientes a la especie humana, carentes de sensibilidad al dolor, sin sentimientos ni lazos afectivos, pero susceptibles de ser domesticados con aparatos ideológicos como los utilizados por las iglesias, las academias o los ejércitos.
Con todas sus medidas, Trump demuestra que es un confeso violador de los Derechos Humanos consagrados por la ONU para todas las personas, de modo que su respeto a todos nos obliga, por muy potentado que se sea.
Pero el gorila rubio y sus áulicos se consideran superiores a los demás, como si fuesen arios redivivos tan delirantes y detestables como los nazis.
No obstante, aunque no se lo crea nadie ajeno a los círculos de los sicópatas, esas bestias involucionadas y llenas de prejuicios y complejos de superioridad, también son personas como todos los demás.
Por esta convicción mía, a un nazi que compartió mi antisionismo cuando lo expresé por Internet, seguramente racista y con ideas similares a las de las huestes de Trump, pero pacifista, lo defendí vehementemente en marzo de 2010 de los ataques de algún tribunal de Barcelona.
Así lo hice porque se le violaron abiertamente sus derechos a la libre expresión y difusión de las ideas: hasta el punto de que no sólo lo privaron del uso de su libertad sino que fue víctima de quema de libros, lo cual me da la oportunidad de rescatar lo escrito entonces bajo el título “Hombre Pedro”.
Lo agrego a mi portal www.gritosescritos.jimdo.com, para que lo pueda leer quien se interese en asuntos de tolerancia y discrepancias civilizadas sobre ideologías y enfoques antagónicos.
// Relación somera de derechos violados
El 1, que reconoce que “toda persona nace libre e igual ante la ley”
El 2, que rechaza cualquier forma de discriminación
El 3, que postula el “Derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad”
El 6, que reconoce “su personalidad jurídica” a todos y cada uno
El 7, que ratifica el “Derecho a ser iguales ante las leyes”
El 8, que ofrece “Derecho a tener acceso a la justicia efectiva”
El 9, que prohíbe la detención y el destierro arbitrarios
El 10, que garantiza el “Derecho a tener un juicio justo e imparcial”
El 11, que presume la inocencia mientras no se demuestre la culpabilidad
El 13, que protege el “Derecho a circular libremente, salir y volver al país de origen”
El 14, fundamental en este caso, pues recoge el “Derecho a buscar asilo y a disfrutar de él en cualquier país”
El 15, que da “Derecho a tener una nacionalidad”
El 18, que protege el “Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y creencia”
El 19, que garantiza el “Derecho a la libertad de opinión y de expresión”, indispensables para defenderlos y disfrutarlos todos
El 22, que establece el “Derecho a la seguridad social universal”
El 28, que nos lo está negando abiertamente a todos; o sea, el “Derecho a un mundo justo y libre”
Además del 30, que postula el “Derecho a que nadie pueda quitarle los derechos” a nadie, así se crea mucha cosa como caudillo providencial e indispensable; el auténtico y esperado Anticristo, por lo menos.