JÓVENES Y VIDA
Darío Botero Pérez
Ante la matanza en una escuela de Florida, el 14 de febrero, de 17 personas, la mayoría adolescentes ilusos y decentes, la reacción multitudinaria de los estudiantes ha confrontado con lucidez y sensatez a la letal Asociación Nacional del Rifle, aunque sin atreverse a cuestionar el sistema, el régimen y las instituciones autocráticas que lo sostienen.
Al efecto criticaron a los politiqueros que financia, cuestionando abiertamente al senador Rubio, uno de sus patrocinados para que la defienda, como lo hace.
Y no dejaron de deplorar el mortal negocio que promueve, dejando en claro que es la causa evidente de las matanzas fomentadas y facilitadas debido a la disposición de armas de fuego por particulares, incluidas las usadas para la guerra.
En síntesis, han descalificado la disposición libre de armas por los ciudadanos porque sólo deberían estar en manos de las fuerzas armadas del Estado, si no las hubiesen convertido, irresponsablemente, en un lucrativo negocio privado, aún antes de que el Neoliberalismo impusiese sus funestas desregulaciones y privatizaciones de todo orden.
Este monopolio de la capacidad represora en una sociedad civilizada es un presupuesto básico en cualquiera que presuma de ser democrática. Por tanto, la garantía de la igualdad legal de los ciudadanos, respaldada por las instituciones idóneas correspondientes, queda palpablemente desmentida cuando algunos individuos particulares pueden imponerse con gran facilidad a las mayorías inermes, valiéndose de los absurdos arsenales acumulados por los blancos cristianos, resentidos, reaccionarios, cavernícolas bien armados y disciplinada y competentemente entrenados para eliminar a sus enemigos internos y derrotar "una cultura liberal que se burla de su patriotismo y su fe", según Arlie Russell Hochschild, interpretada por María Alejandra Gonzalez-Perez en su artículo "Trump y el fin de la nueva historia?", revista el eafitense No. 111, 2916-2.
Allí precisa que "Las personas que sienten esto y que están resentidas son hombres y blancos. Para ellos Trump (y lo que encarna el trumpismo) significaba la posibilidad del cambio y de recuperar lo que ven perdido."
Es evidente el peligro que significa tal polarización de la sociedad, a punto de estallar animada por la desfachatez del magnate misógino y narcisista, sicópata y triunfador desabrochado que, con trampas y desplantes agresivos y calumniosos, alcanzó a ser nombrado presidente, aunque espurio, así lo oculte.
Este loco anacrónico y desaforado confía en sus huestes, funcionalmente analfabetas y patentemente ignorantes, tan bien armadas, entrenadas y dispuestas a conformar bandas de civiles similares a las que fortalecieron, impusieron y sostuvieron a Benito Mussolini y Adolfo Hítler, animándolos a declarar la nefasta segunda guerra mundial del siglo veinte o del capitalismo decadente, ahora agonizando.
En este escenario apocalíptico, Donald J. TRUMP pretende reeditar el horror que causó Harry S. TRUMAN al lanzar dos bombas atómicas contra Japón, en 1945. El simio rubio lo quiere emular introduciendo la dimensión nuclear a la guerra iniciada por George W. BUSH en 2001, que constituye la tercera y definitiva del oprobioso eurocentrismo capitalista y sus variantes marxistas... como bien claro lo entiende Vladimir Putin, quien anhela ser el gran rival del esquizofrénico USAno.
De esta forma coinciden con los sionistas representados por el genocida corrupto, Benjamín Netanyahu, aliado de los sunitas petroleros de Arabia Saudita. Y enemigos del chiita Irán, como lo han sido de la atormentada Irak.
Estas maniobras conforman la trilogía abrahámica juicio finalista de tres religiones abiertamente interesadas en apurar el Fin del Mundo, acatando sus dogmas homicidas y ecocidas, que consideran la voluntad ineludible de sus respectivos dioses, monotéicos e implacables; aunque Jesús es el predicador del amor, lo cual contradicen los cristianos que promueven la discriminación contra los diferentes, cuya humanidad niegan y atropellan, acudiendo a la fanatización de las masas retrógradas, fascinadas con el monstruo triunfador que se robó la presidencia de USA y apabulla a todo el que se deje o carezca de fuerza y valor para defenderse, incluyendo a los adictos a las drogas del placer, cuyo derecho niegan los mismos que promueven el armamentismo de los ciudadanos, en un claro reconocimiento del fracaso de la sociedad que acude a semejantes discriminaciones, tan rentables para loa plutócratas que nos subyugan, despojan y envilecen.
En estas circunstancias, es de esperarse que la actitud crítica de jóvenes todavía no comprometidos vitalmente con los deplorables valores de su sociedad pacata y retrógrada, genocida y ecocida -como sí lo están sus padres y mentores republicanos, alienados con tales ideologías arbitrarias e inhumanas- les permita entender la falsedad y la iniquidad inherentes a todas las sociedades piramidales dominantes en la Historia. En éstas, las mayorías despreciadas son subyugadas y reducidas por minorías arrogantes, que se auto consideran mejores y superiores a sus incautas víctimas.
Es obvio que así ocurre en USA, lo cual demuestra las falacias convencionales y ya insoportables y superables por las mayorías, de la falsa democracia representativa, de la cual el máximo modelo es este país de aparecidos.
Como sabemos, fue poblado por colonos europeos; inmigrantes blancos empobrecidos, muchos de ellos anglosajones, desterrados por los nacientes capitalistas. Tales colonos no tuvieron inconveniente en exterminar y despojar a los habitantes originarios, o aborígenes, agitando la Biblia como su baluarte y justificación para sus genocidios y canalladas.
Irónicamente, sus descendientes quieren expulsar y hasta eliminar a los nuevos inmigrantes de tez amarilla, negra o mestiza. O sea, a quienes no sean blancos escandinavos, sajones, teutones o multimillonarios de cualquier raza, pues el dinero y el poder emblanquecen a quien lo posee, a los ojos de los trogloditas amantes del libre mercado y la discriminación social basada en el dinero y el ejercicio del poder que compra.
Por fin, la población alienada -y anodina pese a ser tantos-, tan atrasada políticamente, pero que tuvo el valor de adelantar, en 2011, en pleno auge de la Primavera Árabe, el movimiento Occupy Wall Street, encuentra en sus jóvenes estudiantes, reacios a la ignorancia imperante en las masas oscuras de la America profunda, el baluarte indispensable para evitar el descalabro absoluto que les ofrecen los decrépitos defensores de la segunda enmienda, interpretada por los criminales que asesinan a nombre de su dios, como el derecho personal a la defensa, sin consideración a la legalidad de las instituciones armadas encargadas de garantizar la convivencia civilizada de los asociados, sin violar sus fueros individuales.
Se trata de las mismas bestias humanas involucionadas que niegan el derecho a la libre expresión, garantizado por la primera enmienda a la Constitución de USA, y que, pese a la protesta del simio Trump, cada vez más jóvenes, adultos lúcidos y tolerantes, deportistas de élite, personajes famosos e influyentes, y gente culta, en general, usan para rechazar la segunda enmienda. Pero ésta la defienden, a capa y espada, tanto como desde sus púlpitos, los basp aliados a sionistas y masones. Prefieren armarse individualmente hasta los dientes y cuánto quieran, asegurándose su derecho a amedrentar y matar impunemente a los inermes. Se sienten autorizados para cometer cualquier genocidio y atentado social y político, a su gusto y discreción, inclusive aunque se los cobre la justicia o les cueste su vida de eugenistas sin redención, xenófobos, chauvinistas, homófobos, misóginos y sicópatas amargados, enemigos de la lúdica, el placer y la alegría, como el sublime triunfador que hoy los guía con paso firme y seguro, en un camino asfaltado con mentiras.
Será que nos dejamos, demostrando nuestra inferioridad congénita; o nos unimos para defendernos e imponer nuestra visión democrática de la sociedad, unidos a los jóvenes en el saludable ejercicio de Democracia Directa por el que están optando ante la decadencia del falso paraíso que es USA.
De esta manera, a nivel global, simultáneamente, podremos enterrar la Historia cuyos paladines son plutócratas corruptos asistidos por arribistas ambiciosos y carentes de escrúpulos, para convenir la forma de relacionarnos como iguales, en sociedades planas donde nadie valdrá más que nadie, y la tolerancia y el respeto sean la norma de conducta global, acatada y aplicada en todas partes.
TÚ LO DECIDES.